martes, 26 de junio de 2012

La calidad educativa cuesta


Columna La Tarde
Fundación Kíos

La calidad educativa cuesta

Desde 1975, el colegio oficial José Antonio Galán, ubicado en el corregimiento de Tribunas, en el kilómetro siete de la vía que comunica a Pereira con Armenia, ha luchado por brindar una educación de calidad a los estudiantes de secundaria de la zona, mayoritariamente provenientes de estratos uno y dos. En 1993 graduó su primera promoción y desde 1996 ocupa niveles altos, superiores o muy superiores en las pruebas del ICFES.

Con un Proyecto Educativo Institucional soportado en convicciones auténticamente democráticas que los estudiantes y docentes ponen en práctica a diario, el actual rector ha seguido de cerca el proceso de formación de todos y cada uno de sus casi 1.400 alumnos. 

En la actualidad, gracias a la asignación de una suma importante de recursos públicos, la Alcaldía construye una nueva sede en la que podrán estudiar, en mejores condiciones de infraestructura, todos lo matriculados que provienen principalmente de zonas rurales.

A pesar de los esfuerzos realizados, la planta física de la nueva sede no ha sido terminada y es poco probable que sea entregada antes de diciembre, como aspira el rector, lo que implicaría unos contratiempos significativos que entorpecerían el proceso pedagógico de unos estudiantes que, en primer lugar, han demostrado con resultados merecer esta nueva sede, y que además, han aprovechado las pocas oportunidades que les ha dado la vida para ser cada vez mejores personas.

Adicionalmente, la ruta de acceso a la nueva sede, por donde transitarán frecuentemente los buses que lleven a los escolares de las veredas cercanas, parece no ser adecuada para ese tráfico pesado y por tanto requerirá adecuaciones fundamentales que deben ser incluidas en el proyecto, con partidas presupuestales que garanticen su calidad y sostenimiento.

Por último, la Alcaldía deberá gestionar y defender los recursos necesarios para el mantenimiento de una sede que sin duda potenciará los resultados académicos de los estudiantes, promoverá sus estilos de vida saludables y les proveerá de ambientes de formación más pertinentes, seguros y tecnológicamente adecuados.

El compromiso para que todo lo anterior suceda debe ser de todos. Los recursos públicos deben ser asignados y ejecutados con transparencia y eficiencia. Los plazos de ejecución deben ser cumplidos para entregar la obra a tiempo. La comunidad educativa debe apropiarse de la nueva sede y entender que su uso irresponsable puede deteriorarla. 

Todo lo anterior debe lograrse mediante ejercicios democráticos que promuevan la responsabilidad social y que permitan que todos los agentes vinculados en este maravilloso proyecto actúen bajo el convencimiento de que, como la calidad cuesta y el bien común debe prevalecer sobre los intereses particulares, todos debemos poner de nuestra parte para que el rector, los docentes y el personal administrativo de la institución sigan cumpliendo la misión de brindarle a estos muchachos herramientas para que tengan un futuro mejor.

Pero principalmente, la ciudadanía en general debe prestar atención a estos procesos, también porque solo en la medida en que a estos 1.400 jóvenes les vaya mejor, nos irá mejor a todos.

Publicado en La Tarde el 26 de junio de 2012 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/62539-la-calidad-educativa-cuesta.html

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