viernes, 1 de marzo de 2013

Analfabetismo funcional


Columna de opinión
Santiago Gómez

Analfabetismo funcional

Hace un par de semanas se conocieron los resultados del estudio PIRLS 2011, que mide la capacidad de escolares en 45 países para comprender lo que leen en su idioma nativo. Somos un país de analfabetas funcionales.

En Colombia, concluye el informe final, 6 de cada 10 estudiantes no entienden bien lo que leen. Preocupante claramente, pero esta cifra esconde problemas estructurales que se asientan en la base del sistema educativo colombiano, y de lo poco eficientes que hemos sido todos para modificar esta situación.

En Colombia se lee poco y mal. Según el Cerlac, en Colombia el 44% de su población mayor a 14 años se declara abiertamente como no lectora, y el 67% de ellos manifiesta que no lo hace por simple desinterés o porque no le gusta hacerlo. Mientras un español lee 10 libros al año, un colombiano lee 2.

A pesar de que el alto costo de los libros es un argumento utilizado comúnmente para excusar la falta de lectura, Colombia, con un sistema de bibliotecas públicas adecuado y comparativamente superior al de sus vecinos, se destaca como el segundo país de Iberoamérica con mayor uso del sistema de bibliotecas escolares y universitarias. Según este y otros estudios, el desinterés pesa más que el costo de los libros, que comparativamente no es tampoco significativamente superior al de los otros países incluidos en el estudio.

En el fondo, lo que determina la falencia detectada por el PIRLS 2011 y los anteriores en los que Colombia ha participado es ese desinterés por la lectura. Un desinterés de la familia, que no inculca el hábito desde edades tempranas y de la escuela, que no exige ni enseña niveles superiores de comprensión y que no promueve volúmenes superiores de lectura durante el año, así como tampoco se preocupa por formar adecuadamente a sus docentes en temas relativos a la lecto-escritura.

A leer se aprende leyendo, como a montar bicicleta se aprende con la práctica. Si somos un país que no lee, no aprenderemos a leer. Y en la medida en que la lectura, la escritura y la capacidad argumentativa están estrechamente ligadas, si continuamos siendo un país que sabe leer pero que ni le interesa hacerlo ni entiende lo que lee, difícilmente seremos un país que sea capaz de dialogar críticamente sobre los problemas que nos aquejan, y ese es el primer paso para solucionarlos. Sin educación no habrá futuro.

Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanga, el viernes 22 de febrero de 2013, en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/197179-analfabetismo-funcional

jueves, 28 de febrero de 2013

Sin perspectiva histórica

Columna de opinión
Santiago Gómez

Sin perspectiva histórica

Es frustrante enfrentarse a ciudadanos que intentan ser políticamente activos pero sucumben a la tentación de hacer un análisis político descontextualizado, ahistórico, maniqueo, sin perspectiva comparada y oportunista. Tienden a relacionar todo lo que ocurre en este país con Santos y Uribe. Las discusiones sobre lo democrático que pueda ser el sistema político colombiano terminan, en el imaginario público, asumiendo como verdaderas opiniones que remiten a describir nuestro sistema como lo que denominan ‘corruptocracia’, ‘una falsa democracia’ o una ‘democracia inútil’.

Hacer un análisis de los avances logrados por el país requiere conocer nuestra historia y la de países similares. Cualquiera que haya vivido durante el Frente Nacional, cualquier militante de la extinta Unión Patriótica o cualquiera que haya sentido miedo durante los últimos años de la década de los 80 a causa del narcoterrorismo, debería reconocer, aún sin ser analista político, que este país ha cambiado para bien en los últimos cuatro lustros.

La Colombia de los 80, administrada con un contrato suscrito en 1886, era una nación temerosa, que desconfiaba de sí misma, con una institucionalidad acorralada, aislada económicamente y con una ciudadanía que no podía expresar libremente sus opiniones y que entendía que la única manera de hacer oposición política era mediante las balas. Hoy el panorama es afortunadamente diferente en varios sentidos.

Colombia se insertó al ciclo de la economía global. La participación política dejó de ser un privilegio de las élites; se consagraron nuevas formas de deliberación ciudadana; la tutela permitió a los ciudadanos reclamar al Estado el cumplimiento de sus obligaciones; el Ejecutivo dejó de ser tan desproporcionadamente poderoso frente a los jueces y los legisladores y la Fiscalía surgió como el soporte de un aparato judicial paquidérmico.

Si bien nuestra democracia sigue siendo perfectible, en parte por la incapacidad ciudadana de ejercerla adecuadamente y de manera efectiva, desconocer el salto cualitativo que dio Colombia en las últimas dos décadas como consecuencia de la Constitución de 1991, es un acto de atrevida ceguera y de desconocimiento vulgar de la historia nacional e internacional. Quien no ha visto reprimidas sus libertades políticas, no las aprecia cuando las puede ejercer libremente.

Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanga, el viernes 15 de febrero de 2013, en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/196177-sin-perspectiva-historica

martes, 26 de febrero de 2013

La pérdida de la inocencia primaveral


Columna de opinión
Santiago Gómez

La pérdida de la inocencia primaveral

Hace dos años escribí sobre la primavera árabe que “ni la salida de los tiranos implicará un cambio de estrategia política que beneficie a quienes protestan en su contra, ni estos hechos podrán confundirse con la llegada de la democracia a unos países que, históricamente, parecen no estar preparados para ella”. Había caído Mubarak, la revolución se extendía y el mundo veía con optimismo el fin de la represión. Todo parecía indicar que ese sería un nuevo “fin de la historia”, en el mismo sentido que Fukuyama había anunciado luego de la caída del Muro.

Hoy la realidad se acerca más a mis predicciones pesimistas: las flores se marchitaron y la prosperidad no llegó a Egipto. Se mantienen allí el descontento, la violencia, los abusos y la desigualdad, mientras aumenta la frustración de todos aquellos que creyeron que el país había cambiado.

Esta reflexión y  los siguientes dos comentarios sobre las negociaciones y el conflicto colombiano me permiten afirmar que para alcanzar la paz se requiere mucho más que lo que todos estamos dispuestos a poner sobre la mesa. El primero, que el proceso de negociación se politiza cada día más y los negociadores del gobierno incumplen las reglas de juego pactadas previamente. Estas semanas las conversaciones se trasladaron a los micrófonos, a raíz del absurdo y reprochable secuestro de los militares, cuando una de las condiciones del proceso era no ventilar los desacuerdos públicamente. Por otro lado, ninguna de las partes ha cumplido la condición de hacer la negociación en medio y a pesar de la guerra. Las declaraciones de De la Calle, del mindefensa y del Presidente, así como el intento uribista de aprovechar la situación y la resonancia mundial que los guerrilleros lograron con la noticia, me parece que buscan la reivindicación de unas posiciones eventualmente favorables electoralmente, pero dañinas para la negociación.

El segundo, advertir que lo que es realmente potente electoralmente es la gestión adecuada del postconflicto. Firmar la paz será apenas el comienzo de la prosperidad, que requiere más gestión, habilidad política y preparación que la misma desactivación del conflicto. Si Santos logra finalizarlo, no podemos creer inocentemente que todo lo demás vendrá por añadidura.

Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanga el 8 de febrero de 2013, en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/195104-la-perdida-de-la-inocencia-primaveral

lunes, 25 de febrero de 2013

¿Cómo votamos?


Columna de opinión
Santiago Gómez

¿Cómo votamos?

Esta semana se dieron a conocer los resultados de la encuesta de percepción ciudadana realizada en noviembre pasado por el Programa ‘Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos’.

Esta medición arroja datos sobre el clima de opinión en el Área Metropolitana y permite obtener un balance sobre la valoración que hace la comunidad de las políticas desarrolladas por las actuales administraciones municipales.

