martes, 27 de diciembre de 2011

Despilfarro navideño


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Despilfarro navideño

A pesar de que la Navidad es quizás la fecha más esperada por las familias colombianas, época para fortalecer los lazos entre unos y otros y dedicar tiempo para arrepentirse de las malas acciones del año, lo que contagia a los ciudadanos de un aparente felicidad, es también una época en la que se ejercen presiones exageradas e innecesarias sobre el medio ambiente.

 Que las principales ciudades del país, por ejemplo, gasten cada una $6.500 millones de pesos en un mes para alumbrarse con 15 millones de bombillos, así sean de tecnología Led, representa un derroche de energía quizás tan escandaloso como el de nuestro ex vicepresidente. Inevitablemente, estos excesos, combinados con algunas evidentes deficiencias en la infraestructura de producción y transmisión energética en el país, presionan al alza las tarifas del kilovatio que pagarán los colombianos en los meses posteriores. Gastar vale y todo gasto se debe financiar.

 Los únicos beneficios reportados a partir de costumbres derrochadoras  e irresponsables ambientalmente como esta son, el aumento de ingresos por turismo y unos mayores flujos de compradores en los comercios de las grandes ciudades, lo que no necesariamente se convierte en mayores ingresos, sino que en ocasiones simplemente traslada las horas en las que las compras se hacen efectivas. Sin embargo, dichos efectos pueden ser, y deberían ser financiados con los recursos de los privados que se benefician de ello, no con recursos de las empresas públicas, que son los recursos de todos.

 A pesar de que con el gasto exagerado de kilovatios en la época navideña se perjudica ambientalmente a quienes los aprueban y disfrutan, también resultan afectados aquellos que no comparten ni encuentran necesario este despilfarro. Esos kilovatios nos harán falta a todos en un futuro, para acciones que pueden ser económica y socialmente muchos más productivas.

En una época en la cual la conciencia ambiental parece haber reaparecido, por lo menos de labios para afuera, resulta ilógico continuar defendiendo costumbres como el alumbrado navideño público. ¿Cuántos beneficios obtendríamos con esos 15 millones de bombillos en escuelas, hospitales y bibliotecas de zonas apartadas del país?, ¿Qué se podría hacer con $6.500 millones anuales redireccionados a otras actividades más productivas, como la educación?

Pero además, ¿Cuántos hectáreas de bosques tuvimos que talar para empacar los regalos que compramos con esos dos billones de pesos que los colombianos acabamos de gastar entre el 22 y el 23 de diciembre pasados?

 Cuando el planeta se deteriore hasta el punto en que nuestra supervivencia se vea afectada en el día a día, y entendamos que hemos cometido errores innecesarios durante décadas, trasladando presiones evitables a los ecosistemas a cambio de obtener pequeños momentos de felicidad, ésta no se alcanzará con el derroche irresponsable de luces encendidas, ni con paquetes coloridos y toneladas de papel gastadas inútilmente.

 No nos lavemos más nuestra atormentada conciencia ambiental con apagones simbólicos durante algunos minutos cada ‘Día de la Tierra’. Seamos ambientalmente responsables de manera sostenible: apaguemos los bombillos y encendamos nuestra responsabilidad, porque una Navidad con menos luz y más abrazos, nos permitirá compartir más fines de año con nuestras familias.

Publicado en La Tarde el 27 de diciembre de 2011 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/53201-despilfarro-navideno.html

martes, 20 de diciembre de 2011

El reto legislativo de 2012


Columna La Tarde
Fundación Kíos

El reto legislativo de 2012

El viernes 16 concluyó una de las legislaturas más dinámicas de los últimos años. A la par con los intensos debates sobre la Reforma a la Justicia, se dieron importantes avances en la concreción de importantes iniciativas legislativas, sobre todo, en el terreno de lo económico y lo social. Ello podría explicarse no solo por la notable tarea que viene desempeñado el Ministro Vargas Lleras en materia de interlocución e intermediación entre el Ejecutivo y el Congreso, sino también, por la existencia de una coalición de gobierno que ha logrado gestarse en torno a la imagen y liderazgo del Presidente Santos. Y todo ello ocurrió, a pesar de las polémicas posiciones del Presidente del Senado sobre el subsidio para combustibles, el fuero parlamentario o la renovación del parque automotor de la corporación, las cuales causaron estupor y asombro en la opinión pública. 

El acervo jurídico desarrollado en el transcurso del 2011 crea un importante marco para la consolidación de muchas de las iniciativas y programas prioritarios del Plan Nacional de Desarrollo. No obstante, la norma por sí sola no es suficiente. Si bien es cierto que la Ley es uno de los componentes fundamentales de toda política pública, ésta debe desarrollarse y concretarse a través de las acciones cotidianas y permanentes que realizan los gerentes públicos. Por ello, la próxima legislatura será decisiva no solo para continuar con el camino recorrido en materia de creación normativa, sino también para fortalecer el control político y el adecuado seguimiento a la acción desarrollada por las entidades públicas frente a las aspiraciones de la Ley. El 2012 debe posicionarse como el año de la evaluación y el monitoreo a los resultados obtenidos en la aplicación de la legislación creada.  

En la mayoría de los países de la región, los parlamentos son percibidos como instituciones decadentes, corruptas y anquilosadas en el tiempo. Prueba de ello, son los resultados de las encuestas de confianza institucional, en las cuales la ciudadanía manifiesta confiar más en instancias como la Iglesia, la Fuerzas Militares o los Medios de Comunicación que en los Congresos o los Partidos Políticos.  Los imaginarios ciudadanos y la opinión pública no son fortuitos, dado que éstos recogen gran parte de la insatisfacción colectiva frente a los escándalos y detrimentos patrimoniales que han rodeado históricamente a los Congresos. Romper con esta tendencia negativa, requerirá algo más que discursos sobre la necesidad de preservar la dignidad parlamentaria, tal como lo expresaba hace algunos meses el Senador Corzo. 

Publicado en La Tarde del 20 de diciembre de 2011, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/52876-el-reto-legislativo-del-2012.html

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sobre propuestas y debates incorrectos


Columna de Opinión
Gnothi Seauton

Sobre propuestas y debates "incorrectos"

Mientras el nuevo alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, se empeña en proponer la creación de una súper entidad que maneje los servicios públicos domiciliarios de energía, agua y alcantarillado y telecomunicaciones, controlada por el Distrito Capital, que seguiría el modelo de las Empresas Públicas de Medellín, en Honduras, uno de los países más pobres, corruptos y violentos de Centroamérica, surge una exótica iniciativa que busca des-estatalizar funciones como la creación de la riqueza, mantener impolutas las diversas actividades económicas y sociales y también proveer los distintos servicios públicos, incluidos, por supuesto, los domiciliarios.

La historia se encuentra en el artículo de The Economist, Hong Kong in Honduras, y el proyecto se presenta con las siguientes características:


Y más adelante se agregan detalles puntuales sobre el funcionamiento y normas al interior de estas "ciudades cuasi-independientes":


Por supuesto la iniciativa no se encuentra libre de críticas, en lo absoluto irrelevantes:

Como lo revela la descripción del proyecto y las críticas al mismo, el desafío para Honduras es más que majestuoso pero debe destacarse la creatividad en los centroamericanos que han tratado de adoptar y adaptar modelos diferentes a los ya extensamente ensayados y que han producido efectos más negativos que positivos, como aquel que busca una mayor y decidida intervención del Estado en las vidas y negocios de sus ciudadanos. Dichos fallos no se encuentran exclusivamente en los casos más obvios como la Cuba de los Castro y la Venezuela de Hugo Chávez, sino también en los Estados benefactores francés y estadounidense, y para no ir tan lejos, en la experiencia de Emcali, la contrapartida a la exitosa pero solitaria EPM.

Este nuevo paradigma de desarrollo económico encuentra su fundamento en el trabajo del economista Paul Romer. De hecho, Romer ha impulsado desde hace unos años estas "ciudades libres" por medio de conversaciones y contactos con los líderes de países en vías de desarrollo, especialmente en la África Subsahariana, y en el caso de las Regiones Especiales de Desarrollo hondureñas. El profesor y emprendedor Romer hace parte de los miembros iniciales de la Comisión de Transparencia que será la entidad encargada de poner a funcionar las "dos ciudades" libres proyectadas en el país centroamericano. 

Quizás lo más interesante del pensamiento y el accionar de Romer, es que se ha esforzado a pensar "incorrectamente" en los temas de desarrollo, desafiando las fronteras de lo posible y lo aceptable, al impulsar radicales críticas en contra de la democracia y el Estado como herramientas útiles y efectivas a la hora de luchar contra la pobreza y el subdesarrollo, e impulsar conceptos considerados superados como el neo-colonialismo y otros llamados a revisión como la tecnocracia, con el solo objetivo de buscar soluciones a los graves desafíos que se desprenden de las situaciones extremas y crónicas de las naciones y las ciudades del siglo XXI, en el que en las próximas décadas, más de tres billones de habitantes se volcarán a unas urbes que hoy no pueden suplir adecuadamente los servicios básicos y proveer oportunidades para mejorar los estándares de vida de sus habitantes. 

