martes, 7 de diciembre de 2010

‘Sampedradas’

Columna La Tarde
Fundación Kíos

‘Sampedradas’

Que estamos viviendo el invierno más fuerte de los últimos 65 años, es hoy evidente: el 85% de los departamentos del país está en emergencia invernal, más de 190 muertos, 225 heridos, 160 desaparecidos, más de 250.000 viviendas afectadas, casi seis millones de hectáreas de tierra productiva inundadas y un millón y medio de damnificados así lo demuestran. La tragedia de Bello es el más reciente capítulo de este desastre.

Afortunadamente, Colombia ha demostrado ser solidaria, y eso es digno de celebrar. Pero los colombianos somos reactivos, no proactivos. Donamos pero no planeamos. Limpiamos nuestra conciencia, que regularmente no es ni ambientalmente responsable, ni políticamente exigente, con la donación de un par de cobijas y dos kilos de arroz. Eso es mejor que nada, pero no es suficiente.

Teletón batirá seguramente todas sus marcas previas de recaudo, la Cruz Roja hoy ya se da el lujo de no recibir ropa usada como aporte a la tragedia –como si los damnificados, con el agua hasta el cuello, agradecieran solo ropa de marca-, los actores se han volcado en Twitter y Facebook a pedir donaciones para ser destinados a los menos favorecidos, los futbolistas desde el extranjero envían camisetas de famosos para subastar. Todo eso está bien, y demuestra que tenemos un corazón grande, pero no por ello un corazón que deja de ser amnésico.

Podemos seguirle rezando a San Pedro, eso de algo servirá, pero es bueno también rezar para que los colombianos entendamos que sólo mediante una planeación rigurosa, el diseño de programas adecuados de gestión de riesgo, el uso eficiente de los recursos públicos destinados a la construcción de infraestructura y la implementación de estrategias de veeduría permanente y disciplinada de la gestión pública, estas situaciones no se repetirán jamás, y así podremos utilizar nuestro corazón para otros menesteres en el futuro.

Donemos, donemos mucho. Recemos, si creemos que así ayudamos en algo, pero también votemos. Votemos bien, por quienes reconozcan que esto que está pasando no es solo obra y gracia de un San Pedro enfurecido por la manera como destruimos el medio ambiente – responsabilidad sobre la cual también debemos cuestionarnos seriamente en el día a día-. Elijamos candidatos que asuman la responsabilidad de que la construcción de infraestructura es fundamental para el desarrollo y la seguridad. Los puentes deben soportar  inviernos cada vez más fuertes, las carreteras no deben colapsar por las inclemencias del tiempo. Los diques deben construirse antes de la inundación. Es responsabilidad de todos exigir lo anterior, pero también elegir a gente honesta que pueda hacerlo técnicamente bien.

Publicado en La Tarde de Pereira el 7 de diciembre de 2010: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/34786-sampedradas.html

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