Uno de las principales conclusiones es la sensación de pesimismo e insatisfacción generalizada de los habitantes del Área por temas como la corrupción, así como de la valoración y confianza frente a los mandatarios locales. En ese aspecto, ninguno de los cuatro alcaldes obtuvo una calificación mayor a 2.9, y el peor calificado del país es el de Floridablanca.

Pero lo importante de esta medición no es únicamente decir que los ciudadanos no están contentos con los mandatarios que eligieron, sino debatir por qué razones y de qué maneras hemos venido, desde hace décadas, eligiendo alcaldes que no cumplen para lo que los elegimos.

Ese debate no se resuelve solo de la manera obvia, que nos llevaría a acusar a los burgomaestres actuales de ser malos administradores, de incumplir sus promesas o de no gestionar lo público de manera adecuada. En el fondo, hay preguntas que casi nunca se hacen evidentes cuando se evalúa la actuación de los funcionarios elegidos popularmente: ¿La baja percepción explica una comprobada mala gestión o evidencia también que nuestra decisión del voto no responde, por lo general, a un ejercicio serio de análisis de las propuestas de campaña de los candidatos? Que al año de iniciar sus mandatos, los cuatro alcaldes sean tan mal calificados por la ciudadanía evidencia también que quienes votaron por ellos manifiestan hoy haberse equivocado en su elección.

Lo que arroja el resultado de esta encuesta frente al tema de los actuales alcaldes, es que no solo ellos se equivocan, sino también la ciudadanía. Si fuéramos capaces de entender, a la luz de estos datos, que la ciudadanía es tan o más responsable del deterioro de sus ciudades que los alcaldes que eligieron y no les satisfacen, el ejercicio del voto se cualificaría de tal manera que el margen de equivocación al momento de materializarlo, se disminuiría sustancialmente.

Publicado en Vanguardia Liberal el viernes 1° de febrero de 2013, en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/194041-como-votamos  

lunes, 11 de febrero de 2013

Chávez protagonizará The Walking Dead


Columna de opinión
César Niño

Chávez protagonizará The Walking Dead

¿Hasta cuándo gobernará el mito? Esta parece ser una pregunta que no solo en Venezuela está latente, sino en toda América Latina.  El ausentismo (no he dicho autismo) del presidente Hugo Chávez parece ser quien gobierna en Caracas. Todo lo que en los últimos dos meses ha venido sucediendo en la política venezolana parece ser un completo novelón. Un protagonista ausente padeciendo una enfermedad terminal, un sirviente enamorado (Maduro) haciendo de las suyas y una audiencia expectante de la situación, quien ha divagado sobre el final de la puesta en escena.

Pero más allá del acontecer diario, aún gobierna un mítico Chávez. Desde una clínica en La Habana, que ahora parece un estudio cinematográfico, el presidente de los venezolanos ha tomado serias decisiones de gabinete y política nacional. No sé cómo puede firmar documentos públicos en dicho estado de salud, no sé cómo puede enviar mensajes si no puede siquiera despertar, no sé cómo puede su fiel sirviente Nicolás Maduro leer el libreto del papel de Chávez, pero algo que sospecho es que pronto la cadena Fox llamará a Hugo Chávez como nuevo personaje en The Walking Dead, o mejor aún, en American Horror Story, y no lo digo porque el mandatario coma cerebros, sino porque en el papel y en Miraflores, Chávez pareciera estar muy vivo.

Ojalá la “democracia” venezolana aprenda de la monarquía holandesa y deje de hacerle caso a la “monarquía cubana”, y abdique su presidente. Todos tenemos derecho a enfermarnos pero no a usar el mito como el Leviatán, es mejor que “mi comandante deje de ser ya un mito mandante”.

martes, 29 de enero de 2013

La ‘farandulización’ de lo importante


Columna de opinión
Santiago Gómez

La ‘farandulización’ de lo importante

Los espectadores consumen ávidamente las noticias de la telenovela más exitosa del año, que sin duda se convertirá en muy poco tiempo en película, culebrón en horario triple A y libro. 

Esta semana se reactivó la hoguera del caso Colmenares. La captura de los aparentemente falsos testigos, la portada de la revista Semana y los ‘última hora’ de los titulares noticiosos, hicieron que el país, nuevamente, se rindiera ante los vericuetos de un caso que retrata al sistema judicial colombiano y la fragilidad de la aplicación de justicia en este país olvidado por la diosa Themis.

Los espectadores consumen ávidamente las noticias de la telenovela más exitosa del año, que sin duda se convertirá en muy poco tiempo en película, culebrón en horario triple A y libro. Pero es un espectáculo bochornoso, por una parte, porque la justicia no se debe decidir desde los micrófonos, pero peor aún, porque el caso Colmenares evidencia que solo quienes tienen plata pueden luchar por alcanzar fallos que consideran justos. ¿Y si no hubieran sido estudiantes de los Andes?, ¿Y si el hecho investigado no hubiera ocurrido en una zona exclusiva de Bogotá? ¿Cuántos Colmenares más hay en Colombia arrumados en una pila de expedientes olvidados en algún juzgado? La justicia, en este caso y en el de Valerie Domínguez se ‘farandulizó’. Y eso no es bueno.

Por otra parte, según el Pnud, en Colombia abusan sexualmente de un menor cada setenta segundos. Santander y Bucaramanga lideran las tablas de delitos cometidos contra los niños y niñas, pero la noticia que ocupó los titulares de prensa y las redes sociales durante esta semana fue el nacimiento de un niño catalán hijo de una colombiana famosa, mientras en Twitter fue Trend Topic un hashtag que aceptaba y promovía el maltrato infantil.

Si bien es cierto que los colombianos consumen encantados las secciones noticiosas de las minifaldas y los escotes, debemos ser menos pasivos en nuestra relación con la noticia. Las cosas importantes no solo merecen atención cuando nos ocurren a nosotros.

La madurez de una civilización se mide por la capacidad de sus ciudadanos para poner el bien común por encima del bien particular.

APENDICITIS: Señor Alcalde, perdonará usted mi insistencia, pero ¿cuáles son esos ‘buenos resultados arrojados en 2012’ por la campaña ‘Te veo Bien’ en Bucaramanga?

Imagen tomada de: http://www.publimetro.co/_internal/gxml!0/4dntvuhh2yeo4npyb3igdet73odaolf$nwml84z2ct8go05amm1am2lgsgzaun6/CasoColmenares.jpeg
Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanga el viernes 25 de enero de 2013, en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/192960-la-farandulizacion-de-lo-importante

#DemocraciaOnLine


Columna La Tarde
Fudnación Kíos

#DemocraciaOnLine

Más allá de las bondades del sistema, la hiperconexión, la falta de intermediación y la viralidad de los contenidos, requieren que el usuario asuma e interiorice nuevas responsabilidades democráticas y ciudadanas para evitar efectos colaterales no deseados en sociedades activas democráticamente. Una nueva ética de la responsabilidad, consecuente con una nueva democracia, es imperativa.
El uso de Twitter ha acercado el ejercicio de lo político, en tiempo real, a una cantidad significativa de electores y ha desatado, al menos en Colombia, un debate sustancial en torno a los beneficios de promover, a través de estos medios, un ejercicio de la política tan íntimamente cercano al ciudadano común. Sin embargo, este uso que, aparentemente daría más credibilidad a los políticos conectados a las redes sociales, ha empezado a ser cuestionado en la medida en que podría ser interpretado por los opositores como una muestra de falta de disciplina en el ejercicio de lo público, como un indicador de poca gestión y como una tendencia a ponderar más la imagen que las ejecuciones puntuales y constatables en las experiencias de gobierno.

