jueves, 7 de abril de 2011

¿Cómo medir la Responsabilidad Social Empresarial?


Investigación- RSE
Santiago Gómez Mejía

¿Cómo medir la Responsabilidad Social Empresarial?

Uno de los retos, y a la vez una de las principales críticas que ha recibido el concepto de RSE, es la aparente dificultad que representa la construcción de indicadores que permitan medir el impacto de las estrategias que en ese sentido diseñan y ejecutan las empresas.

Sin embargo, existen varios intentos por cuantificar la responsabilidad social de las compañías.

El Global Reporting Initiative (GRI) es una de ellas. Su misión es satisfacer la necesidad de “informar sobre la sostenibilidad de forma clara y abierta, [a través de un] marco de trabajo común a nivel mundial, con un lenguaje uniforme y parámetros comunes que sirvan para comunicar de una forma clara y transparente las cuestiones relacionadas [a este tema]” (GRI, 2006, p.4).

La elaboración de informes de este tipo comprende, desde luego, la medición, divulgación y rendición de cuentas a los diferentes stakeholders sobre las estrategias que en el marco de la RSE le apuntan al desarrollo sostenible y son entendidos como informes de responsabilidad corporativa a nivel mundial.

Según la Guía para elaboración de Memorias de Sostenibilidad del GRI estas mediciones cumplen los siguientes propósitos:

[Servir como] estudio comparativo y valoración de desempeño en materia de sostenibilidad con respecto a leyes, normas, códigos, pautas de desempeño e iniciativas voluntarias [realizadas por la empresa]; [como] demostración de cómo una organización influye en – y es influida por- las expectativas creadas en materia de desarrollo sostenible; [o como instrumento de] comparación del desempeño de una organización y entre distintas organizaciones a lo largo del tiempo
  (2006, 5).

Lo anterior implica que las memorias de sostenibilidad y los indicadores establecidos por el GRI actúan como herramientas comparativas y de estandarización, y por tanto determinan el nivel de compromiso de una empresa con el desarrollo sostenible, uno de los componentes estratégicos y definitorios de la responsabilidad social, en la medida que incluye “indicadores que facilitan la comparabilidad de la información sobre el desempeño económico, medioambiental y social de la organización” (GRI, 2006, p.21).

En lo económico, los indicadores miden el desempeño financiero de la empresa, su presencia en el mercado y algunos otros impactos indirectos. En su dimensión ambiental, incluyen factores como los efectos de la operación en la biodiversidad, el cumplimiento de la legislación vigente, los gastos ambientales en que incurre la firma y su impacto sobre los productos y servicios, teniendo en cuenta aspectos como el uso de materiales, de energía, agua, y un monitoreo sobre el manejo de residuos, emisiones y vertimientos. En lo social, examina temas como el empleo, las relaciones entre la empresa y los trabajadores, la salud ocupacional y la seguridad industrial, la capacitación y las políticas de inclusión. Adicionalmente, establece indicadores para verificar el comportamiento empresarial en el ámbito del respeto y promoción de los derechos humanos y algunos otros para determinar impactos en la comunidad en general, el sector público y sus clientes.

Aparte de la batería de indicadores diseñados por el GRI, existen otras iniciativas como las normas AA1000, SA8000, y la ISO 14001[1], iniciativa voluntaria ampliamente difundida a nivel mundial que proporciona información sobre la gestión ambiental, así como también la ISO 26000, cuyo fin es proporcionar pautas específicas y claras a las empresas para cuantificar y evaluar su desempeño social; la del Corporate Impact Reporting que mide la RSE en cinco aspectos: el económico y de mercado, el ambiental, el laboral, el referido a los derechos humanos y el comunitario (Corporate Impact Reporting Initiative, 2009); la del Departamento de Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales del Reino Unido, denominada Environmental Key Performance Indicators (DEFRA, 2006) y la de las Líneas Directrices de la OCDE para empresas multinacionales, dirigidas a enunciar principios y normas voluntarias para una conducta empresarial socialmente responsable y garantizar “que las actividades de esas empresas se desarrollen en armonía con las políticas públicas, fortalecer la base de confianza mutua entre las empresas y las sociedades en las que desarrollan su actividad, contribuir a mejorar el clima para la inversión extranjera y potenciar [su] contribución…al desarrollo sostenible” (“Líneas directrices de la OCDE para empresas multinacionales”, 2009).

Por último, específicamente en el área ambiental, se destaca la Green Media Toolshed[2] que permite evaluar comparativamente tanto a empresas como a comunidades en términos de su contribución a la mitigación de impactos peligrosos y de riesgo a los entornos medioambientales.

Todas estas metodologías permiten la medición y comparabilidad de la RSE, ayudan a escrutar las acciones empresariales frente al entorno que les rodea, y le facilitan a las empresas la acción de reporte, en algunos casos obligatoria, de las actividades que desempeñan en el aspecto social y ambiental.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
1.     Corporate Impact Reporting Initiative (2009), [En línea], disponible en: http://www.iosreporting.org/reporting.asp, recuperado: 16 de Marzo de 2011.
2.     Department for Environment Food and Rural Affairs, (2006), [En línea], disponible en: http://www.defra.gov.uk/environment/business/reporting/pdf/envkpiguidelines.pdf ,  recuperado 16 de Marzo de 2011.
3.     Global Reporting Initiative (GRI), (2006), “Guía para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad”, [En línea], disponible en: http://www.globalreporting.org/NR/rdonlyres/415F297B-5289-4160-8B6C-7CC034D5BE52/0/G3_GuidelinesESP.pdf , recuperado: 16 de Marzo de 2011.
4.     “Líneas directrices de la OCDE para empresas multinacionales” (2009), [En línea], disponible en: http://www.oecd.org/dataoecd/21/20/16975360.pdf , recuperado: 16 de Marzo de 2011.


[1] Según Núñez, entre 1999 y julio de 2003, el número de empresas latinoamericanas certificadas en ISO14001 pasó de 237 a 1.873. En Colombia, durante el mismo período, se pasó de 3 a 69 empresas certificadas (2003, p.25), lo que demuestra el creciente interés del sector empresarial nacional por vincularse a iniciativas de seguimiento a la RSE que desarrollan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario