Santiago Gómez
El negocio de la responsabilidad
Lo que hace importante a
la Responsabilidad Social Empresarial no es que sea resultado de una inclinación
altruista, sino el hecho de que sea ejecutada e impacte positivamente a
sectores que, en otras circunstancias, no recibirían la atención pública que su
situación merece. En ese sentido, es irrelevante socialmente, aunque
posiblemente no moralmente, que las empresas entiendan que la Responsabilidad
Social Empresarial es un excelente negocio y puede convertirse, de estar bien
diseñada, ejecutada y medida, en una fuente importante de ingresos.
La responsabilidad social, para ser efectiva, tanto para la empresa como para los accionistas de ella, debe cumplir las siguientes condiciones, como mínimo: en primer lugar, ser objeto de una estrategia estructurada que esté involucrada transversalmente dentro de los planes de acción de la empresa; que sea conocida por los empleados, los diferentes públicos que interactúan con ella, y que sea comunicada efectivamente a todos. Desafortunadamente, ninguna de estas condiciones es común entre las empresas colombianas y mucho menos, en las de la región.
Todo ello será tenido en cuenta solo cuando los empresarios entiendan que si no hacen acciones de Responsabilidad Social, están perdiendo dinero. La Responsabilidad Social Empresarial permite a las firmas mejorar su gestión, su productividad y su eficiencia, favorecer la maximización de su beneficio, promover aumentos en los niveles de innovación, crear nuevas ventajas competitivas, potenciar procesos de diferenciación sostenida de los productos, aumentar su reputación y la lealtad de sus clientes atrayendo más consumidores y empleados social y ambientalmente responsables a sus filas, lo que puede redundar en un aumento de inversionistas y aliados externos, así como el mejoramiento de su imagen. Por esto, los empresarios que decidan deliberadamente, o por desconocimiento o pereza, no ser socialmente responsables, no solo le dan la espalda a su compromiso moral de retribuir a la sociedad por su ejercicio productivo, sino también están dejando de ser tan rentables como podrían llegar a serlo, por ignorar o no entender los potenciales financieros de una estrategia integral de Responsabilidad Social bien ejecutada.
La responsabilidad social, para ser efectiva, tanto para la empresa como para los accionistas de ella, debe cumplir las siguientes condiciones, como mínimo: en primer lugar, ser objeto de una estrategia estructurada que esté involucrada transversalmente dentro de los planes de acción de la empresa; que sea conocida por los empleados, los diferentes públicos que interactúan con ella, y que sea comunicada efectivamente a todos. Desafortunadamente, ninguna de estas condiciones es común entre las empresas colombianas y mucho menos, en las de la región.
Todo ello será tenido en cuenta solo cuando los empresarios entiendan que si no hacen acciones de Responsabilidad Social, están perdiendo dinero. La Responsabilidad Social Empresarial permite a las firmas mejorar su gestión, su productividad y su eficiencia, favorecer la maximización de su beneficio, promover aumentos en los niveles de innovación, crear nuevas ventajas competitivas, potenciar procesos de diferenciación sostenida de los productos, aumentar su reputación y la lealtad de sus clientes atrayendo más consumidores y empleados social y ambientalmente responsables a sus filas, lo que puede redundar en un aumento de inversionistas y aliados externos, así como el mejoramiento de su imagen. Por esto, los empresarios que decidan deliberadamente, o por desconocimiento o pereza, no ser socialmente responsables, no solo le dan la espalda a su compromiso moral de retribuir a la sociedad por su ejercicio productivo, sino también están dejando de ser tan rentables como podrían llegar a serlo, por ignorar o no entender los potenciales financieros de una estrategia integral de Responsabilidad Social bien ejecutada.
Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanga, el 2 de noviembre de 2012 en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/181419-el-negocio-de-la-responsabilidad
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