martes, 26 de abril de 2011

El viacrucis del fútbol colombiano


Columna La Tarde
Fundación Kíos

El viacrucis del fútbol colombiano

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Esta tribuna de opinión se ha convertido, progresivamente, en un espacio pertinente para plantear algunas reflexiones sobre los temas álgidos y estructurales del desarrollo del país.

Desde el análisis de las políticas públicas que afectan el bienestar ciudadano hasta el planteamiento de posiciones novedosas frente asuntos relacionados con el desarrollo humano y la gobernabilidad democrática, en esta columna siempre hemos estado atentos a generar posiciones para contribuir al debate de las ideas como sustento principal de la democracia.

Uno de los temas que nos convocan como sociedad es el deporte. En una columna anterior, mencionábamos la necesidad de generar políticas públicas en las áreas deportivas no sólo como alternativa para garantizar una mejor ocupación del tiempo libre de jóvenes y niños o como instrumento para mejorar las condiciones de salud y bienestar físico y mental, sino también como reconocimiento a la necesidad de promover los talentos nacionales, a partir de una gestión transparente y equitativa de los recursos disponibles.

De acuerdo con tales planteamientos, la reciente aprobación de la Ley del Fútbol apunta en la dirección correcta al garantizar una mayor democratización de los equipos que participan en el rentado nacional, asegurando con ello, transparencia en los recursos que se invierten en las diferentes escuadras. Así mismo, la conversión de las corporaciones deportivas en sociedades anónimas, permitirá contar con un mejor respaldo patrimonial para desarrollar planes de negocio o estructurar operaciones que garanticen la sostenibilidad de los equipos. No obstante, es necesario reconocer que esta Ley no soluciona por sí misma, el enorme pasivo prestacional de los equipos o las precarias condiciones laborales de algunos jugadores y cuerpos técnicos. La norma debe acompañarse de un fuerte marco regulatorio, sobre todo en materia de seguridad social, para evitar incumplimientos que afecten la calidad de vida de los profesionales del fútbol.

Así mismo, la Ley menciona el tema de la seguridad en los estadios y establece sanciones frente a los hechos violentos que se presenten en los escenarios del país. La gestión de la convivencia y la civilidad en los ámbitos deportivos exige tanta prevención como sea posible y tanta represión como sea necesaria, utilizando todas las estrategias pedagógicas y de sensibilización que se requieran con hinchas y padres de familia, pero asegurando el uso de la fuerza frente a aquellos desadaptados que no ven en el fútbol un espectáculo sino un espacio para delinquir.

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