Columna Revista Peso
Fundación Kíos
¿Modernización o
burocratización?
Los
detractores de la medida, o por lo menos aquellos que ven con serias reservas a
la misma, apuntan a señalar que con este esquema se jerarquiza la
administración provocando que “los únicos con la visión
completa”
de la ciudad sean los vice-alcaldes, y que al aumentar la planta de
funcionarios se “dificulta la unidad de
mando…, hará consultar a más personas y las decisiones serán más lentas”.
Sin
duda este es uno de los debates fascinantes y recurrentes en la gerencia
pública, y valga agregar, en la construcción de Estado. ¿Es más provechoso un Estado
grande o uno pequeño? Esta simplificación lleva a errores. Ese no es el debate.
La cuestión gira alrededor de la fortaleza del Estado. ¿Para que este no sea
débil debe ser grande o pequeño? Respuesta, por supuesto, no hay una definitiva.

Sin
embargo la de Bogotá ha sido insatisfactoria. La Edis, Empresa Distrital de
Servicios Públicos, tuvo finalmente que desaparecer debido a su extrema
burocratización, politización e ineficiencia. Cerca del 53% de los residuos
sólidos no eran recogidos, llevando a la capital a una situación cercana de
crisis ambiental y de salubridad.
Dejando
a un lado este antecedente, lo más preocupante de la decisión de Petro es que
parece guiada por un dogma ideológico: los privados son perversos y el Estado
operador es la solución. Adicionalmente, encontramos la rapidez e improvisación
con que se está aplicando la medida. La EAAB deberá adquirir 400 vehículos y
contratar 4 mil 500 empleados para la fecha indicada. Adicionalmente en este
mismo corto lapso de tiempo tendrá que montar la ingeniería de ruteo y tiempos
que es un ejercicio sofisticado y costoso.
Observamos
que cuando las decisiones, y las críticas también, se encuentran guiadas por doctrinas
comienzan a viciarse. El objetivo último de los tomadores de decisiones, así como
de quiénes las comentan, debe ser la búsqueda de un Estado fuerte y eficiente.
Cuando el Estado opera puede llegar a cumplir con estos objetivos, pero la
clave de la fortaleza de estos yace en su capacidad de regulación.
Si
las vice-alcaldías conllevan a una mejor vigilancia en Medellín, bienvenidas
sean, incluso si significan razonables aumentos burocráticos. El mismo
razonamiento debe aplicarse en Bogotá. Que el distrito se haga con la operación
antes adelantada, cara pero eficientemente, por unos privados, ¿sí
provocará la aparición de un Estado fuerte y poderoso, no en términos
burocráticos, sino bajo los parámetros de regulación y vigilancia? La Unidad
Especial Administrativa de Servicios Públicos, entidad encargada en Bogotá de
cumplir esa función, ha sido regularmente capturada por intereses non-sanctos. ¿La EAAB recolectando
residuos cambiará esto?
Imágenes tomadas de:
http://www.medellin.gov.co/irj/portal/ciudadanos?NavigationTarget=navurl://260e18c694e2639165162622543d1614 y
http://www.caracol.com.co/noticias/bogota/la-empresa-de-acueducto-seria-el-nuevo-operador-publico-de-aseo-en-bogota/20120905/nota/1756356.aspx
Publicado en Revista Peso el sábado 27 de octubre en: http://revistapeso.com/564/
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