Columna La Tarde
Fundación
Kíos
Los
costos de la paz
Edward Luttwak, historiador y estratega militar de
Estados Unidos publicó hace algunos años un provocador artículo en el que
expuso las ventajas y la utilidad de la guerra, no solo desde el punto de vista
militar, sino desde la perspectiva política.
Luttwak expresó que la guerra es una decisión política
que, más allá de toda consideración ética o moral, facilita acabar con los
conflictos, al permitir que la parte más poderosa se imponga sobre la más débil.
La guerra, en palabras de Luttwak, permite reacomodar fuerzas y posiciones de
diferentes actores, al configurar nuevos equilibrios de poder. Históricamente,
los períodos más belicosos de la historia han dado paso a etapas de relativa
estabilidad y paz, que se caracterizan por un alto crecimiento económico. En
pocas palabras, la guerra le pone punto final a los conflictos y permite que
las partes en tensión encuentren nuevas pautas para negociar y acordar
consensos duraderos sobre los puntos en disputa.
Las reflexiones de este polémico autor pueden servir como referencia para plantear algunos puntos sobre la nueva estrategia del gobierno nacional frente al conflicto armado. La guerra solo sirve si se utiliza para acabar las confrontaciones. En el caso colombiano, si bien es cierto que se ha presentado un fortalecimiento evidente de las Fuerzas Militares, el conflicto llegó a un punto de estancamiento en el que ninguna de las partes puede imponerse definitivamente sobre la otra. No obstante la política de seguridad democrática, las FARC siguen enquistadas en ciertas zonas del territorio nacional y muy difícilmente perderán el control histórico que tienen sobre áreas estratégicas como el norte del Cauca o los departamentos de la Amazonía colombiana. Los costos que ha traído este estancamiento son altísimos, no solo desde el punto de vista presupuestal, sino también desde la óptica de las oportunidades que pierde el país en materia de crecimiento y desarrollo. Por ello, la decisión del gobierno Santos de abrir el espacio para el diálogo podría permitir la exploración de nuevas salidas al conflicto, más allá de lo puramente militar.
Sin embargo, el fin del conflicto armado supone tener en cuenta diferentes aspectos relevantes. Uno de ellos es el costo económico que el país deberá asumir para garantizar la reintegración de los combatientes a la vida civil. Ello exige contar con el apoyo del tejido productivo y del sector empresarial nacional, así éste no esté dispuesto a colaborar económicamente en el proceso, tal como lo reveló una reciente encuesta publicada por la Revista Dinero. El otro aspecto fundamental es el de la justicia. La paz no puede suponer la impunidad y el olvido, ni mucho menos desconocer el derecho de las víctimas a la justa reparación. Dos aspectos que sin duda alguna deberíamos empezar a pensar para que este nuevo proceso no sea solo una expectativa fallida sino una oportunidad real.
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Publicado en
La Tarde el 18 de septiembre de 2012 en http://www.latarde.com/opinion/columnistas/66805-los-costos-de-la-paz.html
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