Gnothi Seauton
¿Nueva crisis suramericana?
Reflexiones para Colombia
Es posible que se avecine una nueva tormenta en la
geopolítica suramericana que afectaría al ahora golpeado gobierno de Juan
Manuel Santos. La potencial chispa la podemos encontrar en el diario El
Colombiano, que en su versión electrónica públicó la siguiente noticia:
Ante la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara
de Diputados, el comandante de la Fuerza Aérea, Miguel Christ, reveló que Maduro y el embajador
ecuatoriano en Paraguay, Julio Prado, intentaron presionar a los altos mandos
militares para que firmaran un comunicado de reconocimiento a Lugo como
presidente.
Esta supuesta intervención del canciller venezolano,
así como del embajador ecuatoriano, puede causar suma consternación entre los
líderes regionales e incluso al interior del debate político colombiano.
Paraguay es una nación ubicada a más de 4 mil
kilómetros de distancia de Venezuela, pero tiene un valor estratégico para
Caracas inversamente proporcional a la distancia que la separa de Asunción.
En Colombia, este comportamiento venezolano puede hacer
surgir preguntas tales como: si en Paraguay, una nación ubicada a más de 4 mil kilómetros
de Caracas el gobierno de ese país está dispuesto a hacer una intervención de
esa magnitud, ¿qué podría estar dispuesto a realizar el gobierno venezolano
para influenciar el diario trascurrir colombiano, país con el que comparte 2
mil 200 kilómetros de frontera terrestre? La respuesta es obvia y prácticamente
no hay nadie en Colombia que por lo menos no aventure alguna respuesta. El
apoyo a las Farc y a movimientos políticos afines a dicha guerrilla viene de tiempo
atrás.
El gobierno de Juan Manuel Santos debe ser muy
cauto en este escándalo. Los opositores al gobierno, especialmente los
uribistas, saldrán probablemente a denunciar este hecho como una evidencia más
de la peligrosidad del gobierno del teniente coronel y de la desacertada política
de distensión o apaciguamiento liderada por Santos.
Al gobierno colombiano no le queda otra opción
distinta que recibir fuego pesado desde las columnas de opinión, las redes
sociales e incluso la arena política. Deberá sacar el discurso de la
conveniencia que tiene para Colombia mantener unas relaciones estables y
tranquilas con Venezuela, durante el tiempo más largo posible, y esperar que
vuelva la calma hasta el siguiente round.
Aunque pareciera ser que los resultados en política exterior no dan votos, por
lo menos no en ingentes y cruciales magnitudes, tampoco parecieran quitarlos,
como lo revelan las mediciones que sobre política exterior realiza
periódicamente Gallup.
Sin importar en donde se encuentre la aceptación y
favorabilidad de Juan Manuel Santos y su gobierno, bien sea en niveles cercanos
a los 80 puntos porcentuales, o bien sea por debajo de los 50, la gente mira
con buenos ojos la situación del país en temas internacionales.
Eso sí, es menester del gobierno, dentro de sus
análisis estratégicos y privados, tomar esta última noticia sobre el
intervencionismo venezolano, y atención, también ecuatoriano, en el Paraguay,
como fehaciente prueba del estilo, motivos y fines estratégicos del proyecto
chavista y del actual estado venezolano. El acercamiento con Caracas es
acertado, pero hacia adentro la actitud del gobierno colombiano debe ser de
total alerta y desconfianza. La intervención venezolana existe. Las autoridades
deben tenerla plenamente identificada y si no es así, deben dispararse todas
las alarmas porque esto consistiría una grave amenaza para la seguridad nacional.
Y sino, revisen el caso paraguayo.
Foto tomada de: http://www.paraguay.com/nacionales/lugo-participo-en-misa-en-la-que-oro-por-la-salud-de-chavez-80977
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