Columna La Tarde
Fundación Kíos
Lavado de títulos
La Agencia Estadounidense Antidopaje (Usada),
mediante un informe de 1.000 páginas, que incluyen testimonios juramentados de
15 coequiperos de Lance Armstrong en los que reconocen que en el equipo
USPostal se les administraba EPO y se les practicaban transfusiones sanguíneas
durante los años en que el norteamericano ganó los siete toures, retiró
de las vitrinas del considerado mejor ciclista de todos los tiempos dichos
galardones.

Así de sencillo. Un tribunal de justicia deportiva
falló casi trece años después frente a un deportista, que tras su exitosa
experiencia de vida derrotando al cáncer, conmovió los corazones del mundo
entero y se convirtió en un referente obligado de los motivadores
organizacionales. No importó nada que no debiera importar. No tuvieron en
cuenta que a través de su Fundación aportara más de 500 millones de dólares a
la lucha contra la enfermedad que padeció. Se le juzgó por tramposo, no por
insensible.
Hace más de dos años, jugadores del Millonarios que
ganó las estrellas manchadas con la sangre de las víctimas de Rodríguez Gacha,
vienen reconociendo públicamente, como a sabiendas de que dicha confesión en un
país descarado como este solo daría para unos cuantos titulares y un par de
llamadas de medios interesados en entrevistarles, que las dos últimas estrellas
obtenidas por los Embajadores fueron alcanzadas mediante una aberrante
combinación de fraudes, extorsiones arbitrales y por supuesto, dopaje.
Pasaron casi 25 años para que Felipe Gaitán, actual
presidente, fuera el primer directivo en hacer eco de las denuncias
aparentemente inofensivas de sus exjugadores, y hace unas semanas anunció que
Millonarios estaba considerando devolver las estrellas obtenidas de manera
irregular.
Pero en un país en que normalmente los hinchas del
fútbol culpan de todos los males de los equipos a los directivos, los
aficionados descaradamente no dieron la talla esta vez, y condenaron a
Millonarios al escalón menos honroso de la historia deportiva de este país.
Ante una avalancha de hinchas enfurecidos, que ni
habían nacido cuando se obtuvieron dichos títulos y que creen que “El Mexicano”
es el coprotagonista de una novela de Caracol, los directivos –que recibieron
amenazas por querer componer la historia del Armstrong del fútbol colombiano-
recularon luego de sostener una consulta interna con los seguidores y
admiradores del narcofútbol.
Luego de un comunicado lacónico y vergonzoso en el
que la hinchada se compromete a garantizar la no presencia de dineros turbios
en el equipo (como si lo pudieran hacer), “apoya el regreso al estadio de las
familias” que alejaron en medio del humo de marihuana y los puñales oxidados, y
se manifiestan unidos por el logro de la decimo cuarta (¿o duodécima
estrella?), los directivos atemorizados y acorralados manifestaron oficialmente
que no devolverán los títulos obtenidos de manera indebida y que “rechazaban la
presencia de dineros ilícitos” en su equipo.

Así de sencillo. Las irregularidades se castigan. Y
los castigos no se consultan con quienes están vinculados con ellas.
En una semana la hinchada de Millonarios se quedó
sin discurso. Ya no son el equipo más grande del país, son el más cobarde. Ya
no son el equipo que le ganó al Real Madrid en la época del Dorado, son el que
perdió 8-0 contra sus suplentes la misma semana que les quedó grande poner la
cara, de una vez por todas, ante esas familias honestas que quieren volver al
estadio a celebrar triunfos reales.
Imágenes tomadas de: http://www.dailymail.co.uk/news/article-2192864/Lance-Armstrong-banned-cycling-life-stripped-Tour-France-titles.html y http://m.semana.com/nacion/puede-investigar-millonarios-narcotrafico/185342-3.aspx
Publicado en La Tarde de Pereira el martes 16 de octubre de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/68506-lavado-de-titulos.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario