domingo, 12 de agosto de 2012

Instituciones y desarrollo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Instituciones y desarrollo

En recientes artículos periodísticos y columnas de opinión, se han planteado diferentes posturas críticas frente al modelo de desarrollo que se halla implícito en el Plan Prosperidad para Todos, carta de navegación de la administración Santos.

Muchas de estas reflexiones, destacan la oportunidad y pertinencia de identificar sectores estratégicos que jalonen la economía y nos permitan adaptarnos a las cambiantes condiciones mundiales en materia de innovación y generación de conocimiento. No obstante, en otras se reconoce que mientras algunas locomotoras apenas están arrancando, otras se encuentran estancadas debido a múltiples dificultades de tipo endógeno. En otras palabras, la consolidación de sectores estratégicos solo se lograría a partir de la existencia de condiciones previas en los planos jurídico, económico e incluso político y cultural. Podríamos afirmar, que antes que locomotoras, lo que necesitamos son rieles que garanticen la materialización de los sectores o ámbitos clave para el logro del desarrollo.

Esas condiciones previas est
án relacionadas con la madurez y el tipo de instituciones que se logran desarrollar en un país. Las instituciones, entendidas como reglas de juego, podrían explicar las razones por las cuales los países tienen niveles asimétricos en su desarrollo y crecimiento económico. Si bien es cierto que el tema no es novedoso, pues diferentes economistas han abordado estos temas desde la óptica institucional, éste sí ha cobrado una inusitada vigencia en los últimos años debido a la publicación de numerosos artículos académicos en los que se reconoce que más que el modelo, lo que interesa es construir instituciones sólidas y duraderas. En este sentido, el objetivo debe ser alcanzar la consolidación de estructuras estables que reduzcan los costos de transacción y la incertidumbre de los agentes económicos o que favorezcan los emprendimientos productivos y la creación de empresas. Por tal motivo, variables como la confianza interpersonal o las percepciones de los individuos frente al nivel de transparencia u opacidad de los organismos y agencias públicas, son tan importantes como la inflación, la tasa de cambio, el Índice de Calidad de Vida o el de Pobreza Multidimensional, que miden condiciones objetivas del desarrollo de las naciones.

En una reciente columna de este espacio de opini
ón, propusimos retomar la mirada institucional del desarrollo, a partir de una profunda y seria reflexión sobre las reglas de juego formales e informales que persisten en nuestras estructuras y modelos económicos. Con ello, podríamos complementar el debate sobre la definición de sectores estratégicos, de tal suerte que las locomotoras puedan desarrollar todo su potencial, en trazados férreos que les garanticen estabilidad y sostenibilidad. No hacerlo, podría condenarnos a seguir contando con locomotoras de carbón en un mundo de trenes bala.

Publicado en La Tarde el 7 de agosto de 2012 en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=64723

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