Columna de opinión
César Niño
Realpolitik frijolada
Muchos podrían
tildarme de antinacionalista, de escéptico o antipatriota. Pero a esas
personas las entiendo. No es fácil acostarse una noche con un mapa y levantarse
a la mañana siguiente con menos territorio. Los entiendo, y por más que me
juzguen, yo no los juzgo.
Para lograr
entender cómo se mueve el mundo, yo me caso con el lente del Realismo en las
Relaciones Internacionales. Todos sabemos que en el mundo existen Estados
fuertes y débiles, grandes y pequeños. Están los que hacen lo que quieren y los
que hacen lo que deben, como Colombia.
Entiendo muy
bien que bajo exagerados sentimientos nacionalistas se vea a Colombia como la
“bisagra” en América, pretendiendo ser un país “puente”, como Turquía en Medio
Oriente, pero al país de los fríjoles le hace falta mucho para ser el país del lahmacun.
En ese sentido
y frente al fallo de la Corte Internacional de Justicia en el caso limítrofe
con Nicaragua, concibo que se exalten los sentimientos nacionalistas, es
natural y loable, pero no concibo que la “diplomacia dorada” pase a una de
cobre simplemente porque el fallo es adverso a los intereses de Colombia. Los
pactos son para cumplirse. No somos ni una potencia, ni un jugador
geoestratégico como para darnos el lujo de hacer lo que queramos. El Derecho
Internacional se hizo para los débiles, y somos uno de ellos, así que debemos
acatar las reglas del juego. No podemos pensar en una realpolitik a la colombiana, en una realpolitik frijolada.
Imagen tomada de: http://mexico.cnn.com/mundo/2012/11/30/juan-manuel-santos-y-daniel-ortega-trataran-en-mexico-conflicto-limitrofe
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