Columna La Tarde
Fundación Kíos
La calidad educativa cuesta
Desde
1975, el colegio oficial José Antonio Galán, ubicado en el corregimiento de
Tribunas, en el kilómetro siete de la vía que comunica a Pereira con Armenia,
ha luchado por brindar una educación de calidad a los estudiantes de secundaria
de la zona, mayoritariamente provenientes de estratos uno y dos. En 1993 graduó
su primera promoción y desde 1996 ocupa niveles altos, superiores o muy
superiores en las pruebas del ICFES.
Con
un Proyecto Educativo Institucional soportado en convicciones auténticamente
democráticas que los estudiantes y docentes ponen en práctica a diario, el
actual rector ha seguido de cerca el proceso de formación de todos y cada uno
de sus casi 1.400 alumnos.
En
la actualidad, gracias a la asignación de una suma importante de recursos públicos,
la Alcaldía construye una nueva sede en la que podrán estudiar, en mejores
condiciones de infraestructura, todos lo matriculados que provienen
principalmente de zonas rurales.
A
pesar de los esfuerzos realizados, la planta física de la nueva sede no ha sido
terminada y es poco probable que sea entregada antes de diciembre, como aspira
el rector, lo que implicaría unos contratiempos significativos que entorpecerían
el proceso pedagógico de unos estudiantes que, en primer lugar, han demostrado
con resultados merecer esta nueva sede, y que además, han aprovechado las pocas
oportunidades que les ha dado la vida para ser cada vez mejores personas.
Adicionalmente,
la ruta de acceso a la nueva sede, por donde transitarán frecuentemente los
buses que lleven a los escolares de las veredas cercanas, parece no ser
adecuada para ese tráfico pesado y por tanto requerirá adecuaciones
fundamentales que deben ser incluidas en el proyecto, con partidas
presupuestales que garanticen su calidad y sostenimiento.
Por
último, la Alcaldía deberá gestionar y defender los recursos necesarios para el
mantenimiento de una sede que sin duda potenciará los resultados académicos de
los estudiantes, promoverá sus estilos de vida saludables y les proveerá de
ambientes de formación más pertinentes, seguros y tecnológicamente adecuados.
El
compromiso para que todo lo anterior suceda debe ser de todos. Los recursos públicos
deben ser asignados y ejecutados con transparencia y eficiencia. Los plazos de
ejecución deben ser cumplidos para entregar la obra a tiempo. La comunidad
educativa debe apropiarse de la nueva sede y entender que su uso irresponsable
puede deteriorarla.
Todo
lo anterior debe lograrse mediante ejercicios democráticos que promuevan la
responsabilidad social y que permitan que todos los agentes vinculados en este
maravilloso proyecto actúen bajo el convencimiento de que, como la calidad
cuesta y el bien común debe prevalecer sobre los intereses particulares, todos
debemos poner de nuestra parte para que el rector, los docentes y el personal
administrativo de la institución sigan cumpliendo la misión de brindarle a
estos muchachos herramientas para que tengan un futuro mejor.
Pero
principalmente, la ciudadanía en general debe prestar atención a estos
procesos, también porque solo en la medida en que a estos 1.400 jóvenes les
vaya mejor, nos irá mejor a todos.
Publicado
en La Tarde el 26 de junio de 2012 en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/62539-la-calidad-educativa-cuesta.html