jueves, 29 de noviembre de 2012

Es el interés nacional, ¡stupid!


Investigación- Política exterior y defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo

Es el interés nacional, ¡stupid!

Aciertan los comentaristas colombianos que afirman que el país ha dado un manejo desastroso al proceso jurídico que desembocó en la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, CIJ, que le dice a Colombia que debe ceder a Nicaragua entre 75 mil y 150 mil kilómetros cuadrados. Pero esos mismos comentaristas se equivocan de cabo a rabo, cuando afirman que Colombia se encuentra obligada a acatar el fallo para mantener, dirán algunos, recuperar, señalarán otros, una tradición respetuosa del derecho internacional.

Y digo que se equivocan de cabo a rabo, no porque piense que en Colombia no ha existido dicha tradición, que sí la ha habido hacia afuera. Distinto es que al interior, lo de ser in extremis legalistas, no sea un marcado comportamiento nuestro como sociedad. Pero esto no nos interesa ahora.

Decía que se equivocan, porque los comentaristas, así como los mismos dirigentes nacionales, asumen que los países, tal cual los individuos, existen en un mundo moderno (industrial, secular, racional, humanista). Incluso posmoderno (diverso culturalmente, con alto relativismo, inexistencia de verdades absolutas, desafío a la idea del poder y las jerarquías). No es casualidad que tanto la Modernidad como la Posmodernidad, hayan sido condiciones o estados del ser, impulsadas originalmente por personajes pertenecientes a las esferas artísticas y culturales de sus respectivas sociedades (las famosas vanguardias). Fueron ellos a través de la manipulación de la belleza que permitieron que instituciones y comportamientos, inicialmente elitistas y restringidos, minoritarios, poco a poco se convirtieran en sólidas tendencias y permearan las fronteras de otros campos como la ciencia, la medicina, las ingenierías, y como no, los negocios, el derecho y la misma política.

La aparición de estos términos, Modernidad y Posmodernidad, se dan no tanto por la existencia de nuevos fenómenos, instituciones o culturas, sino más bien, por el surgimiento de ambiciosas, que no nuevas, realmente, ilusiones y metas al interior de las clases más progresivas y creativas. Este es el comportamiento recurrente de las sociedades y los grupos humanos a lo largo de la historia universal.

¿A qué voy con esto? A resaltar que esos estados de Modernidad o Posmodernidad en los cuales supuestamente nos encontramos imbuidos, no son otra cosa que imaginarios o tendencias excelentemente posicionadas en nuestras mentes. De hecho, olvídense de CocaCola o Google o Facebook, cuando se habla de marcas en estudios de Top of Mind. Las verdaderas ganadoras, son estas etiquetas que se han consolidado, yo diría más bien, se han apoderado, de las mentes y los corazones de las mayorías, educadas y no educadas, no solo en Occidente, sino en buena parte del mundo.

¿Y qué significa esto? ¿Qué relación tiene esto con el fallo de La Haya? Colombia, Estados Unidos, Nicaragua, China, Venezuela o la Unión Europea, en realidad existen en un mundo antiguo. Esta es otra categoría, otra marca, la Antigüedad, no tan exitosa hoy porque se considera superada, fuera de moda, sin estilo, bárbara (y por antonomasia irracional, jerárquica, religiosa, binaria). Pero esta nos permite comprender el mundo tal cual es, y por lo tanto, nos facilita comportarnos exitosamente, como nación, en el mundo real, que es antiguo.

Como siempre lo advierto, de ninguna manera esta es una oda a la guerra. Ni, mucho menos, un llamado ciego a la política de los desacatos o al desprecio radical al derecho. ¡No! Es un llamado al pragmatismo y al realismo. Es un llamado a identificar el interés nacional, propio y extraño. Es un llamado a reconocer fuerzas que, por ejemplo, el derecho y la filosofía tienden a dejar por fuera de su discurso. Me refiero principalmente a la Geografía, esa indomable fuerza, y a la Historia, esa otra ruda y terca energía (las dos con mayúsculas).

