jueves, 14 de junio de 2012

Pensamiento estratégico


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Pensamiento estratégico

El Conflicto Armado Interno colombiano (CAI), no tiene solución a la vista debido a la pobreza e inequidad existente en el territorio nacional, a la agreste geografía y al narcotráfico que impiden consolidar el control territorial por parte del Estado.

Por lo tanto, el tratamiento por parte de las autoridades a todos los Grupos Armados Ilegales, a propósito del actual avance en el congreso del Marco Jurídico para la Paz, sin importar sus antecedentes o tonos políticos, debería ser de organizaciones criminales. Es decir, contra ellos el Estado debería aplicar toda la fuerza de la Ley.

No obstante, un arreglo, especialmente con las Farc, podría ser útil para los intereses estratégicos del Estado colombiano debido a que en la opinión pública y en buena parte de los formadores de opinión, se ha consolidado la idea de que el CAI y la situación de inseguridad e inestabilidad están estrechamente relacionadas con la sola existencia de este grupo insurgente.

Aunque el Estado podría emprender un ejercicio de reeducación de la población en este aspecto, sería un ejercicio costoso en tiempo, recursos y prestigio. Desmovilizar y reintegrar a las Farc no producirá la estabilidad esperada pero sí permitiría enfocarse en los asuntos verdaderamente centrales, quizás con algo más de facilidad.

La pobreza e inequidad deben ser enfrentadas por medio de la creación de instituciones que estimulen y fomenten la aparición de un aparato económico altamente competitivo y productivo en la economía global actual. La difícil geografía colombiana debe ser domada por medio de la aparición de un Leviatán que imponga el orden y el control sobre el territorio y sus habitantes, a través del control de los monopolios de las armas y la justicia.

Sobre el narcotráfico, inicialmente debe continuarse el esquema existente de criminalización, que aunque ineficiente y costoso, debe ser adelantado mientras no se lleve a cabo el impulso consistente de un nuevo paradigma de lucha contra las drogas, que debe hacer énfasis en la despenalización y luego la legalización con regulación. Esto es vital debido a que el CAI actual se fortalece y financia con dicha actividad.

Por medio de estas vías se obtendrá una estabilidad suficiente, que no la paz que permita que el país se centre en los retos del futuro que consisten en convertirse en jugador y ganador del mundo global, en los campos científico, tecnológico y productivo.

En plata blanca, las claves de la paz no están en el marco que se tramita con mucho éxito hoy en el legislativo, sino en temas que nos conviertan en ganadores de la economía global del conocimiento. Sin embargo, en el ADN nacional, la Farc se han convertido en una obsesión formidable y por lo tanto resulta realista crear dicho marco.

Publicado en La Tarde el 12 de junio de 2012, en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=61840

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