jueves, 2 de agosto de 2012

La a veces poco confiable voz del pueblo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

La a veces poco confiable voz del pueblo

Hay revuelo en el país por los resultados de la encuesta de Ipsos Napoleón Franco, según la cual Santos perdió once puntos de favorabilidad en el último trimestre.

Si bien esta reacción ciudadana puede leerse como una pérdida significativa de legitimidad del mandato santista, hay tanto de ancho como de largo en estos resultados, y habrá que hacer un análisis más profundo para describir adecuadamente el clima político actual.

Primero que todo, que la gente perciba que la gesti
ón de Juan Manuel Santos no es tan favorable para sus intereses como a principio de año, no quiere decir, necesariamente, que el país está peor que entonces. Puede significar que la gente no está recibiendo lo que esperaba de este gobierno, o de la gestión de sus funcionarios. Y eso, en un país de prebendas, de transacciones politiqueras, de venta de votos, podría eventualmente ser positivo para el futuro del país.

Segundo, una ciudadan
ía que en las encuestas se manifiesta, por ejemplo, ambientalmente responsable y consciente, pero que no sabe cómo se recicla, o que manifiesta ser tan feliz como su deseo le indica pero se queja y se indigna cada día por un atropello distinto, no es una fuente confiable para medir la verdadera situación política de una nación. Prueba de ello es que los mismos encuestados por Ipsos que manifiestan que Colombia va por mal camino en esta ocasión, afirman que sus asuntos personales van mejorando.

En tercer lugar, a
ún reconociendo que la radiografía política de un país puede ser medida fielmente con encuestas de opinión, puede ser más sano un ambiente en el que la opinión critica las instituciones públicas, que uno que sea descrito por una favorabilidad mesiánica e incuestionada. Los contrapesos son fundamentales en la democracia, el conflicto controlado construye y el desacuerdo es la base del ejercicio político.

Y por
último, que Santos haya perdido 24 puntos desde julio de 2011 y Uribe, en ese mismo periodo solo dos, se explica por el hecho de que es más fácil hacer oposición que gobernar.

No podemos perder de vista que muchas de las causas del descenso en la favorabilidad de la administraci
ón actual fueron engendradas en la de su predecesor, e incluso en el siglo pasado, así como muchos de sus logros. El futuro del país va más allá del análisis de la coyuntura política.

Colombia no est
á peor necesariamente porque así lo pensemos. Si bien las sensaciones y las expectativas determinan el desarrollo de temas como la economía y la seguridad, definitivos para el país, es indispensable revisar y analizar la problemática actual desde una perspectiva estructural. Mal haría Santos gobernando con el termómetro de las encuestas en la boca. Mal haríamos todos en resignarnos ante el espejismo de una crisis generada por golpes de opinión autoinflingidos.

Los or
ígenes de la democracia no están ligados a lo que pensaba, sentía o esperaba el pueblo, por extraño que parezca. 

Publicado en La Tarde el 31 de julio de 2012 en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=64369

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