viernes, 17 de junio de 2011

Política exterior: Las relaciones con América Latina y el Caribe


Proyecto Especial Fundación Kíos
Por Rodrigo Caicedo

Política exterior: Las relaciones con América Latina y el Caribe

Tal parece que la Constitución del 91 basa nuestras relaciones internacionales en dos pilares fundamentales: el respeto al derecho internacional y la profundización de las relaciones con América Latina y el Caribe. El primero no es una novedad: Colombia siempre se ha destacado por ser respetuosa del derecho internacional. El segundo, sin embargo, es un mandato constitucional que impone retos interesantes a la política exterior colombiana. ¿Se ha obedecido este mandato? O, mejor aún, ¿es posible obedecer este mandato?

Aspectos como la profesionalización de la Cancillería, el respeto de la institucionalidad, el fomento del comercio exterior y la inclusión de los tratados en el derecho interno dependen únicamente de la gestión del gobierno, y pueden ser establecidos como política de Estado. Hay otros que, por la naturaleza caótica de las relaciones internacionales, deben ser revisados y reformulados constantemente.

Colombia tiene un mandato para profundizar sus relaciones con América Latina y el Caribe y para incentivar su integración. Esto le dio un nuevo impulso al Pacto Andino y lo transformó en la Comunidad Andina de Naciones - CAN. De la misma forma, este mandato posiblemente facilitó las negociaciones para crear el Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA. La primera mitad de los Noventa parecía anunciar el retorno de Colombia como potencia regional. Sin embargo, al menos en los últimos 20 años, nuestras relaciones con Estados Unidos han determinado la posición del país en la región.

Durante el gobierno de Samper, Colombia miró a los vecinos únicamente porque Estados Unidos no quería relacionarse con nosotros. Con el gobierno de Pastrana, las relaciones con Estados Unidos mejoraron considerablemente, y posiblemente en ese momento comenzaron a deteriorarse las relaciones en la región. Sin embargo, nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir en los gobiernos de Uribe.

Tres factores ajenos a la política exterior colombiana fueron cruciales en la última década. Primero, la mayoría de países latinoamericanos eligió gobiernos de izquierda. Segundo, Estados Unidos se embarcó en la llamada Guerra contra el Terror. Y tercero, Uribe tenía un mandato claro para pasar de la defensiva a la ofensiva, atacar con todo a los grupos subversivos y recuperar la institucionalidad del país. Esto tuvo como consecuencias el aislamiento de Colombia del resto de la región, la ruptura de las relaciones con Ecuador y la amenaza de guerra con Venezuela. Independientemente de cualquier discusión, lo cierto es que el contexto en el que Uribe tuvo que desempeñarse no dejó espacios para la integración regional.

Ahora, con Santos, la política exterior colombiana parece haber dado un giro de 180 grados. De ser paria regional, ahora Colombia ostenta la Secretaría General de Unasur. Con América Latina dando un giro a la centro-derecha, el país es ahora parte de la mayoría. Colombia por fin tiene un liderazgo político y una presencia comercial importante en el Caribe. De nuevo somos amigos de Ecuador y Venezuela y, aunque el ALCA y la CAN son experimentos fallidos, las expectativas de integración económica con Perú, Chile y México auguran un gran futuro. Al parecer, las condiciones están dadas para cumplir con el mandato constitucional. Al menos por ahora.


Rodrigo Caicedo es Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia y Máster en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad de New South Wales. Sin embargo, su experiencia está en el sector privado, en el área de comercio exterior y logística. Ha trabajado con las multinacionales Panalpina y Bavaria en Colombia, y Beam Global en Australia. Actualmente reside en Sydney.

Imagen tomada de: http://aler.org/labitacora/wp-content/uploads/2009/04/america-latina2.png

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