martes, 2 de octubre de 2012

Netanyahu y las relaciones internacionales

Columna La Tarde
Fundación Kíos



Netanyahu y las relaciones internacionales

Israel's Prime Minister Benjamin Netanyahu points to a red line he drew on the graphic of a bomb used to represent Iran's nuclear program as he addresses the 67th United Nations General Assembly at the U.N. Headquarters in New York, September 27, 2012. REUTERS/Lucas JacksonAl hablar sobre los acontecimientos internacionales, los analistas comúnmente cometen el error de centrar la sustentación de sus comentarios sobre bases como el derecho internacional o la moral. 

Por supuesto, estas variables no pueden ser ajenas o simplemente menospreciadas en el momento de valorar una situación determinada, pero al realizar un análisis estratégico, objetivo y riguroso, dichas premisas, aunque pueden ser genuinamente bienintencionadas, conllevan a perder el foco acertado para acercarse a los eventos que se estudian.

Esta situación se puede observar en varios de los análisis que han surgido a partir del discurso del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ante la ONU, en el que hace un llamado a la comunidad internacional, especialmente a los Estados Unidos, para marcar una línea roja que el programa nuclear iraní no pueda cruzar, y que de hacerlo origine una respuesta global contundente e incontrovertible, es decir, una respuesta militar categórica que elimine toda capacidad nuclear en la República Islámica de Irán. 

Resulta altamente cuestionable la probidad legal del llamado de Netanyahu. Igualmente, no es difícil acusar a este emplazamiento a la comunidad global, así como numerosas actuaciones del Estado de Israel, de antaño o recientes, de imperialista, abusivo, anodino y por supuesto inmoral.     

Así las cosas, encontramos que bajo la perspectiva de la Ley y la moral, la sola petición de quien lidera al gobierno israelita hoy, es errada y perversa. Pero en el análisis estratégico deben considerarse, y con mayor peso, variables como la geografía y la historia. Esta última, por ejemplo, nos permite dilucidar que a la hora de intentar avizorar el futuro en los asuntos internacionales, la humanidad en general se ha caracterizado por fallar soberbiamente. Acercándonos al problema actual entre Israel e Irán, deberíamos recordar que hacia 1930, incluso después de la crisis económica causada por el hundimiento de Wall Street, no hubo analista alguno que se acercara a pronosticar que en Alemania surgiría un líder radical, por decir lo menos, que buscaría, no solamente dominar Europa y el mundo, sino que de paso, desarrollaría una política de aniquilación étnica contra el pueblo judío.

Quizás Netanyahu busca implementar un “holocausto a la inversa” como algunos señalan. Empero, a nuestro parecer el premier israelita es un actor racional, al igual que los ayatolás de Teherán, que debido a la experiencia histórica de su pueblo, así como la posición geográfica de su Estado, debe considerar hasta lo impensable, que podría ser un régimen en Irán, teocrático o no, irracional y dispuesto a todo con tal de cumplir sus objetivos.

Este no es un llamado a condenas de un lado u otro. Sencillamente busca poner en perspectiva las complejidades insertas en los asuntos internacionales. Si quienes los observan y analizan deciden asumir posiciones desde plataformas simplistas, en realidad estarán haciendo un flaco favor a la resolución y comprensión de los conflictos que afligen a la humanidad.  

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Imagen tomada de: http://uk.reuters.com/article/2012/09/28/uk-un-assembly-israel-idUKBRE88Q1GX20120928
 
Publicado en La Tarde el 2 de octubre de 2012 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/67626-netanyahu-y-las-relaciones-internacionales.html

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