The Atlantic Magazine, en su número de julio y agosto de 2010, publicaba una interesante pieza sobre Paul Romer, The Politically Incorrect Guide to Ending Poverty, y su lucha por las “ciudades libres”, en la que se puede detallar la complejidad de la propuesta, así como los múltiples obstáculos que debe esquivar para lograr su implementación. Junto a Romer vienen trabajando instituciones como la Free Cities Institute y la Future Cities Development Corporation que han firmado acuerdos de entendimiento para participar en el proyecto hondureño.      

La aparición y consolidación del Estado Moderno Occidental y la democracia en Europa, luego en Norteamérica y el Japón y posteriormente en buena parte del planeta, pueden considerarse como uno de los grandes avances de la Humanidad desde el siglo XV aproximadamente hasta nuestros días. No obstante, como quizás lo está dejando en evidencia la grave crisis socioeconómica y política por la cual están pasando Europa y EUA, dicho sistema está colapsando y por lo tanto resulta necesario abordar nuevas visiones como la que Romer se encuentra impulsando, ya no solamente en los libros y foros académicos, sino en la vida real. Trujillo, en Honduras, puede ser uno de los ejemplos a seguir en países como Colombia y ciudades como Bogotá.

La alternativa a un Estado altamente inoperante quizás no se encuentre en un Estado más grande, sino en uno más pequeño y más limitado. Incluso en uno inexistente.

Imagen tomada de: http://www.gutierrez-rubi.es/2010/07/15/la-comunicacion-politica-en-el-debate-del-estado-de-la-nacion/

martes, 13 de diciembre de 2011

Risaralda se moviliza


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Risaralda se moviliza

Desde la semana pasada, la Fundación Kíos forma parte, oficialmente, de la Movilización Social, un proceso que busca llevar al departamento, en un proceso de largo plazo, hacia una sociedad y una economía basadas en el conocimiento, con equidad, justicia, inclusión y responsabilidad social.

La Fundación Kíos entiende la importancia de la Movilización Social porque, a través de un proceso de construcción colectiva, busca involucrar a los más diversos actores en la creación de una sociedad que genere niveles muy superiores de bienestar a sus ciudadanos, mediante la intervención ordenada y sistemática en el ciclo de creación, ejecución y evaluación de las políticas públicas más relevantes durante los próximos 20 años.

Como hemos venido subrayando en nuestras columnas, una de las principales falencias de la gestión pública en nuestro país es la ausencia de ejercicios de planeación a largo plazo, y creemos que los escenarios y las sinergias que pretende generar la Movilización Social, propenden por instancias responsables de prospectiva que catalizarán procesos de desarrollo con bienestar significativos y sostenibles.

Adicionalmente, la Movilización tiene como objetivo formular seis políticas públicas para el departamento, que a nuestro juicio, conjugan los seis grandes retos de mediano y largo plazo que debería incluir cualquier proceso de planeación serio que se plantee hoy en el ámbito regional, nacional y global. En ese sentido, la primera infancia, la educación, la ciencia , tecnología e innovación, la competitividad, el desarrollo social y el medio ambiente, hacen de esta agenda, la hoja de ruta adecuada para superar los principales retos a los que Colombia se debe enfrentar durante el siglo XXI.

El llamado es entonces a que conjuntamente, construyamos una sociedad más justa, más inclusiva y más responsable. Participemos todos. Vigilemos la manera como se diseñan y se piensan las macropolíticas que determinarán las ejecuciones futuras en cada uno de esos seis campos. Hagamos veeduría a la forma como ellas se ejecutan, independiente de el partido o la agrupación política que elijamos como ejecutora. Y también participemos activamente en la evaluación de sus resultados.

Solo así, la Risaralda que recibirán nuestros hijos y nietos nos permitirá reconocernos gestores de un futuro adecuado para esas generaciones. Solo así habremos cumplido con responsabilidad nuestro papel como ciudadanos activos y comprometidos con el bienestar de quienes nos sucedan.
Por eso, los invitamos a conocer más de este proceso.

