viernes, 25 de febrero de 2011

Acerca de unos foros

Columna de opinión
Gnothi Seauton

Acerca de unos foros

Se celebró entre el 21 y el 23 de febrero en Buenos Aires, el foro internacional “Haciendo la paz en Colombia”, promovido por organizaciones colombianas e internacionales que tienen por objeto, como el nombre del evento lo indica, encontrar vías que lleven, por medio del diálogo y el entendimiento entre los diferentes actores del conflicto colombiano, la paz en nuestro país.

El foro parte de la premisa de que en Colombia existe un conflicto, no sólo armado sino también “social, económico y político”. La crisis humanitaria es profunda y la deshumanización de la conflagración afecta a la totalidad de los habitantes del país, especialmente a los más pobres. Consideran también los organizadores y asistentes que la situación colombiana, por numerosos factores, solo puede llegar a ser solucionada con la directa y amplia colaboración de los actores internacionales y regionales, y que por ende es necesaria la realización de éste y otros foros regionales.

Un último detalle a tener en cuenta es que el foro en mención se realiza en las instalaciones de la cancillería gaucha y es muy probable que, según rumores promovidos especialmente por los organizadores del evento, se cuente con la presencia de la presidente de la República de la Argentina, señora Cristina Fernández, durante los actos de clausura.

Sin denominar a quienes participan en éste y otros foros similares como defensores, miembros o aliados de los grupos al margen de la ley que existen en Colombia, esto porque en nuestro país, mal que bien y sin ser perfecta, se respeta y se defiende la libertad de expresión y el tener ideas propias y distintas no es delito, siempre y cuando estas sean defendidas bajo un intercambio de ideas libre de violencia, sí se puede afirmar que este tipo de gestos por parte de los organizadores y sus anfitriones dejan un muy mal sabor entre muchos colombianos y el gobierno nacional. Y lo más importante aún es que la posición de los foristas no comulga con la satisfacción del interés nacional, porque continuar considerando que la existencia de las guerrillas y cualquier otro grupo que se levante contra la institucionalidad, está justificado por la existencia de la pobreza y la desigualdad, resulta ser un factor que retrasa el verdadero crecimiento mental, económico, social y geopolítico de la nación y los ciudadanos que la conforman, así como también un desconocimiento de la evolución histórica de los grupos alzados en armas en el país. 

Adicional a todo lo anterior, y que es quizás lo más incómodo de este asunto, está el hecho de que estos foros develan la gran ignorancia que sobre la situación colombiana tienen no pocos ni irrelevantes gobiernos vecinos. Tal vez exagerando, este acto incomodo y poco simpático de la Argentina hacia Colombia podría equipararse a realizar en Bogotá un foro para indagar “¿Cómo mejorar la situación mental de doña Cristina Fernández?”, que como todo el mundo lo sabe ya por los Wikileaks, es una de las preguntas que se hacen los miembros de la misión diplomática de Estados Unidos sobre la primer mandatario gaucha. ¡Por favor! Zapatero a tus zapatos y manejemos los resultados de este foro con la misma ligereza que los impulsadores del mismo tratan la realidad colombiana.

Imagen tomada de: http://www.terra.com.co/noticias/articulo/html/acu39719-acaba-foro-internacional-sobre-paz-de-colombia-en-argentina.htm

Sobre la influencia actual del poder estadounidense

Investigación- Política exterior y defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo
Sobre la influencia actual del poder estadounidense

Con motivo de los últimos acontecimientos en Medio Oriente y el norte de África, ha surgido una línea de análisis político que apunta a señalar la marcada tendencia hacia el declive del poderío norteamericano y su influencia en esta estratégica región del planeta y con ello, en el mundo en general. Se presentan como claras evidencias que respaldan esta afirmación, la salida del poder de Hozni Mubarak en Egipto, las protestas masivas contra regímenes aliados norteamericanos como los de Bahrein y Arabia Saudita, especialmente, y la falta de actuación por parte del gobierno de Barack Obama, el cual, se supone, ha sido poco más que un espectador en todos estos eventos, incluso en aquellos que podría considerarse favorecido como el de las masivas protestas en contra del dictador libio Moammar el Gadafi.

Aunque el actual estado de cosas en Medio Oriente efectivamente muestra que la influencia de los Estados Unidos, y en general de las naciones y estados que conforman el Mundo Occidental, sí se ha visto seriamente reducida en la última década, especialmente después de la Guerra de Irak de 2003, también es cierto que dicha reducción no llega a tener un verdadero alcance estratégico. 

