martes, 17 de abril de 2012

Acerca de la Cumbre


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Acerca de la Cumbre

La VI Cumbre de las Américas ha finalizado y por supuesto son múltiples los balances que se pueden hacer sobre ella. Desde la perspectiva colombiana, el enfoque apropiado y realista para acercarse al estudio de sus resultados sería considerarla como un paso más dentro de una estrategia holística del gobierno de Juan Manuel Santos que tiene por meta satisfacer el interés nacional colombiano.

Usando esta perspectiva encontramos que para Colombia la cita puede ser calificada como un éxito de no pocas proporciones, y aunque no definitivo, dentro de una lógica de largo aliento da luces sobre una estrategia nacional que puede ser descrita como ganadora.

Veamos: si bien las dimensiones del liderazgo regional de Santos han sido magnificadas por parte de los medios y comentaristas nacionales, éste es real. Posee claros límites como lo demuestra la actitud de la presidente Fernández al abandonar con anticipación la Cumbre debido a su descontento con el asunto de Las Malvinas, así como las inasistencias de Correa y Ortega. Pero evidentemente éste existe y se refleja en la actitud renovada de Chávez y, quizás más importante, en el rol colombiano frente al Brasil, los Estados Unidos, México y el empresariado. Cartagena 2012 deja, especialmente al interior de su propio país, la imagen de un Santos influyente en la región lo que no es poca significativo para los objetivos políticos del mandatario, entre los cuales se puede incluir su propia reelección. A pesar del arraigado parroquialismo colombiano, no es despreciable para un candidato contar con credenciales positivas en asuntos internacionales.

El tema de drogas se discutió y aunque no se tomaron decisiones, la transformación del actual paradigma tomará altas dosis de creatividad, disciplina y suerte y, por lo tanto, tiempo y paciencia. Con el presidente Obama se estrecharon nexos, se fijó la fecha de inicio del TLC, se obtuvo el apoyo estadounidense para el ingreso de Colombia a la OECD y se ampliaron los tiempos de visado para los colombianos. Por medio de la Cumbre Empresarial, evento paralelo pero de mayor efectividad que la Cumbre de Estados, se confirmó el buen momento económico colombiano y se fijaron iniciativas regionales, como la NEO, Nuevos Empleos y Oportunidades, encabezada por los empresarios de la región y el BID.  

De otro lado, para la región la Cumbre fue, por no usar el término fracaso, irrelevante. La situación alrededor de Cuba no dejó satisfechos a aquellos que demandan la presencia de esta nación en estos encuentros y para los argentinos no hubo ganancias con respecto a Las Malvinas. Las relaciones entre Brasilia y Washington ni siquiera tenían acá lugar, hasta el punto que la presidente del Brasil, Dilma Roussef, visitó la capital estadounidense una semana antes. La situación, pues, continúa siendo, en líneas generales, la misma que antes del evento: una región seriamente fracturada.

Dicha fractura se debe a que la llamada integración política del hemisferio no es viable hasta cuando no se profundicen efectivamente las relaciones económicas y comerciales. Para que haya integración política es necesario construir primero la económica.

El poder es la verdadera guía de las relaciones internacionales. Mientras esto no nos sea claro, nos sorprenderán por cínicas las cumbres de mandatarios en Latinoamérica y en el mundo en general.

Pero si tenemos en cuenta esa realidad, podremos rescatar en algunas ocasiones logros de dichas cumbres, sin que estos signifiquen cambios revolucionarios o introducciones a escenarios perfectos.

Es por esta razón que se puede hablar de que para Colombia la VI Cumbre de las Américas ha representado un éxito moderado real. No así para Latinoamérica.

Publicado en La Tarde el 17 de abril de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/58861-acerca-de-la-cumbre.html

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