martes, 6 de noviembre de 2012

Hipermetropía

Columna de opinión
César Niño

Hipermetropía

Javier Solana ha escrito recientemente en su habitual columna “La tribuna”, en El País de España, algo que él mismo ha titulado “El mundo después de noviembre”. Allí, menciona que Estados Unidos hereda un país con una perspectiva geopolítica profundamente transformada. Por tal razón, ha habido una constante expectativa sobre los pronunciamientos de Obama y Romney con relación al mundo.

Los resultados de las elecciones en Estados Unidos le preocupan a los medios de comunicación, opinión pública internacional y, en particular, a aquellos Estados que directamente se ven afectados por la política exterior de aquel país. América Latina, por lo que se ha evidenciado en los últimos años, no figura en el radar de la política exterior estadounidense como en los años 70 y 80.

Desde Colombia se ha manifestado cierta crítica por la ausencia en las menciones de los candidatos al país en sus debates. Recuerdo precisamente, hace algún tiempo cuando el presidente Juan Manuel Santos a modo de reclamo le señalaba a Barack Obama que los Estados Unidos sufrían de una enfermedad llamada “hipermetropía”, es decir que Estados Unidos veía de lejos, pero no de cerca.

Es curioso que muchos analistas observen con preocupación que Estados Unidos, en particular con Colombia, disminuya su ayuda en cooperación. Pero este fenómeno, en vez de generar preocupación debería alegrar a muchos porque significa que las cosas están funcionando y que los recursos en buena medida están siendo bien utilizados. Por esta razón, la continuidad o el cambio del inquilino de la Casa Blanca no afectarán en mayor medida la relación con el país, pues sencillamente la política exterior estadounidense está basada en un pragmatismo centenario, la cual cuando hay cambio de administración tiene leves virajes de forma, pero no de fondo.

Entonces, sería distinto si estuviéramos hablando de la política exterior estadounidense hacia zonas que geopolíticamente le interesan a aquel país. Medio Oriente por ejemplo. Allí, sin duda los líderes de esta zona deberían preocuparse por quién sea el nuevo sucesor de George Washington, pues la geoestrategia de la Casa Blanca busca gestionar los intereses geopolíticos en función del interés nacional estadounidense en Irán, Siria, Israel, Jordania, Libia.

La hipermetropía de Washington responde ciertamente a que no percibe una amenaza real en América Latina, si bien el acercamiento de Venezuela a Rusia, Irán y China ha sido resonante en los pasillos de la Casa Blanca, el espacio vital estadounidense está más que controlado.

Gane quien gane estas elecciones, republicanos y demócratas entienden lo poco y mucho que significa América Latina para ellos. El burro o el elefante darán la misma relevancia en sus agendas a Colombia, así que habrá que darles unas gafas permanentes a ambos para empezar a curar su constante y a veces odiosa hipermetropía.

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