martes, 22 de mayo de 2012

Bienvenidos a ‘Bollombia’

Columna La Tarde
Fundación Kíos 

Bienvenidos a ´Bollombia´

Aparte del reprochable atentado de la semana pasada en Bogotá y de la sorprendente noticia de la supuesta complicidad del ex diputado Sigifredo López en el secuestro y asesinato de sus colegas hace diez años, dos noticias llamaron recientemente la atención de la opinión pública: las declaraciones de un diputado antioqueño sobre el Chocó y todo lo ocurrido en torno al senador Merlano que conducía su auto en estado de ebriedad.

Las dos, a nuestro juicio, fueron tratadas y comentadas con alguna superficialidad, tanto por los medios de comunicación, como recibidas por la comunidad que se manifestó profundamente indignada por las dos noticias protagonizadas por sus representantes.

La primera de ellas, cuyo protagonista fue el diputado Roberto Mesa, mereció el rechazo de las más diversas organizaciones, de una serie de respetables figuras públicas, de los medios de comunicación y de los ciudadanos del común que a través de las redes sociales criticaron el hecho de que el político desechara la propuesta del gobernador Fajardo de invertir dineros en la zona limítrofe con el Chocó porque “la plata que uno le meta [a dicho departamento] es como perfumar un bollo”.

Racismo reprochable, ceguera administrativa, torpeza estratégica desde lo electoral. Por eso suscribimos todo lo anterior y rechazamos la actuación del señor Mesa. La historia negra de este país merece respeto, el porvenir de un país que lleva dos siglos de vida republicana intentando vivir en paz no se construye sobre declaraciones irrespetuosas y viscerales como la del diputado. Pero el tema es estructural, y eso es lo que ninguno de los que criticamos este hecho parece haber visto.

El segundo, fue protagonizado por el senador Eduardo Merlano, quien en un evidente estado de embriaguez y sin portar su licencia de conducción  se negó a hacerse la prueba de alcoholemia cuando fue requerido por unos policías en un retén rutinario en Barranquilla, aduciendo que, entre otras, 50.000 personas habían votado por él. Pero lo verdaderamente sorprendente, lo que más indignó a la opinión pública, fue la sanción impuesta por el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla a los uniformados que cumplían responsablemente con su deber.

Estos retratos son tan auténticamente colombianos no solo por lo ocurrido, sino por la reacción de los diferentes públicos que demostraron su indignación desde la comodidad de las tribunas públicas ciudadanas que arropan a sus interlocutores con un manto de impunidad e inocencia igualmente sorprendente y, así no se quiera reconocer, más perjudicial que los hechos en sí mismos.

No perdamos de vista lo verdaderamente importante. Lo que nos enseñan estos dos hechos lamentables es lo que esconden, no lo que develan. ¿Cuántos de quienes indignados por las declaraciones racistas del diputado han hecho algo por las comunidades afrocolombianas o cuántos han dedicado algún esfuerzo para salvar al Chocó del retraso al que sus dirigentes ladrones y un Estado que le da la espalda le han condenado? ¿Cuántos de quienes respondieron a rabiar a la actitud del senador sucreño han conducido de manera irresponsable en estado de embriaguez, sin portar su licencia, o han intentado sobornar a las autoridades mientras en el asiento trasero observan impasibles sus hijos?

En este país, y por lo que demuestra la reacción ciudadana hipócrita frente a estos dos casos lamentables, de los cuales todos somos cómplices, invertir en cultura ciudadana y dedicar recursos a la educación de la gente, es lo que parece un acto para suplir una emergencia puramente olorosa. Nuestros actos cotidianos son los que verdaderamente construyen país, a pesar de que solo la punta del bollo sea vista en los medios de comunicación.

Publicado en La Tarde el 22 de mayo de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/60710-bienvenidos-a-bollombia.html

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