Esta afirmación se sustenta en realidades y no en discursos. La percepción del presidente de los Estados Unidos ha estado ligada por décadas a una imagen de poder ubicuo, irrefutable, incomparable. De allí la común expresión de que quien ocupa la Casa Blanca no es otro sino el hombre más poderoso de la Tierra. 

Para bien o para mal esa es una imagen y nada más. El poder de la nación americana ha estado siempre, desde el mismo momento en que se lanzó de lleno al agua del liderazgo internacional, seriamente limitado. La toma del centro y este europeo por parte de la Unión Soviética, la caída de China a manos de Mao, la partición de la península de Corea, las revueltas en Hungría y el Suez, la consolidación del poder de Castro en Cuba, los tumultos en Checoslovaquia, la prolongada, costosa y dolorosa faena en Vietnam y la totalidad del sudeste asiático, las crisis petroleras de la década de 1970, la caída del Sha, los Somoza y la conversión de país prestamista a deudor, son algunos de los casos que muestran claramente las limitaciones y fracasos del poder de los Estados Unidos. A esa larga lista podemos incluir los más recientes que tienen consecuencias muy activas en la vida global: las crisis de Somalia, Rwanda, Sarajevo, el ingreso de India, Pakistán y Corea del Norte al club nuclear, el 11-S, Irak, AfPak, Irán (otra vez), la consolidación económica, militar y política de los BRIC y otros, el reciente estallido de la crisis de la deuda y, por supuesto, los escenarios que hoy estremecen al mundo árabe.

Todos estos acontecimientos han recibido una amplia difusión mediática. Siempre lo hacen y eso no es reprensible. Afectan la vida de las personas y la influencia de las naciones, tanto positiva como negativamente. Pero a pesar de todo esto, estratégicamente hablando, la nación indispensable ha sido y continúa siendo EUA, porque son claras las ventajas geográficas, históricas e institucionales que le dan un plus contundente ante sus demás competidores.

Obama debería estar analizando los acontecimientos bajo la óptica y los consejos de presidentes como Eisenhower, Nixon y Bush 41. No de presidentes como Bush W. y otros tantos como Kennedy y Johnson. Es decir, aplicando la restricción y entendiendo los verdaderos alcances del poder y la influencia americanas, que como lo dejan en evidencia los acontecimientos actuales, se encuentran seriamente limitadas. Así, podrá esperar el momento adecuado para acomodarse a los nuevos escenarios y satisfacer eficiente y eficazmente su interés nacional. 

Imagen tomada de: http://leyae.wikispaces.com/Ley+de+acceso

martes, 22 de febrero de 2011

La incomprensión de la concertación

Columna La Tarde
Fundación Kíos

La incomprensión de la concertación

El reciente caos nacional generado por el paro camionero le deja tanto al Gobierno Nacional como a la sociedad civil lecciones y aprendizajes importantes que es preciso comentar, de cara a encontrar salidas prontas y oportunas en tensas situaciones que amenacen contra la estabilidad y el bienestar ciudadano.

En primera instancia, es menester señalar que existe una falsa noción de la concertación entre diferentes sectores de la vida nacional, los cuales la perciben como una posibilidad de ganar posiciones de poder a partir de las demostraciones de fuerza. En efecto, no son pocos los casos, en que algunos grupos ejercen presiones indebidas frente a las decisiones gubernamentales que les afectan o les restan poder y protagonismo, bien sea a través de tomas, marchas o paros o cualquier otra forma de ocupación de los espacios públicos. Estas acciones que muchas veces se disfrazan bajo el rótulo de “pacíficas” o peor aún, se escudan en el derecho fundamental de la libre expresión, pretenden fortalecer los objetivos de los grupos o sectores que las organizan, aún a costa de que estos choquen contra el imperativo máximo de una sociedad: el bienestar común.

En segundo lugar, esta falsa concepción de la concertación y de las posibilidades que ésta evidencia para  construir acuerdos nacionales frente a los grandes problemas que nos afectan como país, tiene como telón de fondo, la generación progresiva de una democracia corporativa, en la cual los grupos de poder compiten entre sí a partir de sus posiciones y fortalezas, “mostrándose los dientes” cada vez que se toman decisiones que amenazan contra sus objetivos constitutivos e intereses. En este tipo de democracia, de claro corte darwinista, dado que sólo los más fuertes sobreviven, la ciudadanía queda expuesta al vaivén de las presiones grupales o sectoriales, terminando muchas veces, como la única afectada.

