martes, 10 de abril de 2012

Para alcanzar la cumbre


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Para alcanzar la cumbre

Este fin de semana Juan Manuel Santos tendrá en sus manos la opción de modificar sustancialmente el papel que juega Colombia en su área de influencia geoestratégica.

Si decide, como dudan quienes han hablado públicamente del tema, abrir la Cumbre de las Américas de Cartagena, la sexta en 18 años, con el mismo discurso que han refritado todos los mandatarios colombianos que van al extranjero cuando con carita de yo no fui reclaman a sus colegas hemisféricos por no controlar el consumo de drogas ilegales en sus territorios, mientras los colombianos ponemos la sangre en una lucha demostradamente inefectiva, habremos perdido una oportunidad histórica.

Si por el contrario, y adoptando una actitud propia de la geoestrategia actual, opta por poner sobre la mesa debates que no obedezcan ni al tono, ni a la actitud bananera que nos ha caracterizado durante los últimos treinta años, y decide, bien aconsejado por la canciller María Ángela Holguín, asumir una posición de verdadero líder regional, el país habrá ganado mucho.

Los 34 mandatarios que se esperan en La Heróica tienen realmente dos opciones: la primera, enfrascarse en discusiones paleolíticas, como la presencia o no de Cuba en las Cumbres, tema más sesentero que el de Vietnam, o la inasistencia de Correa a Cartagena, lo que creo que no le interesa ni a los ecuatorianos, o la segunda, enfrentarse a un debate de realpolitik que puede cambiar el mundo, y modificar estructuralmente la balanza de poder que sostienen nuestros países con los más desarrollados: la ineficiencia de la política de la guerra contra las drogas a nivel global y el planteamiento de eventuales nuevas estrategias para solucionar un problema que es más de salud pública que de absolutos morales.

Varios expresidentes del continente –como Cardoso, Gaviria, Zedillo- e incluso presidentes en ejercicio como Calderón o Santos, han manifestado desde hace tres años que la represión como mecanismo para minimizar los efectos negativos del consumo y comercialización de drogas alucinógenas, ha fracasado. 


Cartagena es la oportunidad de construir un consenso, al menos regional, en torno a una eventual legalización regulada de las drogas. Estados Unidos ha gastado más de 10.000 millones de dólares en fumigación y asistencia militar para vencer al narcotráfico y los países que siembran cocaína pasaron de ser 44 hace 30 años a 130 hoy. Nunca antes se hubieran podido contabilizar 250 millones de drogadictos en el mundo y por primera vez, 8 de las diez ciudades más violentas del planeta están en países de América Latina comprometidos con la guerra patrocinada por los Estados Unidos.

La legalización y la regulación del consumo disminuirá en su gran medida las muertes conexas al mercado negro de las drogas y a la represión derivada de la lucha contra quienes trafican. Según estudios, en los países donde se ha optado por la legalización, a pesar del aumento temporal del consumo justo al levantar la prohibición, los niveles se han reducido en el mediano plazo. Esta no evitará, en principio, las muertes derivadas del consumo, pero estas consecuencias deben ser responsabilidad exclusiva de quien decidió envenenarse.

La guerra contra las drogas mata a quienes no han ocasionado el problema, que insisto, es de salud pública y no de moral pública. Si la opción para solucionar lo valorado negativamente por la sociedad fuera siempre la prohibición, entonces prohibamos la democracia, que permite en nuestros países la permanencia de pícaros políticos manejando nuestro dinero, prohibamos el alcohol, prohibamos los casinos, el azúcar y los pegamentos sintéticos que aspiran los niños de la calle. Prohibamos y matemos en aras de nuestras convicciones morales, para volver así al oscurantismo de las persecuciones religiosas medievales, sin que eso –peor aun, y tal como demuestra la historia- tampoco evite el consumo o el comercio de drogas.

Esperemos que Santos tenga el valor de proponer el debate, que los políticos de la región sean capaces de superar los conflictos jurásicos que nos mantienen en la prehistoria global, y que Obama no tema meterse seriamente en discusiones que le puedan quitar votos que necesitará para reelegirse.

Publicado el 10 de abril de 2012 en La Tarde: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/58490-para-alcanzar-la-cumbre.html

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