Twitter favoreció la vinculación de los organismos sociales a la escena política gracias a la particularidad de poner a nuestra disposición varias opciones de información en escenarios multiespaciales y multitemporales, distribuyendo el poder de la información y la información del poder, desplazándola hacia los ciudadanos, promoviendo un modelo de participación cada vez más horizontal e incluyente. Hizo cotidiano lo político; lo reintegró a la cultura popular.

Más allá de la velocidad y de actuar en tiempo real, en Twitter los contenidos fluyen libremente a través del sistema. Las élites tradicionales que normalmente monopolizaban la información, perdieron, de esa manera, poder que ahora recircula entre los ciudadanos ‘enredados’. Esta red social relaciona a sus usuarios por intereses y privatiza la sociabilidad. Eso es fundamental porque permite seleccionar a quién seguir, qué tipo de información recibir, qué tendencias informativas aceptar.

Consecuentemente, el ciberespacio se convirtió en un ámbito inclusivo e incluyente, permitiendo la expresión pública a los conectados, revelándolos como ciudadanos mejor informados, políticamente más beligerantes y socialmente más conscientes y activos que los ciudadanos offline. Pero el exceso de información, la facilidad que tienen hoy los ciudadanos online para obtenerla, modificarla y redistribuirla, la falta de controladores y filtros para dichos procesos y la libertad en su interpretación y reinterpretación, si bien son ventajas de cara a la búsqueda y promoción de una sociedad más abierta al diálogo y, en esencia, más deliberativa, representan retos inmensos para los creadores de contenidos y los consumidores de información.

Más allá de las bondades del sistema, la hiperconexión, la falta de intermediación y la viralidad de los contenidos, requieren que el usuario asuma e interiorice nuevas responsabilidades democráticas y ciudadanas para evitar efectos colaterales no deseados en sociedades activas democráticamente. Una nueva ética de la responsabilidad, consecuente con una nueva democracia, es imperativa.

Esa nueva ética debe estructurarse a partir del reconocimiento de que la sociedad es la que modela Internet y no al contrario. El sistema, la herramienta, el medio, no son en sí mismos irresponsables. Lo que determina y potencia drásticamente las bondades de los efectos generados por esta nueva dinámica comunicativa es el uso que se dé a ella.

En ese sentido, se han señalado algunos de sus efectos negativos. En primer lugar, hay quienes manifiestan que el debate público requiere de argumentos, contextualización adecuada, tiempos que van más allá de la inmediatez con que se exponen las ideas en Twitter. Se puede estar, dicen, vaciando de rigurosidad el debate por lo político. Se puede acelerar el proceso de pasar de una concepción platónica de la democracia a una realidad política en la que actores pobremente cualificados para opinar, opinan desde la comodidad de sus casas. Por eso es urgente construir una ética cotidiana que termine haciéndonos responsables, no solo de lo que decimos, escribimos, trinamos, sino de las variadísimas interpretaciones que de ello se hagan y, por otra, una ética que nos haga adoptar posiciones críticas frente a la veracidad de la información que recibimos minuto a minuto.

De nosotros depende potenciar las ventajas que, en su uso, estas herramientas nos brindan para el desarrollo de democracias más sólidas; no del sistema. Y si no están convencidos, pregúntenle al director del diario español ‘El País’. Como dice Manuel Castells: “Hay que cambiar la política para cambiar Internet y, entonces, su uso político (…) puede revertir en un cambio de la política en sí misma”.

Imagen tomada de: http://rack.0.mshcdn.com/media/ZgkyMDEyLzEyLzA0L2I4L3RoZWJlZ2lubmVyLmI5bi5qcGcKcAl0aHVtYgk5NTB4NTM0IwplCWpwZw/c5ed801c/05b/the-beginner-s-guide-to-twitter-d5e5ee7224.jpg

Publicado en el diario La Tarde de Pereira el 29 de enero de 2013, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/108160-democraciaonline

martes, 22 de enero de 2013

El triángulo del café: destino turístico por excelencia


Columna La Tarde
Fundación Kíos

El triángulo del café: destino turístico por excelencia

Temas como el bilingüismo y el emprendimiento deben ser temas obligados en los currículos de los programas de preparación de técnicos y profesionales del sector. En el mismo sentido, las alianzas público privadas deben permitir el desarrollo de proyectos innovadores y sostenibles con vocación para generar empleo y agremiar a pequeños y medianos operadores y prestadores de servicios.
Se acerca la realización de la Vitrina Turística de ANATO, uno de los eventos más importantes para el sector turístico y hotelero colombiano, el cual reúne un sinnúmero de profesionales y expertos en la materia y sirve de escenario propicio para posicionar destinos, lugares y parajes dignos de ser visitados. Esta es una oportunidad inmejorable para consolidar al triángulo del café, como uno de los territorios con mayor vocación turística del país. Por ello, es clave avanzar en la articulación y coordinación de las políticas públicas municipales y departamentales, al establecer un objetivo común, que permita fortalecer las ventajas existentes en materia de infraestructura y capacidad turística y superar aquellos rezagos y dificultades que se presentan.

Nuestra región cuenta con múltiples condiciones favorables para el desarrollo turístico. Según los boletines económicos regionales del Banco de la República, la ocupación hotelera ha crecido constantemente en los últimos trimestres. Así mismo, los operadores han desarrollado diferentes planes y paquetes turísticos aprovechando la proximidad que se presenta entre los hoteles y los atractivos regionales, así como la estratégica posición geográfica regional. En los últimos años, la oferta turística se ha diversificado constantemente y hoy, contamos con múltiples opciones de descanso, esparcimiento y diversión para todos los gustos y los bolsillos. No obstante, es necesario diseñar y poner en marcha procesos de capacitación del personal turístico, para que esté mejor preparado para recibir y atender a los viajeros y visitantes. Temas como el bilingüismo y el emprendimiento deben ser temas obligados en los currículos de los programas de preparación de técnicos y profesionales del sector. En el mismo sentido, las alianzas público privadas deben permitir el desarrollo de proyectos innovadores y sostenibles con vocación para generar empleo y agremiar a pequeños y medianos operadores y prestadores de servicios.

Vale la pena explorar opciones como el ecoturismo y el agroturismo, dos de las nuevas alternativas que se están poniendo en marcha en otras regiones colombianas. Hay que reforzar las estrategias de promoción turística regional y robustecer el concepto de “Triángulo del Café” como marca territorial o regional, a través del cual logremos una identificación y un posicionamiento permanente en el mercado turístico mundial.  Esta marca podría permitir el desarrollo de normas de estandarización, por medio de las cuales se acredite a los operadores que presten sus servicios bajo los más altos niveles de calidad, confiabilidad, seguridad y atención al cliente.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo es uno de los principales renglones de la económica mundial y puede ser un instrumento poderoso para crear empleo y permitir la generación de ingresos. Nuestra región cuenta con todo el potencial para convertirse en un destino turístico por excelencia. En la sumatoria de esfuerzos y la generación de consensos, está el poder para lograrlo.

Imagen tomada de: 
http://www.lamoraleja.com.co/turismo-en-el-eje-cafetero

Publicado el martes 22 de enero de 2013 en el diario La Tarde de Pereira, en:
http://www.latarde.com/opinion/columnistas/107683-el-triangulo-del-cafe-destino-turistico-por-excelencia

viernes, 18 de enero de 2013

La confesión de Lance Armstrong


Columna de opinión
Gnothi Seauton

La confesión de Lance Armstrong

Nuestra lógica ilógica nos ha indicado que los deportistas tienen que ser figuras ejemplares, no solo en su campo, sino como personas que ayudan en causas humanitarias, ambientales, etc. Si no es así, acceder a los contratos y a otras facilidades, se convierte en algo supremamente difícil.