En tercer lugar, es importante reflexionar sobre el margen de concertación que tienen las decisiones gubernamentales. Si bien es cierto que la participación y la incidencia ciudadana en las decisiones públicas es un imperativo de la nueva concepción de la gerencia pública contemporánea, es importante señalar que hay aspectos que no ameritan el diálogo ni la toma conjunta de decisiones, más aún si éstos buscan el bienestar común, aún por encima de intereses corporativos. En sentido estricto, el gobierno se configura a partir del mandato ciudadano que se le ha entregado en las urnas, lo cual implica reconocer su autoridad para buscar las mejores alternativas para nuestro bienestar y desarrollo.

Entender lo anterior es un paso fundamental para construir un país mejor para todos, no sólo para unos pocos. 


Publicado en La Tarde de Pereira el 22 de febrero de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/38159-la-incomprension-de-la-concertacion.html

martes, 15 de febrero de 2011

Inteligencia colombiana

Columna La Tarde
Fundación Kíos

Inteligencia colombiana

Aprovechando que nos encontramos en la época en la que se realiza el ejercicio de planeación más importante de cada cuatrienio, el debate y aprobación de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo Prosperidad para todos, se podría empezar a incluir un tema que es poco popular dentro de la agenda de la opinión pública: la creación de una Comunidad de Inteligencia, CI, que tenga a la cabeza una entidad nueva y moderna encargada de coordinar y, lo más importante, analizar y crear escenarios de prospectiva para la Nación y su usuario más importante, el Presidente de la República. Debido a los espantosos antecedentes que provee el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, los debates alrededor de esta política pública se encuentran marcados por la emotividad, provocando que los análisis objetivos y racionales sean escasos, sino inexistentes.

Es necesario superar este estado de las cosas, debido a que la creación de una CI, encargada de formular, implementar y evaluar políticas públicas en dicho campo, resulta ser un elemento central para la construcción de un proyecto de nación, en un horizonte de tiempo mayor al de un periodo presidencial.

La existencia de una CI demanda como principio central para contar con un funcionamiento eficiente y legal, una división del trabajo entre las diferentes instituciones que la conforman. Aquellas entidades encargadas de recopilar información, nunca deberán ser las encargadas de analizarla. Mal que bien, en la actualidad se cuenta con dichas instituciones. La que no existe en el entramado institucional colombiano, es aquella que fungiría como la cabeza “central” de la CI. Ésta se encargaría de recopilar la información tomada por las demás instituciones y la analizaría para crear productos dirigidos al consumo del presidente y su consejo de ministros.

Esta “central” resulta estratégica no sólo por su rol coordinador. Lo es porque su trabajo y sus productos deben convertirse en los insumos principales para que el Estado colombiano identifique las amenazas y retos que debe afrontar, así como los recursos y capacidades con que debe contar.

Aunque no perfectos, los ejercicios de prospectiva elaborados por profesionales y dirigidos por lo más alto de la jerarquía estatal son herramientas formidables para el esclarecimiento de qué es lo que quiere una nación y cómo pretende realizarlo.

200 años después de obtenida la independencia, ya es hora de contar con los instrumentos adecuados para construir nuestros próximos 200 años de historia nacional.

Publicado en La Tarde de Pereira el 15 de febrero de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/37870-inteligencia-colombiana.html

miércoles, 9 de febrero de 2011

Los nuevos retos de la comunicación

Columna de opinión
Meden Agan

Los nuevos retos de la comunicación

Hoy se celebra el día del periodista y del comunicador social en Colombia, que conmemora la aparición del Papel Periódico en la capital colombiana, el miércoles 9 de febrero de hace 220 años, noble iniciativa de un cubano que según cuenta la historia "murió literalmente en la pobreza absoluta". Pero, curiosamente, ni el Papel Periódico fue el primero de su tipo en el país, ni el día del periodista es el 9 de febrero. La Gaceta de Santa Fé precedió la iniciativa de Don Manuel del Socorro Rodríguez, y la ley 918 de 2004 determinó que el día para celebrar el ejercicio periodístico es el 4 de agosto de cada año.

Afortunadamente, mucho ha cambiado la manera de informar desde 1791. Afortunadamente, la comunicación hoy no implica los mismos retos disciplinares y ejecutivos que para los profesionales de 1990.  Pero desafortunadamente, la comunicación, de la mano con la tecnología, ha evolucionado mucho más rápido que las facultades de comunicación social. Hoy las universidades deben educar para dar cuenta de las nuevas necesidades del mercado y de las nuevas realidades sociales a las que se enfrentan sus graduados. Hoy las facultades, deben reconocer que la comunicación es más dinámica y flexible que como aprendimos en los noventa. El primer reto, por tanto, es en últimas, formar menos periodistas de Wikipedia y más de Wikileaks. Podría hoy apostar, sin temor a equivocarme, que si se corre un programa para detección de plagio a todos los periódicos del país, el 80% no superarían la prueba. Y esto me lleva a la segunda reflexión.

