Columna La Tarde
Fundación
Kíos
Pensamiento
estratégico
El
Conflicto Armado Interno colombiano (CAI), no tiene solución a la vista debido a la pobreza e inequidad
existente en el territorio nacional, a la agreste geografía y al narcotráfico que
impiden consolidar el control territorial por parte del Estado.
Por
lo tanto, el tratamiento por parte de las autoridades a todos los Grupos
Armados Ilegales, a propósito del actual
avance en el congreso del Marco Jurídico para la
Paz, sin importar sus antecedentes o tonos políticos, debería ser de
organizaciones criminales. Es decir, contra ellos el Estado debería aplicar toda la fuerza de la Ley.
No
obstante, un arreglo, especialmente con las Farc, podría ser útil para los
intereses estratégicos del Estado
colombiano debido a que en la opinión pública y en buena parte de los formadores de opinión, se ha consolidado la idea de que el CAI y la
situación de inseguridad e inestabilidad
están estrechamente relacionadas con la sola
existencia de este grupo insurgente.
Aunque
el Estado podría emprender un ejercicio
de reeducación de la población en este aspecto, sería un ejercicio costoso en tiempo, recursos y
prestigio. Desmovilizar y reintegrar a las Farc no producirá la estabilidad esperada pero sí permitiría enfocarse en
los asuntos verdaderamente centrales, quizás con algo más de facilidad.
La
pobreza e inequidad deben ser enfrentadas por medio de la creación de instituciones que estimulen y fomenten la
aparición de un aparato económico altamente competitivo y productivo en la
economía global actual. La
difícil geografía colombiana debe
ser domada por medio de la aparición de un “Leviatán” que imponga el orden y el control sobre el
territorio y sus habitantes, a través del control
de los monopolios de las armas y la justicia.
Sobre
el narcotráfico, inicialmente
debe continuarse el esquema existente de criminalización, que aunque ineficiente y costoso, debe ser
adelantado mientras no se lleve a cabo el impulso consistente de un nuevo paradigma
de lucha contra las drogas, que debe hacer énfasis en la despenalización y luego la legalización con regulación. Esto es
vital debido a que el CAI actual se fortalece y financia con dicha actividad.
Por
medio de estas vías se obtendrá una estabilidad suficiente, que no la paz que
permita que el país se centre en los
retos del futuro que consisten en convertirse en jugador y ganador del mundo
global, en los campos científico, tecnológico y productivo.
En
plata blanca, las claves de la paz no están en el marco
que se tramita con mucho éxito hoy en el legislativo,
sino en temas que nos conviertan en ganadores de la economía global del conocimiento. Sin embargo, en el ADN
nacional, la Farc se han convertido en una obsesión formidable y por lo tanto resulta realista crear dicho marco.
Publicado en La Tarde el
12 de junio de 2012, en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=61840
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