La cuestión es sencillísima. ¿Está moribundo Lance Armstrong, despojado de sus siete Tour de France, y desde ayer también de su medalla de bronce en los olímpicos de Sídney 2000? ¿Su salud ha sido afectada por el consumo de esteroides de una manera tal que su calidad de vida no pueda ser considerada como buena? ¿Hacia futuro sufrirá procesos degenerativos en su condición física o mental, que no se habrían presentado si las cosas no hubieran sido como ya todos sabemos fueron?

No, no y es probable que no. Así de sencillo.

Yohir Akerman escribió acertadísimamente en El Colombiano en agosto del año pasado que “el doping es al deporte competitivo lo que las cirugías plásticas son a los reinados de belleza: una realidad inevitable. En ninguno de los casos la tecnología remplaza las condiciones físicas, pero sí las mejora”.  Entonces, ¿sobre qué yace la lógica que permite que en las competiciones de los más variados deportes se utilicen las últimas tecnologías en los accesorios como bicicletas, pistas, zapatos, cascos, uniformes, estadios y cualquier otro tipo de equipamientos, pero no sucede así con los accesorios para el organismo humano?  

La respuesta es sencilla pero de ella se desprenden intrincadas complicaciones. La actividad deportiva está montada desde una lógica ilógica o lo que creo que los economistas llamarían una postura irracional. Queremos que nuestros deportistas, nuestros héroes, y con esa palabra comienza a florecer la irracionalidad arraigada en el deporte, sean ganadores, sean implacables, pero que al mismo tiempo respeten a como dé lugar unas premisas que, en el caso particular del dopaje y los esteroides, buscan mantener la competencia libre de ayudas antinaturales.

El caso de Tiger Woods es diciente, aunque no versa sobre estimulantes químicos. Su caída ni siquiera se produjo por temas relacionados con el deporte, sino con su comportamiento fuera de los campos de golf. De alguna forma, como bien lo señaló en su momento el hoy ministro de salud colombiano, Alejandro Gaviria, esperábamos que el “tigre” no fuera más que un “gatito” feliz en su casa libre de defectos. La realidad es que encontramos a un competidor soberbio, en todo el sentido de la palabra, que no se detenía a saciar su instinto de asesino exclusivamente en las canchas, sino que también lo llevaba a las camas. ¿Qué tiene que ver ello con el golf? Nada, pero sí tiene que ver mucho con los millones de dólares producidos por toda la parafernalia alrededor de ese deporte y ese jugador en particular.

Los deportistas, al igual que cualquier otra persona que resalte en cualquier otro campo de la actividad humana, tienden a ser competitivos. Son adictos a la competencia y al triunfo. Y muchas veces enceguecen, podría decirse, por dicha adicción.

Nuestra lógica ilógica nos ha indicado que los deportistas tienen que ser figuras ejemplares, no solo en su campo, sino como personas que ayudan en causas humanitarias, ambientales, etc. Si no es así, acceder a los contratos y a otras facilidades, se convierte en algo supremamente difícil. Como se dice en el argot de las comunicaciones estratégicas, el deportista, a través de sus actuaciones y sus comentarios, debe siempre mantenerse on message.

En los 1960, esa década de revoluciones que después terminaron siendo sometidas en buena medida, se decía de manera figurativa, que el alzamiento tenía que ser contra the man. ‘El hombre’ era el que controlaba la producción, los medios y el pensamiento. Bueno, hoy día las cosas son muy similares al diagnóstico de los revolucionarios de aquellos días. Existen unas magníficas máquinas infernales de hacer dinero que deben controlar su gallina de huevos de oro.

¿Debería la Unión Ciclística Internacional, UCI, aceptar el doping en cualquiera de sus formas? Absolutamente sí. Prohibir genera poderosos estímulos para que personajes como Lance Armstrong actúen como Lance Armstrong.

¿Si la respuesta afirmativa es tan clara, por qué esto no se realiza? Porque no es políticamente correcto y porque afectaría el prestigio y la chequera de un negocio que mueve, solo en los Estados Unidos en lo concerniente a la venta de bicicletas, partes y accesorios, 6 mil millones de dólares. ¡Solo en Estados Unidos! ¡Dejando por fuera contratos publicitarios, premios y organización de certámenes allí y en el resto del mundo!

La tragedia, o la comedia, como quieran llamarla, de Armstrong, quizás se convierta en el catalizador para iniciar una discusión seria sobre la conveniencia y la necesidad de aprobar el uso de esteroides en este deporte en particular.

No me malinterpreten. Lo que hizo Armstrong debe provocarle un serio castigo que debe ir más allá del despojo de sus títulos y medallas. Pero las sociedades y sus Estados deben buscar la forma cómo interpretar la realidad y no forzar que esta se adapte a unas ideologías particulares. Del caso del exciclista norteamericano podrían rescatarse valiosas lecciones que permitan que el deporte, no solo el ciclismo, utilicen el máximo de ayudas posibles que la tecnología y la ciencia puedan proveer. Existe algo de diferencia entre doparse con unas líneas de cocaína y hacerlo bajo el cuidado riguroso de un cuerpo médico y dentro de un cronograma y una lógica de entrenamiento, que se expresará no solo en los resultados en la competencia, sino en la calidad de vida en el futuro del deportistas.

Y claro, para complicar más el asunto, este tema está intrínsecamente relacionado con la prohibición y control internacional de las drogas. Romanticismo, dinero y geopolítica.

@cyberstalkerBC

Imagen tomada de:
http://news.ripley.za.net/2013/01/top-stories/bully-armstrong-admits-doping

El fin del conflicto a consulta

Columna de opinión
Santiago Gómez Mejía
El fin del conflicto a consulta
En Colombia no se puede cambiar la Constitución cada vez que un nuevo actor político aparece, sea un grupo guerrillero o un caudillo tuitero. Eso sí es una canallada. La modificación de las reglas no debe ser la condición de entrada al sistema, sino que su cambio debe ser la primera tarea de los reinsertados desde los entes legislativos, si es que en eso termina este proceso.

El presidente Santos anunció que “es posible encontrar una fórmula para refrendar popularmente cualquier acuerdo [con las Farc]” y su Ministro de Interior afirmó que el final de este proceso no será una Constituyente.

Celebro la segunda afirmación, pero miro con recelo la propuesta de Santos.

En Colombia no se puede cambiar la Constitución cada vez que un nuevo actor político aparece, sea un grupo guerrillero o un caudillo tuitero. Eso sí es una canallada. La modificación de las reglas no debe ser la condición de entrada al sistema, sino que su cambio debe ser la primera tarea de los reinsertados desde los entes legislativos, si es que en eso termina este proceso. La razón es sencilla, el Estado de Derecho legitima la lucha armada si cada veinte años modifica estructuralmente la Carta Magna de la mano con quienes han dedicado su vida a secuestrar, traficar y asesinar, mientras reivindican pretensiones trasnochadas para derrocar gobiernos a la usanza del siglo pasado. Las leyes se modifican desde la legalidad, no desde el monte.

Pero no entiendo la propuesta de Santos, a no ser porque sea una estrategia soterrada para refrendar su mandato de cara a una reelección inmediata. Los resultados de La Habana son ya suficientemente legítimos, sean los que sean, en la medida en que responden a la política de Estado de un gobierno democráticamente elegido, se realizan en el marco de las leyes vigentes y contaron con un significativo apoyo popular. Gastarnos quién sabe cuántos millones de pesos para decir si estamos de acuerdo o no con lo que los designados por un gobierno legítimo decidieron en nuestra representación, no deja de ser un ejercicio populista e inconveniente en lo económico.

Presidente Santos, deje de hacer declaraciones demagógicas. La reelección vendrá sola si usted se dedica a hacer bien aquello para lo cual quienes votaron por usted le pidieron.