La responsabilidad del comunicador es hoy mucho mayor que hace veinte años. Más fuentes para contrastar, más audiencias y audiencias más diversas gracias a Internet, más canales y posibilidades de verificación de la información por parte de los receptores del mensaje. Ya no cualquiera puede escribir sin ser cuestionado. El comunicador debe hoy también asumir la responsabilidad de los efectos que genera el mensaje que emite en un escenario comunicativo más versátil, más dinámico, mucho más flexible, más interconectado, más vigilado.

Tercero, gracias a la llegada de la era digital, que trajo consigo una hiperconexión, a mi juicio saludable, los comunicadores deben entender, por fin, que el periodismo no consiste en saber, sino en averiguar y contar bien. Esa hiperconexión nos reveló lo peligroso que resulta el concepto de verdad única, de la que se creyeron los periodistas poseedores durante mucho tiempo. El periodista no es fiscal, es informador.

Cuarto, el comunicador es, escencialmente, un buen contador de historias. Y como no es lo mismo contar una historia en un cumpleaños que en un funeral, a unos amigos que a los jefes, no es lo mismo contar una historia en 1985 que en el 2015. Hoy el periodismo, también afortunadamente, ya no es la única y exclusiva representación de la comunicación moderna, ya no es la única forma de contar historias, de informar. 

Por ejemplo, la comunicación audiovisual y multimedia es la comunicación del futuro, o quizás ya, del presente. Es más integradora, más versatil y tiene más potencial que las formas tradicionales de comunicación, las que la academia aún parece empeñada en seguir enseñando de manera exclusiva. Esta realidad nos enfrenta al reto que implica responder esta pregunta: ¿queremos seguir teniendo comunicadores para Pedro Picapiedra y el Piedradura Post o formamos periodistas para el mundo de Buzzlight Year? 

Asumir ese reto implica también reconocer, desde la academia, con lo poco romántico que esto pueda parecerle a los puristas, que ahora no solo se debe formar a los nuevos García Márquez o a las reencarnaciones de Ernest Hemmingway, que empezaron como reporteros y cronistas desde lo periodístico, sino también a los Mark Zuckerberg del futuro. Hay que reconocer unos nuevos metalenguajes que circulan a través de otras redes, como las sociales, que comunican e informan de una manera muy particular, pero cada vez más generalizada y viral.

Y esa formación revolucionaria hay que hacerla desde lo teórico pero para lo práctico. Los  comunicadores deben graduarse siendo expertos en el manejo de las nuevas tecnologías. Un comunicador de hoy que no maneje adecuadamente las herramientas digitales y multimedia, es como un delantero de fútbol que no sabe hacer goles, como un economista que no sabe lo que es un euro.

Pero la responsabilidad de ejecutar este cambio, tan sensible para la sociedad actual, no solo es de la universidad. Los medios de comunicación deben ser cada vez más exigentes con los profesionales que acogen. Menos plagio, mejores redactores que dominen diferentes hipertextos y sus diversos claves linguísticas, más responsabilidad no únicamente frente a lo emitido, sino también frente a todas las posibles interpretaciones que se hagan de ello. 

Y no quiero ser pesimista ni criticón, pero me parece que cada vez tenemos menos Tiempo.

Imagen tomada de: http://gnoseomundo.wordpress.com/

Breve reflexión sobre liderazgo, democracia y populismo

Columna La Tarde
Fundación Kíos

Breve reflexión sobre liderazgo, democracia y populismo
Aunque ya van seis meses del gobierno de Juan Manuel Santos, desde el punto de vista de las políticas públicas se podría decir que hasta que no se promulgue como Ley de la Nación el Plan Nacional de Desarrollo, Prosperidad para Todos, no nos encontraremos en tierra firme y consolidada en lo que respecta a dicho campo. Hoy se encuentran bajo discusión, y señaladas como una de las locomotoras que va a impulsar la economía y el desarrollo de la nación durante los siguientes cuatro años, la ciencia, la tecnología y la innovación, las cuales se fundamentan en una (siempre prometida) revolución educativa. 

