martes, 25 de septiembre de 2012

Lo que falta

Columna La Tarde
Fundación Kíos

Lo que falta

Pereira es privilegiada y resume, en un solo lugar, las virtudes y defectos de una nación como Colombia que día a día lucha por ser cada vez mejor.

En esta ciudad coexisten dinámicas económicas que hacen de la región un epicentro atractivo para las inversiones nacionales y extranjeras. Con un pasado agrícola, pero con dinámicas comerciales cada vez más importantes, combina la industria tradicional con un creciente mercado de servicios, especialmente turísticos. Ubicada geográficamente en un punto estratégico que conecta zonas de desarrollo fundamentales para el país, Pereira debe asumir, quizá aprovechando como excusa los preparativos del sesquicentenario, el verdadero rol que sus líderes han imaginado para ella.

Hay que invertir, en primer lugar, en infraestructura, y no solo para fortalecer las ventajas comparativas que ofrece hoy el sector turístico, sino también para repotenciar el cluster de los textiles, por ejemplo.

El centro de Pereira es pintoresco, y eso es un valor agregado para el paquete turístico que se ofrece fuera, pero es un centro desordenado, intransitable, copado de vendedores ambulantes, ruidoso y sucio. El turista disfruta de lo pintoresco solo una vez, pero recordará el desorden por siempre.

Hay que hacer inversiones significativas en seguridad, para crear un clima favorable y de estabilidad a las inversiones provenientes del resto del país y el exterior.

Hay también que destinar cada vez más recursos a ciencia y tecnología. Debe ser indispensable mejorar significativamente la oferta educativa de las instituciones privadas con cobertura en la región, y hay que generar, paralelamente, estímulos para que los jóvenes entiendan que educarse paga, que solo sociedades educadas y ciudadanos que utilizan adecuadamente las nuevas tecnologías, podrán enfrentar los retos que imponen las décadas venideras.

Igualmente, Pereira debe mejorar en cultura ciudadana. La bondad de su gente no solo se refleja en ser buenos anfitriones, ni en ser una ciudadanía alegre y cordial. El turista debe sentirse cómodo mientras está en Pereira. El tráfico vehicular en la ciudad es desordenado y en ocasiones caótico, no únicamente por el déficit en infraestructuras que permitan el tránsito fluido, sino también por la poca cultura de conductores y peatones. Vehículos parqueados en las calles en sitios no permitidos y peatones que no respetan las cebras son algunos de los factores que solo pueden ser mejorados a través de procesos de culturización.

La combinación de esfuerzos institucionales con la asignación y el uso responsable de recursos públicos significativos para hacer inversiones perdurables, el convencimiento por parte de los ciudadanos de que Pereira se puede convertir en un polo de desarrollo sostenible para el país y, sobre todo, el reconocimiento de la importancia de recuperar una cultura de paz, centrando las potencialidades ciudadanas hacia los esfuerzos educativos y culturales, harán de Pereira la perla que siempre han imaginado sus ciudadanos.


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