martes, 3 de julio de 2012

Justicia, minería y educación


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Justicia, minería y educación

El desconcierto reinante en el país por el escándalo alrededor de la reforma a la justicia y la apuesta nacional por la locomotora minera y energética, nos impulsan a insistir de nuevo en la importancia cardinal de la educación para fortalecer la institucionalidad colombiana e impulsar el crecimiento y desarrollo económicos, teniendo en cuenta el contexto mundial al que asistimos, signado por la economía del conocimiento y la información. 

Algunos ciudadanos inconformes han identificado este momento como uno propicio para lanzar un referendo o una asamblea constitucional que cambie las costumbres políticas del país. Guardadas las proporciones, se puede hacer una analogía con lo ocurrido hace un año y medio en el Medio Oriente: la Primavera Árabe. Así, valdría la pena hacer notar a nuestros inconformes que la indignación de aquellos días resultó ser limitada. Impactante pero limitada. La auténtica barrera a la transformación en esa región no es otra distinta que la inexistencia de un sistema educativo que convierta a los egipcios, libios, tunecinos y otros, en trabajadores creativos y talentosos.

En el New York Times (junio 16, 2012), Thomas Friedman afirmó: “Las revoluciones árabes pueden ser exitosas o no derrocando dictadores, pero no tienen ninguna probabilidad de empoderar a las nuevas generaciones sin revoluciones educativas”.

De otro lado, tenemos la apuesta actual del gobierno y la sociedad en las bonanzas minera y energética. Sin duda, estos son recursos estratégicos que pueden convertirse en vehículos eficientes hacia el desarrollo nacional. No obstante, la clave para el desarrollo económico yace en la construcción de un sistema educativo que produzca egresados creativos y competitivos, que se impongan en un ambiente global marcado por la ciencia y la tecnología.

En el Washington Post (junio 20, 2012), Fareed Zakarianos relató la exitosa inversión del gobierno de los Estados Unidos en el proyecto de mapeo del genoma humano. Tres mil 800 millones de dólares invertidos en 15 años han generado 796 mil millones en diferentes actividades económicas tales como agricultura y medicina.

Adicionalmente, Ruchir Sharma del Financial Times (junio 24, 2012), señaló que la reciente caída del precio del petróleo no es otra cosa que el anuncio del fin del “superciclo de las materias primas”, que afectará además de los hidrocarburos a minerales y agrícolas. Y agregó que: “En los últimos 200 años, los precios reales de las materias primas han ido a la baja en un camino predecible: una década en alza, dos décadas a la baja. Acabamos de terminar una década en alza”. 

Reformar las costumbres políticas e impulsar la locomotora minera son desafíos valiosos que la dirigencia y la sociedad deben acoger. Sin embargo, resulta esencial comprender que la solución de dichos desafíos yace en la renovación del sistema educativo. No es un lugar común. La significativa mejora en la situación nacional estará dada por la existencia o no de una educación que prepare trabajadores con habilidades y talentos demandados por la economía del conocimiento y la información. El resto, es buscar la calentura en las sábanas.

Publicado en La Tarde el 3 de julio de 2012 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/62895-justicia-mineria-y-educacion.html

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