Publicado en La Tarde el 13 de diciembre de 2011 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/52472-risaralda-se-moviliza.html

martes, 6 de diciembre de 2011

Todos a marchar


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Todos a marchar

Hoy se ha convocado una jornada de manifestación popular contra las FARC, motivada por el más reciente asesinato de cuatro militares secuestrados que llevaban más de una década en cautiverio. Esta no puede ser vista como una simple marcha más, ni mucho menos como un acto aislado. Debe ser asumida, como una oportunidad significativa para reiterar la posición del pueblo colombiano frente al conflicto interno del país y frente a la violación permanente de los principios más puros del DIH y de los Derechos Humanos por parte de ese grupo terrorista.  

Son muchos los actos deplorables que engrosan la lista de barbaries cometidas por la FARC, incluyendo el reclutamiento forzado de menores, la utilización de minas antipersonales, la violación de mujeres y niñas, la construcción de campos de concentración y el secuestro político y extorsivo como mecanismo de presión. Sin embargo, la actual coyuntura de esta organización armada está marcada por su debilitamiento militar y el aislamiento político en el plano nacional e internacional lo que le ha representado perder cualquier margen de influencia o maniobra en múltiples ámbitos y escenarios. Por eso, una marcha multitudinaria puede significar un golpe adicional, mucho más si ésta se produce luego de los impactos más contundentes y certeros que le han sido propinados por nuestras fuerzas militares en los últimos años. 

Así mismo, esta jornada de movilización ciudadana envía un mensaje claro de respaldo a nuestros infantes de marina y soldados por sus acciones heroicas y valerosas. En ningún momento se puede poner en duda su compromiso con la democracia y el Estado de derecho, pues ellos son los que diariamente se enfrentan a los rigores del conflicto e incluso ofrecen su vida por la tranquilidad y la convivencia ciudadana. Achacarles algún grado de responsabilidad o incluso sugerir algún grado de omisión en la masacre infame de los secuestrados, es desconocer, por completo, la historia y el prontuario de las FARC, así como el importante rol de nuestros hombres frente al accionar de los grupos armados al margen de la ley. 

Contrario a lo que algunos ciudadanos puedan creer, la marcha de hoy puede ser considerada como un hito político clave en la búsqueda de una solución definitiva al conflicto armado. Por eso, hay que cohesionarnos en torno a un solo grito y sola voz. Ojalá que las FARC y su nuevo mando, entiendan que hoy no tienen ningún grado de representatividad y aceptación, en ningún círculo político ni en ningún sector de la sociedad colombiana. Aún a pesar de que sigan portando en sus camuflados ilegales las palabras “ejército del pueblo”. 

Publicado en La Tarde del 6 de diciembre de 2011 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/52102-todos-a-marchar.html

domingo, 4 de diciembre de 2011

Un triunfo doloroso


Columna de opinión
Meden Agan

Un triunfo doloroso

El próximo 6 de diciembre Colombia se movilizará nuevamente para demostrar su repudio contra el vil fusilamiento de los policías secuestrados por las FARC. Seguramente, el país protagonizará una nueva manifestación masiva y la comunidad internacional se fijará de nuevo en nuestro país para solidarizarse con el clamor popular.

Sin embargo, contrariamente a lo que piensa y siente la mayoría de los colombianos hoy, la cobarde masacre de los cuatro plagiados representa un triunfo tan significativo para el gobierno como las operaciones Jaque, Sodoma u Odiseo. No por la afortunada esperanza que nos dejó la valiente fuga del sargento Erazo, sino por lo que se puede leer entre líneas de la muerte de los cuatro, hoy declarados, héroes de la patria.

El asesinato de Duarte, Hernández, Martínez y Moreno, además de ser un hecho violatorio de cualquier marco normativo aplicable en nuestro país, e incluso a nivel inter y supranacional, debe interpretarse como una muestra de que las Fuerzas Armadas, no solo están ganando definitivamente la guerra debido a la eficiencia de los golpes militares atestados sobre las filas enemigas, sino también porque la guerrilla a la cual enfrentan demostró con el asesinato atroz de los miembros de la fuerza pública, que su estrategia es presa de la desesperación, mala consejera en la partida de ajedrez que juegan contra el Estado durante ya casi medio siglo.

Un total de 26 canjeables han muerto en cautiverio a causa de las cobardes balas de sus captores. Esto es una muestra irrefutable, no solo de la barbaridad con que la guerrilla quiere afrontar el pulso contra un Estado cada vez más fuerte e inteligente, lo que les ha hecho perder la cercanía con la sociedad civil que hace no mucho creyó en sus reivindicaciones, sino de su torpeza estratégica. Los subversivos hoy están acorralados, asustados y confundidos como nunca antes.

