Columna
La Tarde
Fundación Kíos
El Cauca: territorio olvidado
Luego
de los acontecimientos acaecidos en el departamento del Cauca, la opinión pública
nacional comprobó, una vez más, que aún estamos
muy lejos de garantizar el control territorial en ciertas zonas de la geográfica
nacional, lo cual dificulta enormemente nuestras aspiraciones por consolidar el
Estado.
Más
allá de la reacción presidencial posterior y de los buenos y loables objetivos
del “Plan Cauca”, lanzado por el Jefe de Estado en el norte del departamento, hay una reflexión de fondo
que debe ser abordada desde las políticas públicas e incluso, desde la
configuración misma del Estado. Esta reflexión está referida al despliegue de
la institucionalidad estatal en el territorio, garantizando con ello, la capacidad
efectiva de los organismos estatales para responder con hechos de gobierno
concreto a las aspiraciones y demandas ciudadanas. Este tema no es de poca
monta. Por el contrario, la relación entre Estado y territorio constituye la
piedra angular que permite la consolidación de las sociedades, sobre la base de
tres elementos fundamentales: la cohesión social, la integridad territorial y
el desarrollo regional.
En
el primer caso, el Estado debe asegurar la provisión de un conjunto de bienes y
servicios públicos, de manera homogénea en todo el territorio nacional, con el
fin de garantizar niveles similares en el bienestar y calidad de vida de las
personas. Lo ideal es que un habitante de Toribío o Caloto tenga las mismas
opciones y oportunidades que un ciudadano de Popayán o Pereira. La integridad
territorial no solamente hace referencia al despliegue militar o la recuperación
de posiciones geográficas estratégicas. Es más que control del territorio. Es
la capacidad efectiva del Estado para hacerse sentir en toda la geografía
nacional, a partir del ejercicio efectivo de los monopolios de la justicia o de la
fiscalidad. Por eso, la integridad territorial está ligada con el tema
jurisdiccional. En última instancia, el desarrollo regional está ligado con la
identificación de las capacidades y vocaciones de cada territorio, para que éstos
alcancen su propia senda o modelo de desarrollo, teniendo en cuenta sus particularidades
y factores de competitividad.
A
partir de estos tres planteamientos, la recuperación del Cauca no puede ser una
estrategia militar u ofensiva única y exclusivamente. Es necesario fortalecer
la coordinación de las instituciones públicas que actúan en el territorio, para
lograr respuestas integrales frente a las múltiples problemáticas que azotan a
los municipios del norte del departamento, golpeados duramente por el accionar
del conflicto armado. Por eso, es preciso explorar figuras como las Zonas de
Intervención Prioritaria para la superación de la pobreza o incluso, las
Regiones de Planificación y Gestión (RPG), con el fin de garantizar un
desarrollo territorial integrado, acorde con las capacidades y enormes
potencialidades del pueblo caucano.
Publicado en La Tarde del
17 de julio de 2012 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/63634-el-cauca-territorio-olvidado.html
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