APÉNDICE: Señor Alcalde, perdonará usted mi insistencia, pero ¿cuáles son esos ‘buenos resultados arrojados en 2012’ por la campaña ‘Te veo Bien’ en Bucaramanga?


Imagen tomada de:
http://confidencialcolombia.com/es/1/106/1581/Inicio-oficial-del-di%C3%A1logo-Di%C3%A1logo-gobienro-Farc-negociaci%C3%B3n-conflicto-paz-guerra-Oslo-Habana-Venezuela-Chile-Cuba.htm

De armas tomar

Columna de opinión
Meden Agan

De armas tomar

Ya señalaban Levitt y Dubner en su Freakonomics del año 2006 que está comprobado que el factor más determinante que conduce a la criminalidad es el bajo nivel educativo materno. Y luego, en ese mismo libro, demostraban que las probabilidades de que un niño muera ahogado en una piscina es de 1 entre 11.000 y la de que muera por un disparo en Estados Unidos es de 1 entre más de un millón, y yo no he visto a las Asociaciones de Padres de Familia marchando por la prohibición de la construcción y uso de piscinas.


El mundo sigue escandalizado por las masacres en Aurora, Colorado y Newtown, Connecticut. Y eso está bien. En la medida en que los ciudadanos nunca dejen de sorprenderse por estos episodios, la esperanza de que dejen de ocurrir se mantiene.

Lo que a mi juicio es simplista y puede llevar a equívocos, es que el debate se mantenga casi exclusivamente en el ámbito de la posesión y venta de armas de manera no restringida en Estados Unidos,  y no en el escudriñar las razones que llevan a desadaptados a cometer estas atrocidades. En el fondo, el problema que hay que estudiar no es solo el de las armas, que en últimas al solucionarse solo reduciría la espectacularidad de los actos y el número de víctimas fatales, que no es algo menor, pero quien siente la necesidad de asesinar inocentes lo hará con una AK47 o con un cuchillo de cocina.

Algo está pasando para que durante los últimos treinta años por lo menos 62 episodios de masacres, uno cada seis meses, hayan sucedido en Estados Unidos, y para que 2012 haya sido, de esos años, el que mayor número de víctimas mortales ha dejado.

El perfil tipo de los asesinos es un hombre blanco de 35 años, con antecedentes de enfermedades mentales y que ha sido despedido de su trabajo o a quien su pareja ha dejado. 12 de los asesinatos masivos ocurrieron en colegios, 19 en los lugares de trabajo de los desadaptados. Solo uno fue mujer y las tres cuartas partes de ellos obtuvieron legalmente las armas con las que realizaron los crímenes.

Si bien estos actos no son estadísticamente relevantes dentro de la frialdad de los números para Estados Unidos, los medios de comunicación han hecho eco de estas masacres y han servido como megáfono de los perpetradores, que en última instancia según sus perfiles y las investigaciones de las autoridades, es uno de sus objetivos: llamar la atención. Primera lección: Los medios no pueden actuar como cómplices de los asesinos. ¿Además de prohibir el porte de armas no serviría prohibir la difusión de noticias de este tipo para desmotivar la realización de actos que, como estos, tienen soterrado el interés de reconocimiento del victimario?

Estadísticamente tampoco resulta constatable, ni relevante, el hecho de que los asesinos pasaran gran parte de su tiempo refugiados en sus casas jugando a matar en sus consolas. A 5 de enero de 2013, por ejemplo, se habían vendido en el mundo 56 millones de juegos originales de la saga de Call of Duty, casi 23 millones en Estados Unidos. Varios reportajes han desviado la atención de las masacres y de sus motivaciones reales a que algunos de los asesinos entrenaron, simularon y practicaron sus matanzas en los videojuegos. Segunda lección: El problema no son los videojuegos. Que de 23 millones de unidades vendidas de Call of Duty desde el 2003, 29 personas –suponiendo que todos los asesinos masivos de Estados Unidos hayan sido influenciados por dicho producto- la hayan usado como polígono de entrenamiento es irrelevante. Salir a asesinar inocentes no es un efecto secundario de los videojuegos. El 0.001% de los que compran Call of Dutty son asesinos, un porcentaje sustancialmente menor de los que los usan, lo son.

Por otra parte, la tenencia de armas –mayoritariamente legales- en Estados Unidos se estima en 88.8 por cada 100 habitantes, así como en Colombia –incluyendo las legales y las ilegales- de 78.5. Y la tasa de homicidios intencionales en nuestro país es de 33.4 por cada 100.000 habitantes (según cifras de la ONUDD), mientras en el país del norte de solo 4.2. Tercera lección: Puede ser que el porte de armas no sea un factor decisivo en la generación de violencia y la ocurrencia de homicidios intencionales. Ya señalaban Levitt y Dubner en su Freakonomics del año 2006 que está comprobado que el factor más determinante que conduce a la criminalidad es el bajo nivel educativo materno. Y luego, en ese mismo libro, demostraban que las probabilidades de que un niño muera ahogado en una piscina es de 1 entre 11.000 y la de que muera por un disparo en Estados Unidos es de 1 entre más de un millón, y yo no he visto a las Asociaciones de Padres de Familia marchando por la prohibición de la construcción y uso de piscinas.

Todo lo anterior me lleva a que la solución a estas matanzas no es necesaria y exclusivamente la prohibición del comercio y la posesión de armas, lo que no quiere decir que no se requiera una fuerte regulación para su uso. James Holmes, el asesino de Colorado, pasó 10 años planeando su macabro desenlace. ¿Dónde estaban sus padres en esos 3.650 días? ¿Cómo es posible que en todo ese tiempo no se hayan levantado sospechas en la intimidad del seno familiar sobre las conductas de Holmes? Cuarta lección: Podemos prohibir las armas de fuego, pero si no asumimos con responsabilidad el reto de educar a las futuras generaciones, las masacres masivas en los pueblos recónditos de Norteamérica se harán con arco y flecha, explosivos o bates de beisbol. El impacto emocional generado socialmente por el número de víctimas, no por su indefensión o por lo ridículo de los hechos, será menor, pero los síntomas de enfermedad colectiva que sigue llevando a desadaptados a matar y pegarse un tiro, seguirán latentes.

Decir que la solución a las matanzas es limitar la fabricación, distribución y uso de las armas de fuego, medidas con las que, aunque suene contradictorio, estoy de acuerdo, pero por razones diferentes a que se disminuyen las tasas de homicidios intencionales, es como decir que los jefes deberían dejar de despedir a hombres blancos de 35 años y que las mujeres deberían no romper las relaciones amorosas con ellos, todo por el bien de la sociedad. Por algo los norteamericanos no modifican su posición frente al control de armas luego de cada matanza. Lo importante, insisto, es que cambien su posición frente a la manera como se educan y educan a sus hijos.

Imagen tomada: 
http://foodcourtlunch.com/index.php?s=hbo&paged=2

jueves, 17 de enero de 2013

¿Pelea de rufianes y canallas? Más bien de 'chinos' chiquitos


Columna de opinión
Gnothi Seauton

¿Pelea de rufianes y canallas? Más bien de 'chinos' chiquitos

Acá no hay peleas de rufianes ni de canallas. De a mucho lo que encontramos es una gresca entre inmaduros individuos que no saben para dónde van. Si Uribe fuera un expresidente serio, mantendría un silencio largo y pausado después de su salida del gobierno. Si Santos fuera un presidente serio, se dedicaría a manejar los temas grandes que poco tienen que ver con “la paz” sino con indicar la forma como preparamos a este país para que pueda competir en la denominada y muy cierta aldea global.

Estoy de acuerdo con editorial del diario El Espectador del día de hoy.

