lunes, 14 de enero de 2013

Colombia: un país de echados pa'trás

Columna de opinión
Meden Agan

Colombia: un país de echados pa'trás

Hace unos meses se hizo público el Global Science Scorecard, que a partir de análisis de variables como el número de trabajos académicos publicados, patentes otorgadas, cantidad de doctores graduados y porcentaje del Producto Interno Bruto invertido en ciencia e investigación, determina el ranking de los países que mejor se desempeñan en la generación de conocimiento científico.
Estados Unidos, Alemania, China y Japón son los mejores y dentro de los cuarenta primeros, solo están Brasil, Argentina, Chile y México. Colombia solo es reseñada en el estudio como uno de los países que exportan investigadores en la región.

Si se reconoce que, como la Fundación Kíos ha venido insistiendo desde hace varios años, es este el verdadero catalizador de procesos de desarrollo económico perdurables y sostenibles, así como el obstáculo principal, por encima del conflicto armado, la corrupción y el narcotráfico para proveer mayores niveles de bienestar a los colombianos, el informe es preocupante.

Las causas de la precariedad se pueden rastrear a conductas estructuralmente arraigadas en la cultura colombiana, que aunque han ido modificándose, retratan claramente la falta de visión estratégica de todos, los encargados de diseñar y ejecutar las políticas públicas, los empresarios y gremios económicos y de los ciudadanos que no exigimos definiciones y ejecuciones más decididas en torno al tema.

La primera causa que explica el insignificante peso global y regional del país en los escalafones de la ciencia, es que los colombianos no sabemos inglés. A pesar de que existen ya políticas de promoción del bilingüismo, estamos muy lejos de los estándares regionales y globales. Lo que no se publica en inglés, no existe ni se divulga en el espectro de aquello en lo que se fija la ciencia global. Colombia ocupó apenas el séptimo puesto entre los países de Iberoamérica que más publican y registran productos académicos en las bases de datos científicas, superada por países que como Portugal, tiene apenas la quinta parte de nuestra población.

Igualmente, mientras los países que lideran esta clasificación invierten porcentajes  crecientes de su PIB a la ciencia, hasta el 2.4% en 2009, Latinoamérica apenas destina, en promedio, menos del 0,7% y Colombia solo alcanzó el 0.4% en 2012, según el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Menos inversión, menos desarrollo.

Así mismo, la inversión en ciencia e investigación proveniente del sector privado ha disminuido en el país, pasando del 56.2% del total invertido en 2002, al 38.3% el año pasado, lo que ha perjudicado definitivamente su capacidad de inserción al circuito global de la ciencia. En los países desarrollados el sector público pone cerca del 70% de los recursos destinados a este rubro anualmente.

Colciencias debe fortalecerse presupuestal y técnicamente. Aunque el número de patentes otorgadas por la Superintendencia de Industria y Comercio pasó en el país de 298 en 2003 a 629 el año pasado, Colombia requiere también ‘desparroquializar’ la ciencia. El gobierno destinará el 10% de los recursos de regalías a los desarrollos científicos y a la innovación y eso en algo ayudará la creación de conocimiento relevante científicamente, pero el país necesita más y mejores ingenieros y menos profesionales de las ciencias sociales.

¿Mucha ‘malicia indígena’, muy ‘echados pa’lante’, muy recursivos, trabajadores y creativos? Pero, ¿para qué? Si seguimos así, ni una eventual solución al conflicto armado nos convertirá siquiera en potencia regional.

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