miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Doble moral estadounidense o algo más?

Columna de opinión
Gnothi Seauton

Proposición 19
¿Doble moral estadounidense o algo más?

En una entrada anterior sobre la polémica Proposición 19 que va a las urnas en California este próximo martes y que busca la legalización de la producción, comercialización y consumo para cualquier uso de la marihuana, se afirmaba que ésta era una oportunidad para Colombia, que manejada de manera inteligente, podría usarse a favor de la satisfacción del interés nacional colombiano en la guerra global contra las drogas. O bien, conseguimos un apoyo cada vez más irrestricto que vaya más allá del apoyo moral, o se hace una transformación dramática de la política pública cambiando su énfasis de problema de seguridad nacional a uno de salubridad pública.
 
Para obtener ese manejo inteligente es menester comprender, dentro de lo que permite este breve espacio, por qué se da este debate precisamente en el estado de California, si esto es un reflejo de la muy condenada doble moral norteamericana o si hay algo más complejo detrás de esta querella electoral que hoy está sobre la mesa.
 
Lo anterior no es cuestión de poca monta. Es esencial para poder articular una sensata estrategia de debate que debe darse a la luz de esta proposición y en otros escenarios nacionales e internacionales.
 
¿Por qué en California? La cultura de las drogas psicotrópicas es usualmente aceptada en ambientes liberales o progresistas. Este estado califica dentro de dicha descripción, no sólo por este aspecto, claramente reflejado en la actual Proposición 19, sino en otros aspectos: allí se encuentra la meca de la industria del entretenimiento y la diversión - Hollywood; la lucha de la comunidad homosexual ha tenido gran sonoridad; desde hace más de dos décadas se vota indiscutiblemente por el partido demócrata para las elecciones presidenciales; el senado estatal ha sido dominado por ese mismo partido; y el actual gobernador, Arnold Schwarzenegger, perteneciente al partido republicano, es de avanzada en temas sociales.
 
Estos son sólo unos poquísimos elementos, pero no cabe duda que sean poderosísimos a la hora de llevarnos a concluir que la sociedad californiana es una que se siente cómoda, por supuesto con vibrantes excepciones, con la agenda liberal y progresista. Esta característica es importante para resolver el segundo cuestionamiento: ¿es esta proposición una muestra más de la odiosa doble moral estadounidense?
 
Gnothi Seauton siempre ha tendido a descartar en las discusiones de temas complejos, conclusiones que describen las motivaciones y los desenlaces de los hechos bajo observación, como unas de carácter conspirativo y atadas a las pasiones. Por lo tanto, considerar que el comportamiento de la sociedad y/o del gobierno norteamericano como una derivación de la existencia de una propensión a poseer una reprochable dualidad moral, resulta ser una respuesta insatisfactoria.
 
Los Estados Unidos están conformados por 50 estados. Cada uno cuenta con características geográficas, antecedentes históricos y perfiles demográficos distintos, que han moldeado de una forma impar la identidad, las necesidades y los intereses de cada uno de ellos. Sumado a esta diversidad, el diseño político concebido en la Constitución de 1787 premia la estabilidad institucional al entregar en la cámara alta del Congreso de la Unión, dos espacios a todos y cada uno de los estados, sin importar su extensión territorial o su dimensión poblacional.
 
Así, dentro de la identidad, las necesidades y los intereses de un estado promedio del medio oeste norteamericano o del profundo sur, típicamente conservadores (fuertemente religiosos y desconfiados de otras culturas y maneras), no es plausible la legalización de sustancias como la marihuana. Conseguir las mayorías necesarias para pasar este tipo de iniciativas resulta una tarea quimérica.
 
Se concluye, entonces, que las posiciones divergentes entre una parte de la sociedad californiana y el gobierno federal, en donde se encuentra enmarcado el Congreso con su Senado, no surge de una conspiración artera e hipócrita, sino que está enmarcada en la existencia de múltiples actores con múltiples intereses por satisfacer y proteger.
 
Provocar cambios en estos temas en los Estados Unidos es una tarea costosa y tortuosa. Si estamos al tanto de esto, podemos plantear la búsqueda del interés colombiano inteligentemente. Entenderemos que buscar como enemigo a la “doble moral” estadounidense, es un ejercicio fútil y necio. Se debe aprovechar el escenario de la Proposición 19, no para apalear a la sociedad y al gobierno norteamericano, sino para provocar una discusión de alto nivel intelectual, que no sea anecdótica, sino que busque la modificación del accionar norteamericano a favor de Colombia
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Imagen tomada de: http://www.bradblog.com/?p=5182

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