A una buena parte de la opinión pública le gusta que sus líderes sean chabacanos y frenteros. Les gusta que digan las cosas, supuestamente, sin rodeos. Totalmente transparentes. Creen que esos líderes dicen y hacen tal cual piensan. Santiago Gómez acá escribió hace unos días una pieza en donde metía, por varias razones, a Álvaro Uribe y a Gustavo Petro en un mismo costal. A los de un lado les gusta uno y a los del otro el otro, pero utilizan tácticas muy parecidas por no decir que idénticas.

Alguien dice algo. Dura más un calado en escuela pobre que el lapso de tiempo que trascurre para que se dé la embestida de Uribe o Petro, y ya están por Twitter, ante una cámara o con un micrófono respondiendo. ¡Qué frenteros! Exclaman los respectivos áulicos y muchos de los distraídos.

A mi parecer, el presidente Santos arrancó responsable. El famoso y ya desaparecido mantra de no pelear con Uribe se fue al trasto. Era de esperar porque es imposible aguantar la avalancha provocada por ese mago del manejo de los medios y los mensajes que es Álvaro Uribe. Pero para defenderse y contraatacar Santos no puede ser espontáneo. No tiene el don de la palabra, de la retórica. No es chabacano. Pero tampoco es incapaz. Y se mete al ring de la mejor forma que puede. Calmadamente lanza insultos y acusaciones soterradas que no tienen otro objetivo distinto que ver cómo le cobra a su ahora gran contradictor las desavenencias pasadas.

El resultado: el editorial de Cano lo indica claramente. Una pelea de mal gusto, que es lo menos importante, y una distracción de los temas serios y estratégicos que no debería darse.

Santos estuvo el lunes en Hora20, no en un debate, sino en un panel. Muchos consideran que fue un grosero y descarado publirreportaje. Hoy Petro va a estar en el mismo programa radial y por la presencia de un crítico de su administración tan serio y riguroso como Juan Carlos Flórez (también estarán Carlos Vicente de Roux, concejal progresista, y Francisco Miranda, periodista de revista Semana), preveo que habrá un fuerte enfrentamiento. A Petro le gusta ese tipo de escenarios y está formado para ellos. Seguramente el programa será escuchado por muchos y producirá una carga suculenta de titulares, pero al mismo tiempo, como pasó con el programa de principios de semana, los asuntos sustanciales quedarán por fuera de la mesa.

Como siempre nos gusta advertir, acá no pecamos de ingenuos. Entendemos que el proceso político no es algo que se pueda aplicar como si se estuvieran siguiendo las instrucciones para construir una mesa de Ikea. Pero sí deseamos resaltar que este estado de crispación no es conveniente para el Estado, ni para la sociedad.

El general Santoyo no llegó a donde llegó sin la ayuda de nadie. Es ridícula la discusión. Si, como dice Coronell en su última columna en Semana, Uribe nombró a este oficial como su jefe de seguridad, no prueba absolutamente nada desde el punto de vista jurídico, ni siquiera desde el histórico. Pero el expresidente no puede ceder medio centímetro porque sus enemigos se lo devorarían y esa lucha no está dada por fines superiores y útiles para el país, sino más bien por una sed insaciable de venganza.

Levantar las actas de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores es una barbaridad. En la última columna de La Tarde de Kíos, indicábamos que el ADN de la política exterior colombiana está sumamente desorientado. Se guía por un legalismo extremo que nada tiene que ver con las realidades del mundo exterior. Los secretos de Estado son fundamentales y esas actas hacen parte de esos secretos. Otra cosa es que las discusiones entre los líderes de la política de exteriores de nuestro país sean risibles porque giren en torno a una confianza sublime en el derecho internacional, pero por lo menos guardemos unas formas mínimas.

Por eso el título de este comentario. Acá no hay peleas de rufianes ni de canallas. De a mucho lo que encontramos es una gresca entre inmaduros individuos que no saben para dónde van. Si Uribe fuera un expresidente serio, mantendría un silencio largo y pausado después de su salida del gobierno. Si Santos fuera un presidente serio, se dedicaría a manejar los temas grandes que poco tienen que ver con “la paz” sino con indicar la forma como preparamos a este país para que pueda competir en la denominada y muy cierta aldea global. Y el alcalde Petro, si fuera serio, también estaría en un cuento muy parecido al del presidente serio. Pero no es así.

En vez de ser serios y pagar los costos que ello conlleva, vean al respecto la muy buena reflexión de Andrés Hoyos sobre Pepe Mujica, están comportándose como ‘chinos’ chiquitos. Y la opinión pública, empezando por mí mismo, al dedicarle tiempo a esto, parándoles bolas en vez de castigarlos.

Esta es una reflexión para medios, académicos, empresarios y políticos. Pero, por ser este un país fuertemente presidencialista, no solo en el campo político, es que esta corrección debe surgir del liderazgo ejercido desde ese sector. Santos y Uribe al orden.

@cyberstalkerBC

Imagen tomada de:
http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo-357313-estudio-confirma-criticas-de-santos-contra-uribe

martes, 15 de enero de 2013

Secuestro de la bebé; secuestro de la ecuanimidad

Columna de opinión
Gnothi Seauton

Secuestro de la bebé; secuestro de la ecuanimidad
 Las sociedades modernas, de las cuales los furiosos tuiteros parecieran autoendilgarse su pertenencia, se caracterizan por no enviar a las cárceles a quienes no hayan sido sentenciados como culpables. Incluso, una vez sancionados como responsables ante la sociedad por cualquiera que sea su delito, se estila, nuevamente, en las sociedades modernas y civilizadas, no enviar inmediatamente a su sitio de reclusión a estos culpables.
¿Qué se puede decir sobre el caso del secuestro de la bebé Carol Brigitte Franco? La decisión del juez de garantías encolerizó a las redes sociales. Cómo era posible que una secuestradora no era un peligro para la sociedad. Algunos, incluso llegaron a tuitear o postear que era increíble cómo se había dejado en libertad a semejante monstruo. Y en medio de la ola de indignación, también se pudieron colgar otros temas, como las comparaciones con aquellos que han sido tratados duramente por la justicia por delitos tan nimios como el robo de artículos como caldos de gallina u otros de mayor impacto como escándalos de corrupción de gran resonancia nacional. Por supuesto, el asunto sirvió también para ventilar rencillas políticas entre sectores políticos y el poder judicial.

Las personas están en todo su derecho de opinar y expresar lo que se les venga en gana. Pero temas como el de la justicia, servicio público fundamental para lograr un funcionamiento adecuado dentro de cualquier sociedad, en cualquiera de sus campos, deben ser manejados con seriedad y una pizca bien reducida de populismo y facilismo. Las declaraciones efectistas pueden ser muy útiles a la hora de ganar campañas políticas, pero para dar con verdaderas soluciones, son una receta poco recomendable.

En este caso, el del triste secuestro de Carol Brigitte, el juez de garantías, a juicio de este observador, puede ser calificado con un siete y medio sobre 10. Incluso hasta el día de hoy las autoridades investigadoras, y por lo tanto el mismo juez, no cuentan con indicios contundentes acerca de que la secuestradora, Liliana Marcela Castillo, obró con el objetivo de chantajear a las víctimas o cobrar algún rescate por la liberación de la bebé. La sindicada actuó bajo un enorme estrés emocional. Parece, esto no ha podido ser esclarecido, que Castillo estuvo en embarazo, perdió el bebé, y buscando como mantener su situación con el padre de su hijo fallecido, decidió robarse el de otra madre.

