martes, 20 de septiembre de 2011

Populismo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Populismo

Las críticas del Vicepresidente Angelino Garzón sobre la medición de la pobreza no solo se pueden visualizar como las declaraciones de un funcionario inconforme con ciertas decisiones gubernamentales, sino también como las palabras de un actor político que quiere generar un efecto sobre la opinión pública.

Por un lado, las palabras de Garzón desencadenaron una ola de respaldo popular por parte de miles de ciudadanos descontentos con la visión de los técnicos y los expertos. De otra parte, generaron un consenso al interior del Alto Gobierno sobre la inconveniencia de ventilar los debates y las decisiones frente a la ciudadanía, con el fin de transmitir un discurso unificado frente a las problemáticas y desafíos, y como estrategia para generar una sensación de liderazgo por parte del Presidente frente a su equipo más cercano de trabajo.

Desde su posesión, Angelino ha querido posicionarse como un actor con agenda y visión propia, sustentada en su recorrido sindical y político, así como en su profunda conexión con los temas sociales. Ello lo ha llevado a sostener discrepancias públicas con Ministros y altos funcionarios en temas de marcado tinte económico, aún sin ser un experto en estas materias, más cercanas a los técnicos de Planeación Nacional o del Ministerio de Hacienda. En su defensa, arguye que temas como la reducción de la pobreza o el salario mínimo son de naturaleza eminentemente política, pues expresan una ética pública, relacionada con un modelo más justo y equitativo de organización social. Incluso, algunas voces plantean que Garzón está comenzando a construir un capital político de cara a consolidar posibles aspiraciones futuras, lo cual se ve reflejado tanto en sus intentos progresivos de desmarcarse frente a la opinión mayoritaria del Alto Gobierno como en su presunta participación burocrática en entidades como la Comisión Nacional de Reparación o Reconciliación (CNRR).

No hay duda de que Garzón desea revitalizar la figura vicepresidencial, dejando muy en claro que no será un convidado de piedra en las grandes discusiones de los asuntos nacionales. No obstante, habría que analizar si esta posición tiene o no un claro matiz político y más que eso, populista, lo cual sería altamente contraproducente en un país en el que a veces hay que tomar decisiones impopulares. Frente a temas tan difíciles de comunicar como las estrategias y enfoques predominantes en la lucha contra la pobreza, lo más fácil y rentable es presentar aquella opinión desprovista de estudio y rigurosidad, pero fácilmente digerible para todos los públicos, aún a costa de su incomprensión y análisis.

Publicado en La Tarde el 20 de septiembre de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/48289-populismo.html

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