Investigación- Política exterior y
defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo
Obama o Romney: ¿cuál es más conveniente para el mundo? (I)
Una encuesta del Washington
Post/ABC News, realizada antes de los acontecimientos en Egipto, Libia y
Yemen en contra de las sedes y cuerpos diplomáticos de los Estados Unidos en
esos países, indica
que el 51% de los americanos confía más en Obama a la hora de manejar los
asuntos internacionales de su país, mientras que solo un 38% hace lo mismo con
Romney. Este resultado es muy diciente porque en 2008, el discurso
internacionalista, transformativo y de esperanza del entonces candidato demócrata,
conducía a pensar que debido a una combinación de excesivo idealismo bien
intencionado e ingenuidad, Obama llevaría a su país a un estado de grave
debilidad internacional, que convertiría el tema de exteriores en su flanco más
débil durante el debate electoral de 2012.
El anterior no es el panorama de la encuesta
señalada, debido a que la realidad, esa tiránica y asechadora musa que muchos
aspiran someter pero que casi siempre termina subyugando a sus cazadores, fue
aceptada por el presidente demócrata, llevándolo a dejar muchas de sus promesas
a un lado, debido a que sencillamente eran eso: promesas de campaña que estaban
fuera de foco con respecto a la realidad. El ejemplo más vistoso, mas no el único,
sería el frustrado cierre del centro de detención en Guantánamo,
Cuba.
En la misma línea se encuentra el
enfrentamiento con los grupos radicales islámicos desde Pakistán hasta Libia,
pasando por el Cuerno de África y la Península Arábiga, en donde las fuerzas
militares y la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos, han forjado un
conflicto, que hace
palidecer, lo realizado por la administración de George W. Bush. La
utilización de últimas tecnologías, especialmente los ya famosos drones, y la manipulación y hasta presunta
violación de las leyes nacionales
e internacionales,
permitieron implementar una guerra sin cuartel contra las redes terroristas
radicales islámicas y asestarles los más duros y contundentes golpes, entre los
que sobresale la operación Gerónimo que dio de baja a Osama Bin Laden.
Adicionalmente, encontramos que el candidato
de la esperanza, pronto se convertiría en el frío calculador de los asuntos internacionales,
cuando por ejemplo, no se dejaría tentar a intervenir rápidamente, y sin toda
la planificación necesaria, en lugares como la Libia de Gadafi o la Siria
actual. Su reticencia a enfrentar a China, Rusia e Irán de una manera retadora,
tal como lo exigen sobresalientes figuras del partido republicano, como John
McCain y Mitt Romney, los dos últimos candidatos presidenciales de esa
colectividad, lo han hecho asemejarse a una de las grandes figuras del partido
del elefante, Dwight D. Eisenhower, quien tenía por principio rector en asuntos
de política exterior, evitar todo tipo de involucramiento en conflictos
innecesarios. Los casos Libia, Siria, China, Rusia e Irán, son testigos de la búsqueda
del actual presidente por emular a su señalado predecesor por medio del
pragmatismo.
Debido a este curso pragmático, se concluiría
que la continuidad del actual inquilino de la Casa Blanca, sería la opción más
conveniente para el mundo. Su afán por hacer coincidir los verdaderos alcances
del poder americano con las acciones realizadas por éste, lo llevaron a ser
precavido y a no extralimitarse.
Pero mientras escribía estas conclusiones,
sucedieron los disturbios del pasado martes y han hecho aflorar serias dudas
sobre el enfoque del mandatario norteamericano. No solo sobre la sabiduría
existente en adoptar políticas que buscan reducir el intervencionismo y
liderazgo norteamericanos en los eventos internacionales, es decir, en adoptar
el pragmatismo por encima del excepcionalismo americano, que es el discurso
republicano, sino también, dudas acerca de cuán realista fue verdaderamente
Obama, específicamente en los acontecimientos que fueron denominados como la
Primavera Árabe, durante la cual, concretamente, retiró el apoyo estadounidense
al presidente egipcio, Hosni Mubarack, dando vía libre al ascenso al poder de
movimientos islámicos con marcadas y reconocidas posiciones
antinorteamericanas.
Es posible que estos sucesos, los de esta
semana, no cambien, desde el punto de vista estratégico, la conveniencia para
el mundo de que continúe Obama en el poder, pero tal vez sí modifiquen las
opiniones del electorado y por lo tanto, los acontecimientos recientes, hoy
cuentan con la potencialidad de convertirse en el “Lehman Brothers” de las
elección de 2012. Es decir, en el evento definitivo que marca una nueva dirección
de los acontecimientos. Un gamechanger.
Imagen tomada de: http://articles.businessinsider.com/2012-02-12/politics/31051533_1_romney-talks-mitt-romney-trade-war
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