Investigación- Territorios
Manuel Calderón Ramírez
The New Geography of Jobs (La nueva geografía del
empleo)
El
Profesor Enrico Morretti de la Universidad de California, Berkeley, acaba de
publicar un interesante libro que plantea nuevas perspectivas sobre la relación
que se presenta entre geografía y desarrollo económico. En su texto, titulado “The New Geography of Jobs”, el
académico señala que el lugar de residencia o la ubicación geográfica de las
personas determina, en una alta proporción, las posibilidades de encontrar
empleos de calidad y más aún, su propensión a tener un nivel de vida mejor. Si
bien es cierto que esto puede sonar a verdad de Perogrullo, el valor agregado
del libro de Moretti está relacionado con un componente adicional que define el
tipo y la naturaleza de los empleos que las personas pueden obtener: la
innovación y las facilidades o condiciones que adquieren ciertos lugares para
generar conocimiento.
Moretti
establece que en Estados Unidos, las personas se van “especializando” en cierto
tipo de empleos según su lugar de residencia. Esta especialización laboral
también está relacionada con la productividad del trabajo y con la capacidad de
una persona para generar nuevos conocimientos asociados a sus tareas y
responsabilidades cotidianas. Así mismo, tal fenómeno de especialización está
íntimamente relacionado con lo que en las teorías del desarrollo regional se
conoce como las “economías de la aglomeración”. Las empresas y otros actores
económicos tienden a ubicarse en ciertas zonas y áreas geográficas concretas y
específicas, con el fin de compartir conocimientos y generar sinergias en el
acceso a ciertos bienes y materias primas vitales para sus procesos
productivos. En tal sentido, las personas no solo se forman en carreras y profesiones
afines con los sectores económicos que se desarrollan cerca a sus lugares de
vivienda, sino que también tienden a cualificarse y formarse continuamente en
áreas asociadas.
Lo
más interesante de las reflexiones del Profesor tiene que ver con la capacidad
de tales aglomeraciones para atraer y captar capital e inversión directa. Este
fenómeno de concentración empresarial genera, progresivamente, la consolidación
de clústers o cadenas productivas, altamente especializadas y con una enorme
vocación para generar valores agregados y potenciar el conocimiento en un
sector específico. Entre otros muchos
ejemplos, Moretti analiza el caso de Silicon Valley en el norte de California,
como una economía de aglomeración exitosa, en la que se presenta una alta propensión
del tejido empresarial hacia la innovación, motivada en parte por una alianza duradera
entre las universidades,
el sector privado y el gobierno.
Estas
pertinentes apreciaciones son muy útiles para nuestro país. En primer lugar,
señalan algunas luces interesantes para tener en cuenta en la definición y
priorización del porcentaje de recursos del Sistema General de Regalías (SGR)
que serán destinados a proyectos de Ciencia y Tecnología (CyT). En este caso,
la lección aprendida es la de propiciar la concentración y la especialización
económica de ciertas regiones y departamentos de acuerdo con su vocación y
apuestas productivas. De lo que se trata es de invertir en proyectos
estratégicos que guarden relación con la orientación económica de los territorios
y propiciar la especialización del tejido productivo en torno a tales
prioridades.
En
segunda instancia, la aglomeración exige la creación de redes productivas
sustentadas en torno al conocimiento y la innovación. Para ello, se requiere
potenciar los vasos comunicantes entre las universidades y el tejido
empresarial, con el fin de generar sinergias y alianzas estratégicas de largo
aliento. Ejemplo claro de ello, puede ser la valiosa experiencia de las
universidades israelíes y las empresas privadas, quienes, conjuntamente,
desarrollan patentes y crean empresas tipo start
up para el desarrollo de proyectos específicos. Incluso, estas alianzas
estratégicas puedan partir de la realización de ejercicios de vigilancia
tecnológica, a través de los cuales sea posible identificar qué están haciendo
los mejores y cuáles son los desarrollos de vanguardia en cada uno de los
sectores económicos que se pretenden desarrollar.
En
tercer lugar, la especialización económica y por ende, la mayor probabilidad de
que las personas tengan empleos de calidad en sectores de alto valor agregado,
requieren de marcos regulatorios propicios para la innovación y el desempeño
económico. Guardadas las proporciones, ¿por qué no mirar y analizar la
experiencia de Honduras en el desarrollo de charter
cities: territorios que se caracterizan por tener regímenes especiales para
atraer la inversión y generar industrias en sectores de grandes potencialidades
para los países? Esta puede ser una interesante herramienta para impulsar en
Colombia para el desarrollo territorial en ciertas regiones del país. Podría
pensarse en la posibilidad de establecer tales regímenes especiales en los
departamentos y regiones más deprimidas del país, como instrumento para
aumentar el stock de capital público y privado.
Sin
lugar a duda, los patrones de producción y localización están cambiando el
mundo. Hoy estamos inmersos en una nueva geografía económica, en donde la
ubicación y la especialización productiva cuentan significativamente. No asumir
tal reto, probablemente nos siga situando en el lugar equivocado.
Imagen tomada de:
http://books.google.com.co/books/about/The_New_Geography_of_Jobs.html?id=br0S54w0u_sC&redir_esc=y
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