Si en algún momento las FARC tuvo margen de negociación ante el gobierno colombiano fue cuando muchas de las voces públicas conocedoras de la historia del conflicto armado e incluso algunas autoridades internacionales, pusieron sobre la mesa imaginaria de negociación la posibilidad del llamado canje humanitario, posibilidad que se diluye poco a poco en la medida en que las ‘piezas’ que permitían a los subversivos acceder a esa posibilidad han sido liberadas y rescatadas por el Ejército, o vilmente asesinadas por sus propios captores. La muerte del coronel, el mayor, el sargento y el intendente mina aún más las posibilidades de una salida negociada al conflicto que favorezca en algún mínimo sentido las pretensiones, ya indescifrables de las FARC, porque ya no tienen con qué presionar al establecimiento. Perdieron la guerra en el escenario militar, y se están suicidando en el político y estratégico.

Hoy el Ejército empieza a inclinar a su favor la balanza del conflicto porque cada vez son menos las regiones que se escapan a su control, porque ha sido supremamente exitoso en demostrar que los jefes guerrilleros no están seguros en ninguna montaña del país, ni siquiera en las de los vecinos, y están condenados a morir o a ser capturados. La balanza, como nunca antes, favorece al gobierno porque los hechos recientes demuestran que políticamente la guerrilla perdió el apoyo popular que alguna vez le permitió cierta interlocución en escenarios de poder legal, gracias a la equivocada percepción ciudadana que creía en unos ideales de izquierda que pretendían representar los bandoleros.

Timochenko y Márquez caerán. La tendencia que se observa en la historia reciente del conflicto así lo predice. El reto ahora debe llevar al gobierno de turno y los que le precedan, a superar la obsesión de achacar al conflicto armado todos nuestros males, sin dar el brazo a torcer en temas de seguridad nacional que permitan, con el tiempo, eliminar las motivaciones que podrían llevar a un campesino a vincularse a una guerrilla paleolítica a la cual, no solo sus discursos retrógrados sino sus desesperados actos militares terminaron por derrotar.

Hoy afortunadamente, ni Colombia es tan pendeja, ni los guerrilleros tan estratégicos como antes.

Imagen tomada de http://www.educweb.org/webnews/ColNews-Sep09/Spanish/Articles/Noticiasdesdeelinfierno.html

sábado, 3 de diciembre de 2011

Pobreza analítica


Columna de opinión
Gnothi Seauton

Pobreza analítica

Ayer jueves primero de diciembre, El Tiempo publicó el análisis titulado ¿Cómo sentar a las Farc a negociar? escrito por el señor Pedro Miguel Vargas, subeditor del diario económico Portafolio. El artículo es una muestra fehaciente más, de las muchas y continuas que aparecen en los análisis y opiniones alrededor del Conflicto Armado Interno, CAI, colombiano, de lo que desde aquí hemos considerado una grave y preocupante incomprensión de lo que realmente significan hoy las Farc para Colombia.

Veamos, en el artículo en mención, dónde se evidencia dicha incomprensión:

En primer lugar, aunque esto resulta secundario, el título del artículo no se compadece con lo que termina ofreciendo. Antes que intentar resolver el "cómo sentar a negociar a la organización insurgente", el señor Vargas nos ofrece una recopilación de la teoría de negociación de conflictos que ha expuesto con mucho éxito comercial el profesor de Harvard, Roger Fisher y sus colaboradores en el proyecto de negociación de esa prestigiosa universidad estadounidense. El problema acá es que los tips que nos recuerda Vargas resultan ser claves útiles para el momento de la negociación misma. Así, el título del escrito debería ser algo parecido a "Una vez estén sentadas en la mesa, ¿cómo negociar con las Farc?".

Sus consejos poseen un carácter limitado a lo metodológico. Negociar es un arte y poseer la experiencia y la habilidad para llevar a puerto seguro una negociación, resulta fundamental para el éxito de cualquier empresa. Pero los aspectos estratégicos, es decir de fondo, que condicionan verdaderamente el inicio, desarrollo y desenlace de unas negociaciones, pasan marginalmente por la metodología. Por encima existen unas realidades incuestionables y testarudas que son verdaderamente las que determinan, por ejemplo, si en el caso de las Farc, se sientan o no a negociar.