No hay duda que Castillo actuó delictuosamente. El cargo por el cual será procesada será el de secuestro simple agravado, cargo que ya aceptó. Pero Castillo no ha sido juzgada. Las sociedades modernas, de las cuales los furiosos tuiteros parecieran autoendilgarse su pertenencia, se caracterizan por no enviar a las cárceles a quienes no hayan sido sentenciados como culpables. Incluso, una vez sancionados como responsables ante la sociedad por cualquiera que sea su delito, se estila, nuevamente, en las sociedades modernas y civilizadas, no enviar inmediatamente a su sitio de reclusión a estos culpables. Este momento llega a posteriori cuando se define el tiempo de reclusión, si es que esta es la sentencia.

Es decir, el viaje a la cárcel no es la primera opción. Seguramente si fuera así, las cosas serían más fáciles. Pero ese es precisamente el meollo del asunto. Estos temas, especialmente porque Colombia es una sociedad democrática, no son de manejo sencillo y mucho menos populista. Las cosas no son en blanco y negro. No consisten en dígase y cúmplase. Por supuesto a muchos esto no les gusta. Eso sí, hasta que no se vean envueltos en una situación en la que puedan dar uso de las garantías que ofrece el sistema democrático de justicia.

Las redes sociales, en buena parte, sirven como válvula de escape para las personas que las usan. Pero tratar temas serios allí, de forma sensata, es complicado. Muchos buscan pontificar y señalar obviedades que supuestamente nadie más ve. Se disfrazan de proveedores de soluciones a los problemas que se discuten en el momento, pero en realidad no cuentan con las herramientas necesarias para resolver el asunto.

Arriba afirmaba que el juez se merece un siete con cinco. La cárcel no era el sitio al que debía enviar a Castillo, pero sí quizás a un instituto mental, aunque sea para realizar una evaluación siquiátrica que establezca científicamente si Castillo es un peligro para la sociedad o no. Hace unos meses el debate en Facebook y demás redes sociales se daba porque los jueces estaban enviando a la cárcel a todo el mundo. Lo que se demuestra acá es que nos gusta, como sociedad, que la justicia no sea ciega, sino que dependiendo del porte y otras características, tome sus decisiones.

Héctor Riveros ha señalado muy bien este accionar que no es un problema del sistema de justicia, sino de la sociedad, y es que esperamos que esta, la justicia, actúe, no ecuánimemente, sino como vengadora de los ciudadanos de bien. Algunos dirán, y dicen, “imagínese que usted fuera el padre de ese niño”, y pues claro, si eso me pasara a mí yo muy probablemente no me contentaría con otra cosa distinta a la sangre del culpable. Pero ese es precisamente el punto. Los jueces deben actuar de manera fría, objetiva. Por eso, si a un juez, por ejemplo, le matan a un hijo, o su hijo mata a alguien, resulta lógico que no pueda ser juez en ese proceso. ¡Obvio!, dirán, pero eso no queda reflejado de manera tan clara al ver la cadena de tuits y retuits escandalizados sobre el secuestro de Carol. Y es por esto, que la cuestión no es tan simple.

Ahora, acá no defendemos ni por poco el actual estado de cosas en la justicia colombiana. Se encuentra politizada en el mal sentido de la acción, baja de recursos y experticia, produciendo altísima ineficiencia y una impunidad rampante. Pero este comentario no es sobre la justicia, sino sobre la sociedad. Algo para reflexionar y para tener en cuenta en unas semanas cuando los medios nos sorprendan con el nuevo abominable caso de esos días.


Imagen tomada de: 
http://www.semana.com//nacion/articulo/quien-juez-dejo-libertad-raptora-brigitte/329608

Cuba sí es el modelo

Columna La Tarde
Fundación Kíos

Cuba sí es el modelo

Tuiteó la analista @PaolaHolguin, asesora de Álvaro Uribe y ahora fuerte contradictora del actual gobierno: “Parece mentira que el futuro de dos pueblos, Colombia y Venezuela, se resuelva en Cuba en manos de dictadores y terroristas”.

Mientras tanto, nuestra canciller María Ángela Holguín, a quién acá hemos celebrado por su trabajo desde la cartera que lidera, señala, en entrevista con El Tiempo, entre otras varias cosas sobre el affair La Haya/San Andrés, que en el gobierno se ha estudiado “a fondo el fallo con un grupo de abogados... Por otro lado, [que tuvieron] una reunión con el presidente de Nicaragua (Daniel Ortega) a fin de abrir un diálogo... También [que implementaron] el Plan San Andrés, para darle un empuje a la isla”.

El ADN de la diplomacia colombiana, después de la crisis provocada por la sentencia de la Corte Internacional de Justicia sobre el diferendo limítrofe entre Nicaragua y Colombia, continúa intacto. ¿Cuál es la enzima distintiva de dicho ADN? Un exasperante, entreguista y peligroso legalismo extremo.

La Canciller enuncia unas actividades adelantadas por su gobierno exclusivamente en los campos jurídico y social. Por supuesto, estas actuaciones son necesarias. ¿Pero en dónde han quedado los asuntos militares y económicos? ¿El poder duro? Brilla por su ausencia.

Se podría decir que esos temas son de la competencia de los ministros de Defensa y Hacienda. Por supuesto. Pero en temas de alta política, es decir, política internacional, de Estados, es el jefe de la cartera de exteriores, junto al presidente, quién lleva la vocería.

Cuba, más que ningún otro país de Latinoamérica y el Caribe, entiende esta realidad. A pesar de los escalofriantemente densos discursos de la dirigencia cubana, que versan sobre derechos humanos, justicia social, derecho internacional, protección de los afligidos frente a los poderosos, el régimen que controla esta, entre las Antillas, la mayor, juega destacadamente un ajedrez político digno de una potencia del Primer Mundo. Sus disertaciones o peroratas, sus acciones jurídicas, económicas, diplomáticas, políticas o militares, siempre han buscado estar bajo la coordinación dada por lo que el régimen considera su interés nacional.

Así, la sentencia de Holguín, la analista, no la canciller, no resulta ser una sentencia traída de los cabellos. Cuba, con poco más de 11 millones de habitantes, una economía en ruinas, un PIB nominal de 68 mil millones de dólares, por no hablar de la salud de su democracia, se ha convertido en pieza clave en el futuro de dos países que suman 75 millones de habitantes y un PIB nominal de 645 mil millones de dólares.

¿Esta realidad se da debido a la existencia de una asombrosa superioridad en recursos de poder, tales como población, recursos naturales o riqueza económica? No. Se da porque en Cuba desconfían plenamente de las bondades supuestamente incuestionables del derecho internacional, y más bien aprecian y ejecutan lo que consideran conveniente para su interés nacional. Como puede apreciarse, no estamos abordando lo referente al sistema político o económico de la isla. Estamos señalando que por medio de una política de exteriores realista se pueden obtener resultados que a simple vista, destacan por su efectividad. En Colombia estamos lejos de esto y es por eso que nos va como nos va.

Publicado en la versión física de La Tarde de Pereira el 15 de enero de 2013.

lunes, 14 de enero de 2013

Colombia: un país de echados pa'trás

Columna de opinión
Meden Agan

Colombia: un país de echados pa'trás

Hace unos meses se hizo público el Global Science Scorecard, que a partir de análisis de variables como el número de trabajos académicos publicados, patentes otorgadas, cantidad de doctores graduados y porcentaje del Producto Interno Bruto invertido en ciencia e investigación, determina el ranking de los países que mejor se desempeñan en la generación de conocimiento científico.
Estados Unidos, Alemania, China y Japón son los mejores y dentro de los cuarenta primeros, solo están Brasil, Argentina, Chile y México. Colombia solo es reseñada en el estudio como uno de los países que exportan investigadores en la región.

Si se reconoce que, como la Fundación Kíos ha venido insistiendo desde hace varios años, es este el verdadero catalizador de procesos de desarrollo económico perdurables y sostenibles, así como el obstáculo principal, por encima del conflicto armado, la corrupción y el narcotráfico para proveer mayores niveles de bienestar a los colombianos, el informe es preocupante.

