martes, 20 de diciembre de 2011

El reto legislativo de 2012


Columna La Tarde
Fundación Kíos

El reto legislativo de 2012

El viernes 16 concluyó una de las legislaturas más dinámicas de los últimos años. A la par con los intensos debates sobre la Reforma a la Justicia, se dieron importantes avances en la concreción de importantes iniciativas legislativas, sobre todo, en el terreno de lo económico y lo social. Ello podría explicarse no solo por la notable tarea que viene desempeñado el Ministro Vargas Lleras en materia de interlocución e intermediación entre el Ejecutivo y el Congreso, sino también, por la existencia de una coalición de gobierno que ha logrado gestarse en torno a la imagen y liderazgo del Presidente Santos. Y todo ello ocurrió, a pesar de las polémicas posiciones del Presidente del Senado sobre el subsidio para combustibles, el fuero parlamentario o la renovación del parque automotor de la corporación, las cuales causaron estupor y asombro en la opinión pública. 

El acervo jurídico desarrollado en el transcurso del 2011 crea un importante marco para la consolidación de muchas de las iniciativas y programas prioritarios del Plan Nacional de Desarrollo. No obstante, la norma por sí sola no es suficiente. Si bien es cierto que la Ley es uno de los componentes fundamentales de toda política pública, ésta debe desarrollarse y concretarse a través de las acciones cotidianas y permanentes que realizan los gerentes públicos. Por ello, la próxima legislatura será decisiva no solo para continuar con el camino recorrido en materia de creación normativa, sino también para fortalecer el control político y el adecuado seguimiento a la acción desarrollada por las entidades públicas frente a las aspiraciones de la Ley. El 2012 debe posicionarse como el año de la evaluación y el monitoreo a los resultados obtenidos en la aplicación de la legislación creada.  

En la mayoría de los países de la región, los parlamentos son percibidos como instituciones decadentes, corruptas y anquilosadas en el tiempo. Prueba de ello, son los resultados de las encuestas de confianza institucional, en las cuales la ciudadanía manifiesta confiar más en instancias como la Iglesia, la Fuerzas Militares o los Medios de Comunicación que en los Congresos o los Partidos Políticos.  Los imaginarios ciudadanos y la opinión pública no son fortuitos, dado que éstos recogen gran parte de la insatisfacción colectiva frente a los escándalos y detrimentos patrimoniales que han rodeado históricamente a los Congresos. Romper con esta tendencia negativa, requerirá algo más que discursos sobre la necesidad de preservar la dignidad parlamentaria, tal como lo expresaba hace algunos meses el Senador Corzo. 

Publicado en La Tarde del 20 de diciembre de 2011, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/52876-el-reto-legislativo-del-2012.html

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