En segundo término, durante la sección de su artículo titulada Un proceso bien llevado, Vargas señala que es una insensatez, casi una necedad, solicitar como precondición a cualquier negociación con las Farc, que éstas unilateralmente detengan todas su acciones armadas, porque esta acción, cuando ha sido implantada al inicio de las negociaciones, ha terminado siendo contraproducente en otras experiencias. Recomienda entonces que sea al final del "proceso, cuando ya está casi todo acordado para una desmovilización final". Esta observación deja por fuera la franca realidad actual del CAI colombiano. Después del fracaso de El Cagüán, las Farc fueron derrotadas en la arena política. Al interior del país, su ya de por sí mancillada popularidad, nunca llegaría a superar el margen de error en las encuestas de favorabilidad. Y con los continuos golpes militares al grupo insurgente especialmente durante la segunda mitad de la década pasada, entre los que se destacan las bajas de Reyes, Jojoy y Cano, la Operación Jaque y la muerte natural de su máximo líder, Tirofijo, la superioridad militar del Estado frente al grupo guerrillero ha quedado clara.

Militarmente las Farc no han sido derrotadas y debido a factores como el narcotráfico dicho objetivo resulta casi imposible de obtener. Pero que no queden dudas: políticamente su sitio no es otro que el hades. En su afán por justificar la necesidad sine qua non de la negociación, Vargas pierde de vista la realidad y de alguna forma asume que las relaciones actuales de poder entre Estado y Farc son similares o incluso idénticas. Por ello no puede vislumbrar una forma, no perfecta pero aceptable, de llevar a cabo un cese al fuego que se adapte a nuestras condiciones presentes y es la de las zonas de concentración, en donde quienes se van a desmovilizar se reúnen en un lugar específico concertado con el gobierno y éste se encontraría bajo el tutelaje de la Fuerza Pública. Por supuesto, y es el problema inicialmente señalado del documento de Vargas, esto hace parte de la mecánica. La pregunta de fondo, como lo indica el título de su artículo, radica en cómo hacer que se sienten a negociar y esto es lo que no resuelve y ni siquiera trata el autor.

Un paréntesis. Esta pobreza analítica se desprende en buena medida de un vicio recurrente de los analistas colombianos e internacionales y es el apego enfermizo y limitativo a las declaraciones y discursos de los protagonistas del acontecer mundial. En uno de los pasajes de su pieza, Vargas nos recuerda las palabras del presidente Juan Manuel Santos sobre la búsqueda de "una paz digna, duradera y real", para indicarnos de manera contundente que la obtención de ésta "sólo (será posible) si hay una salida a través del diálogo" y dicho diálogo, obviamente, será aquel desarrollado bajo las formas y condiciones que él plantea. Si estos comentaristas abordasen el estudio de la estrategia, la historia y la política, sus reflexiones irían más allá de observaciones a las entelequias de los discursos de los protagonistas que tienen por objetivo, en la mayoría de las veces y totalmente comprensible, congraciarse con la opinión pública.

Finalmente, entrando en el terreno de la especulación, debe señalarse que lo más preocupante y peligroso de este análisis es que propone como premisa que en el Conflicto Armado Interno colombiano no hay "buenos" ni "malos". No se trata de enarbolar posiciones maniqueas, simplistas y radicales, sino reconocer la existencia de una superioridad moral de uno de los bandos y, por decir lo menos, la franca decadencia del otro. Equiparlos no tiene razón de ser.

Esta visión alejada de la realidad, por supuesto no es exclusiva del señor Vargas. Solamente el día miércoles de esta semana, en las páginas editoriales del mismo diario, el exprocurador, exfiscal y exprecandidato presidencial Alfonso Gómez Méndez, publicó en su columna, Hay que parar la barbarie, planteamientos que reflejan las mismas dolencias analíticas que la pieza del subeditor de Portafolio. Es decir, un divorcio entre las apreciaciones realizadas y la realidad tozuda.

Lo que causa desasosiego profundo es que este tipo de planteamientos, como puede observarse, pululan al interior de la actual clase dirigente colombiana. Gómez Méndez ha ocupado las dignidades de control más importantes del país y Vargas influye en el contenido y dirección de una de las publicaciones económicas líderes en el mismo.

¿Cómo sentar a las Farc a negociar? El camino es el de la última década. Permanente presión militar permitiendo posibles espacios de negociación pero entendiendo que estos, de existir, lo harían bajo las premisas del Estado y la sociedad colombiana. Asimismo resulta neurálgico asimilar que la desaparición de las Farc no resuelve los gigantescos retos que tiene pendiente Colombia para construir y consolidar un país moderno. Las Farc hoy por hoy no representan ningún desafío estratégico a la nación colombiana.