jueves, 11 de octubre de 2012

Why Nations Fail: un fascinante debate



Columna de opinión
Gnothi Seauton

Why Nations Fail: un fascinante debate

Los profesores de Harvard y el MIT, James Robinson y Daron Acemoglu, escribieron el libro Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty (Por qué las naciones fallan: Orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza), en el que plantean por qué algunas naciones son exitosas y otras, simplemente fracasan.

A varios demócratas de nuestro país y el mundo, el libro y su tesis les llamó positivamente la atención. Robinson y Acemoglu plantean que el fracaso de las naciones está dado por la existencia de lo que ellos llaman instituciones extractivas, en contraposición a las instituciones inclusivas, presentes en los países desarrollados y exitosos. Robinson, en entrevista con María Isabel Rueda en el diario El Tiempo dice que “[s]i la distribución del poder es estrecha, los que lo detentan serán los que diseñen las instituciones económicas, para enriquecerse y afirmar su poder a expensas de la sociedad. En contraste, las instituciones políticas que distribuyen el poder son pluralistas, y hay una conexión directa del pluralismo y las instituciones económicamente inclusivas con los Estados centralizados y poderosos”, es decir exitosos.

Más adelante, refiriéndose a nuestro país, Robinson señala que “… una de las causas de los problemas masivos de Colombia es que el Estado central básicamente no controla la mayor parte del país… El Gobierno es incapaz de proveer la infraestructura de los bienes públicos… los derechos de propiedad son caóticos, están siendo impugnados, el sistema judicial está ridículamente corrompido. Colombia está sentada ahí, sobre toda esa hermosa tierra, y nada pasa, por cuenta de las instituciones”.

Jeffrey Sachs, prominente economista, director del Earth Institute y asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, escribió para la revista Foreign Affairs una pieza titulada Goverment, Geography, and Growth. The True Drivers of Economic Development (Gobierno, geografía y crecimiento. Los verdaderos impulsores del desarrollo económico), en la que hace una recia crítica al extenso trabajo de Acemoglu y Robinson, consistente en que la visión de estos es mono-causal y simplista, porque “[a]unque las políticas domésticas pueden incentivar o impedir el crecimiento económico, esto también lo pueden hacer muchos otros factores, tales como la geopolítica, los descubrimientos tecnológicos y los recursos naturales, por nombrar unos pocos”, y agrega que lo más problemático, es que al ignorar sistemáticamente a lo largo de su trabajo y su razonamiento estos otros factores, y concentrarse exclusivamente en las instituciones, no logran “… explicar acertadamente por qué algunos países experimentan crecimiento mientras otros no, y no pueden predecir confiablemente cuáles economías se expandirán y cuáles se contraerán en el futuro”. Que, por lo que se desprende automáticamente del título de la obra, resulta central en su desarrollo.    

De vuelta al caso colombiano, encontramos como la explicación lanzada por Robinson ante la periodista Rueda, encuadra perfecto en los señalamientos de Sachs. Los graves problemas económicos, sociales y políticos de Colombia no se limitan a un problema de elección. Robinson afirma en la susodicha entrevista que “… la escogencia de qué tipo de instituciones quiere tener una sociedad es central en este libro, para entender por qué triunfan o fracasan las naciones”. La realidad colombiana, por no afirmar global, es mucho más compleja que un asunto de egoísmos y visión estrecha de unas clases dirigentes o poderosas. Obvio que en nuestro país existen estos comportamientos y poseen una sustancial responsabilidad en el desorden en el cual nos encontramos, y es deber de los líderes presentes y futuros, cambiar estas maneras. Pero la geografía colombiana ha sido determinante a la hora de configurar la debilidad del Estado, así como la aparición de fenómenos tan poderosos como el negocio producto de la prohibición de los narcóticos. Esta última es una variable geopolítica por excelencia debido a que se genera por los designios de unos actores y condiciones externas. ¡Y hay que ver cómo ha influido ese narcotráfico en la determinación de nuestras instituciones, extractivas, como las denominan los profesores Robinson y Acemoglu!

Gnothi Seauton deseaba traer a colación el comentario de Sachs debido a que las explicaciones de los profesores aludidos fueron muy bien recibidas, quizás en demasía, por prestantes economistas y críticos nacionales. Rudolph Hommes, los hermanos Montenegro y la misma María Isabel Rueda, que en un acto que quizás era de pura y fina coquetería, cerró su entrevista preguntando “¿cuál de los dos (Acemoglu o Robinson) se va a ganar primero el Nobel de Economía?”.

Solo un necio puede argüir que cuenta con la última y definitiva palabra en lo que atañe a las fórmulas de desarrollo económico para las naciones, pero a nuestro parecer, las argumentaciones de Why Nations Fail, se quedan cortas frente a la compleja realidad. Como bien lo indica Sachs en su análisis, el razonamiento del libro no explica adecuadamente casos como los de la Prusia pos-napoleónica, el Japón de la Restauración Meiji, o la China comunista desde la década de 1980, por mencionar tan sólo algunos.

Por último, cabría anotar que, por ejemplo, los Estados Unidos, la nación donde tal vez mejor han funcionado los derechos de propiedad y las instituciones inclusivas, debe esta realidad a factores geográficos primordialmente, y derivados de estos, a una seguridad geopolítica que ha sabido disfrutar durante su vida republicana y seguramente seguirá haciéndolo. Pero esto sería motivo para otro escrito.

El debate continúa. 

Imágines tomadas de: 
http://foreigntrade-udec.blogspot.com/2008/10/crecimiento-y-desarrollo-econmico.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_econ%C3%B3mico

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