Dicha revolución educativa, debe estar conformada por medidas de choque provocadas desde el interior de la institucionalidad formal e informal colombianas. Prosperidad para Todos, es un documento que desde la institucionalidad formal puede, a través de la formulación e implementación de políticas transformar el sector educativo en uno que se caracterice por competir con los sectores educativos del exterior, no sólo de la región sino de la totalidad del globo, al mismo tiempo que con iniciativas privadas.

La justificación para esta característica del nuevo sector educativo, se fundamenta en que, como cualquier otra actividad del comportamiento humano, la educación logra ser eficiente, competitiva y productiva, es decir puede llegar a obtener mejores resultados (más técnicos y profesionales, con mejores y mayores conocimientos y aptitudes y a un menor costo) cuando se ve sometida a un esquema de competencia.

Por supuesto está decisión es impopular, entre muchas otras razones porque involucra someter casi de manera despiadada a evaluaciones internacionales a la totalidad del sistema, a que las instituciones educativas se abran a intercambios de todo tipo con sus pares de otras latitudes y porque terminaría afectando los intereses creados de influyentes grupos de poder. 

 De eso se trata el liderazgo. En momentos precisos del devenir histórico de una nación, sus líderes, a veces de manera anti democrática, deben tomar decisiones costosas para su imagen y supervivencia política pero que al final de cuentas, sin que tengan una garantía de éxito, terminan encontrándose dentro del interés general de las naciones que encabezan. Son pocos los ejemplos que podemos sacar a relucir en los países en vías de desarrollo quizás porque al no existir, precisamente muchos de estos ejemplos, se explica su estado de atraso y parálisis. 

En definitiva, tenemos que el Plan Nacional de Desarrollo que se viene discutiendo, puede ser una seria oportunidad, si se toman las medidas apropiadas para emprender un serio cambio en el sector educativo. No sucumbir a las medidas populistas es el reto que afronta el actual gobierno y que puede marcar sus dimensiones ante la Historia. 

Publicado en La Tarde de Pereira el 9 de febrero de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/37577-breve-reflexion-sobre-liderazgo-democracia-y-populismo.html

martes, 1 de febrero de 2011

La locomotora minera

Columna- La Tarde
Fundación Kíos

La locomotora minera

Una de las metas contenidas en las Bases del Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para todos” está referida al desarrollo minero y la expansión energética como pilar fundamental sobre el cual descansarán el crecimiento y la prosperidad en los próximos años. Este documento menciona la importancia de aprovechar el potencial energético del país, logrando no sólo el abastecimiento interno en el mediano y largo plazo, sino también la expansión del sector a partir de la inversión extranjera y el incremento de la exploración de nuevos yacimientos. En el plano internacional, la locomotora minero energética cuenta con una coyuntura favorable para su desarrollo, principalmente por el incremento de la demanda de materias primas y recursos por parte de las economías emergentes que hoy lideran el crecimiento económico mundial lo cual se mantendrá como una tendencia sostenida, por lo menos en el corto y mediano plazo. Por su parte, en el plano interno, se cuenta con un acervo de capital público y privado considerable que ha permitido potenciar los recursos existentes a partir de la implementación de diferentes políticas que favorecieron el crecimiento del sector frente al Producto Interno Bruto Nacional.

Pese a tales consideraciones, la sostenibilidad de esta locomotora en el largo plazo va más allá del aprovechamiento de la bonanza global que atraviesan los commodities. A nivel mundial, el incremento progresivo de la investigación y el desarrollo en el sector apunta a la exploración de nuevas fuentes energéticas más limpias y renovables, así como a la gestación de nuevas tecnologías y formas de explotación de los recursos, lo cual muy seguramente, determinará nuevos patrones de consumo, evitando la gran dependencia a las fuentes energéticas tradicionales.

El desarrollo minero energético nacional depende de la consolidación de un nuevo marco regulatorio e institucional a través del cual no sólo se impulse y promocione el sector, sino que también se controle su actividad, disminuyendo la informalidad y el carácter artesanal con que mayoritariamente se realiza. Ello implica repensar las instituciones dedicadas a la vigilancia del sector, así como fortalecer los canales de socialización e implementación de las políticas e incentivos con el sector privado. El adecuado aprovechamiento de los recursos mineros y energéticos se estructura a partir de la disminución de la minería rústica para que no se vuelvan a presentar tragedias como la de Sardinata en el Norte de Santander, las cuales son un freno para un país en el que se pretenden extender y ampliar las condiciones de desarrollo humano y bienestar para todos sus habitantes.
 
Publicado en La Tarde de Pereira el 25 de enero de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/37210-la-locomotora-minera.html