Las causas de la precariedad se pueden rastrear a conductas estructuralmente arraigadas en la cultura colombiana, que aunque han ido modificándose, retratan claramente la falta de visión estratégica de todos, los encargados de diseñar y ejecutar las políticas públicas, los empresarios y gremios económicos y de los ciudadanos que no exigimos definiciones y ejecuciones más decididas en torno al tema.

La primera causa que explica el insignificante peso global y regional del país en los escalafones de la ciencia, es que los colombianos no sabemos inglés. A pesar de que existen ya políticas de promoción del bilingüismo, estamos muy lejos de los estándares regionales y globales. Lo que no se publica en inglés, no existe ni se divulga en el espectro de aquello en lo que se fija la ciencia global. Colombia ocupó apenas el séptimo puesto entre los países de Iberoamérica que más publican y registran productos académicos en las bases de datos científicas, superada por países que como Portugal, tiene apenas la quinta parte de nuestra población.

Igualmente, mientras los países que lideran esta clasificación invierten porcentajes  crecientes de su PIB a la ciencia, hasta el 2.4% en 2009, Latinoamérica apenas destina, en promedio, menos del 0,7% y Colombia solo alcanzó el 0.4% en 2012, según el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Menos inversión, menos desarrollo.

Así mismo, la inversión en ciencia e investigación proveniente del sector privado ha disminuido en el país, pasando del 56.2% del total invertido en 2002, al 38.3% el año pasado, lo que ha perjudicado definitivamente su capacidad de inserción al circuito global de la ciencia. En los países desarrollados el sector público pone cerca del 70% de los recursos destinados a este rubro anualmente.

Colciencias debe fortalecerse presupuestal y técnicamente. Aunque el número de patentes otorgadas por la Superintendencia de Industria y Comercio pasó en el país de 298 en 2003 a 629 el año pasado, Colombia requiere también ‘desparroquializar’ la ciencia. El gobierno destinará el 10% de los recursos de regalías a los desarrollos científicos y a la innovación y eso en algo ayudará la creación de conocimiento relevante científicamente, pero el país necesita más y mejores ingenieros y menos profesionales de las ciencias sociales.

¿Mucha ‘malicia indígena’, muy ‘echados pa’lante’, muy recursivos, trabajadores y creativos? Pero, ¿para qué? Si seguimos así, ni una eventual solución al conflicto armado nos convertirá siquiera en potencia regional.

viernes, 11 de enero de 2013

2013: El año de la innovación

Columna La Tarde
Fundación Kíos

2013: El año de la innovación

Son muchos los hechos y temas que marcarán el rumbo de nuestra región en el 2013. No obstante por su importancia estratégica y su condición indispensable para el desarrollo económico, el gran reto de Risaralda para el próximo año, está en la ejecución del Plan Departamental de Ciencia, Tecnología e Innovación. El triángulo de café cuenta con muchas potencialidades y recursos para convertirse en una región de conocimiento donde las sinergias entre los sectores público y privado y las organizaciones comunitarias generen un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo de productos y sectores de alto valor agregado.

Las ventajas y la posición geográfica privilegiada de Risaralda, que le permiten estar a medio camino entre el Pacífico y los centros urbanos más poblados del país, configuran una ventana de oportunidad inmejorable para la consolidación de un sistema regional de innovación que se caracterice por el aprovechamiento de las cadenas productivas existentes y la articulación efectiva entre las universidades, las empresas y los nodos de producción. Así mismo, los recursos de regalías asignados al departamento se configuran como un músculo financiero adicional para apalancar investigaciones y crear fondos para que nuestros científicos puedan emprender estudios de doctorado y posdoctorado en las mejores universidades del mundo. No obstante, este sistema requiere de una estructura que vaya más allá de la institucionalidad pública al consolidarse como un organismo que jalone e impulse el desarrollo de proyectos estratégicos. Esta estructura deberá estar conformada por la red de universidades de la región, las Cámaras de Comercio, los centros de investigación y desarrollo tecnológico, las instituciones públicas responsables de la formación o la educación y representantes de entidades como Colciencias o el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología.

Este tipo de instituciones han sido implementadas en otros entornos como mecanismo para garantizar la continuidad de las políticas de innovación y desarrollo más allá de los períodos institucionales de los gobiernos. Uno de los ejemplos más representativos, es el de Madrid, instancia público privada de la capital española que se encarga de promover el desarrollo científico y tecnológico como mecanismo para el mejoramiento de la competitividad territorial. Así mismo, es clave explorar la creación de un Observatorio Regional que se encargue de medir y valorar las actividades y el gasto público en ciencia y tecnología. Las ciudades y regiones más competitivas del mundo cuentan con estructuras para evaluar y monitorear la producción científica, las patentes desarrolladas y los proyectos ejecutados como mecanismo indispensable para el mejoramiento y optimización de la inversión.

Por todas estas razones, el 2013 debe marcar un punto de quiebre con relación a la inversión histórica regional en innovación y desarrollo. No hacerlo, nos condenará a seguir en el ostracismo, perdiendo con ello una oportunidad de oro para incluir a Risaralda en el concierto internacional.

Publicado en La Tarde el 4 de enero de 2013, en http://www.latarde.com/opinion/columnistas/106605-2013-el-ano-de-la-innovacion

Señor Alcalde, dos puntos

Columna de opinión
Santiago Gómez Mejía

Señor Alcalde, dos puntos

El pasado 23 de diciembre a las doce y cinco de la tarde le envié a su cuenta de Twitter la siguiente pregunta, motivada por una afirmación suya a este diario, a propósito del balance del primer año de su gestión: “¿Cuáles son los ‘buenos resultados arrojados’ por la campaña ‘Te veo Bien’ en Bucaramanga?”.

Al respecto, quisiera aprovechar este espacio, que me permite más de 140 caracteres y más que la referencia de un enlace para encontrar la respuesta detallada a mi pregunta, para tocar dos puntos.

El primero, es que usted y su equipo de comunicaciones y prensa deben  tener claro que en última instancia,  el único valor agregado de las redes sociales para la política y la gestión pública es la interacción. Tener una cuenta en Twitter solo para contar cosas es como hacer micro boletines de prensa. Las redes sociales son para contestar las inquietudes de los ciudadanos sin intermediarios, de manera cercana y principalmente oportuna. Los buenos community managers, en caso de que no sea usted quien maneja la cuenta @LUCHOBOHORQUEZ1, interactúan con quienes quieren interactuar con usted a través de Twitter, en este caso. No solo cuando lo felicitan, sino cuando lo cuestionan o le piden información. Esa es la ventaja real de las redes para el ejercicio democrático. Si no es así como usa usted su cuenta, lo que infiero por las más de dos semanas que han pasado sin que me responda mi pregunta tuiteada, le recomiendo que se plantee cerrarla y vuelva a interactuar con los ciudadanos en la plaza pública o en los manidos y teatrales consejos comunales.

El segundo punto, y perdón por ser reiterativo, pero su silencio me obliga a serlo, ¿cuáles son los ‘buenos resultados arrojados’ por la campaña ‘Te veo Bien’ que anunció en la entrevista dada a este diario cuando se refirió al balance de su primer año?

Si lo desea, puede enviarme su respuesta a mi cuenta de Twitter, o si lo prefiere por un medio físico, a las oficinas de este diario.

Publicado en Vanguardia Liberal el 11 de enero de 2013 en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/190960-senor-alcalde-dos-puntos
Imagen tomada de: http://prensaalcaldiabucaramanga.blogspot.com/2012/10/la-alcaldia-de-bucaramanga-inauguro.html