Aterrizando. Puntualmente, con respecto a La Haya debe considerarse seriamente el desacato del fallo. No es la opción más elegante, y claro, tampoco es perfecta. Pero no puede seguirse con la tradición colombiana de ser potencia moral que rubrica y respeta cuanto tratado aparece para ser firmado, los cuales al final de cuentas, sencillamente, son una abdicación de la soberanía nacional y en términos prácticos reducen opciones estratégicas para el país, sin medir posibles consecuencias ni tener en cuenta el interés propio.

Esto no es patrioterismo barato. Ni una posición del momento. Acá hemos defendido este enfoque continuamente. Otra cosa es que el país no ha entendido el mensaje. No se trata de ser belicistas, como algunos denuncian, sino de ser inteligentes. Ese marcado santanderismo que nos ha caracterizado al interior de nuestras fronteras tenemos que empezar a hacerlo a un lado, también, en asuntos internacionales. Las naciones serias y con aspiraciones de influencia y éxito internacional, optan por esa senda. “Es el interés nacional, ¡stupid!”, el antiquísimo interés nacional.

El deporte es…. ¡Salud!


Columna de opinión
Santiago Gómez 

El deporte es…. ¡Salud!

No solo desde hace cuatro años Santander se quedó sin representante en la primera división del fútbol profesional. Los resultados de nuestros deportistas a nivel nacional e internacional, salvo contadísimas excepciones, son pobres.

Lo anterior es, sin duda, el resultado obvio de la deficiente gestión y evaluación de las políticas públicas durante los últimos años y a la inexistencia de un verdadero sistema coordinado para la promoción y cualificación del deporte y la educación física en Santander.

Los Juegos Deportivos Nacionales que acaban de terminar son la evidencia del descalabro administrativo del deporte regional.

Mientras Antioquia ganó por séptima vez las justas invirtiendo 14 millones de pesos por cada uno de sus deportistas en los Juegos, Santander requirió de la misma suma para obtener diez veces menos medallas. Cada deportista departamental obtuvo, en promedio 0.11 preseas, mientras cada representante antioqueño ganó 0.38 medallas. Santander fue la sexta delegación más numerosa y solo ocupó el noveno puesto en el medallero.

Resultados desastrosos derivados de la falta de una política permanente de apoyo que da un mensaje perverso a las nuevas generaciones. El gobernador Aguilar entiende adecuado gastar 186 millones de pesos para apoyar la participación de una sola persona en el Reinado Nacional de la Belleza, mientras considera suficiente invertir menos de 15 millones por cada deportista en los
Juegos Nacionales. El año pasado elegimos a un gobierno departamental que prefiere viaticar tras la silicona, que invertir en la juventud y la actividad deportiva. Tan importante y transparente es la política del deporte en este departamento, que en la página web de Indersantander solo se puede consultar, al menos hasta hoy, un año después de la elección del gobernador, el Plan de
Desarrollo sectorial de 2008-2011. Ni rastros de la política para el actual período.

Así estamos, y así seguiremos mientras sigamos eligiendo como elegimos. ¡Salud!

Publicado en Vanguardi Liberal de Bucaramanga el viernes 23 de noviembre, en:  http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/184414-el-deporte-es-salud 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Lo que va de la ‘Fritanga’ al ponqué


Columna de opinión
Meden Agan

Lo que va de la ‘Fritanga’ al ponqué

Las polémicas fotos en las que aparece la experiodista de la W, Laura Sepúlveda, asesora de prensa de la Policía Metropolitana de Bogotá, celebrando su cumpleaños en agosto, junto al recluso y exalcalde Samuel Moreno, merecen dos tipos de análisis.

El primero, para entender cómo es posible que un convicto, aunque no condenado, participe, como invitado o por casualidad, como afirma la periodista, o por cortesía como afirman otros asistentes, en la fiesta de una persona vinculada a la institución que tiene la obligación de vigilarlo en su reclusión.  Esto es una muestra más del descaro de las entidades carcelarias, que salieron al paso anunciando que investigarán el caso.

Ya es atrevido y desproporcionado el trato diferenciado que se da a los presos de este país, y lo peor es que este se determine de acuerdo al cargo desde el cual se comete el supuesto ilícito y no de acuerdo a la gravedad del mismo. ¿Les sigue pareciendo normal que un reo, por más que sea su superior, infrinja las leyes de su reclusión por casualidad, cortesía, o por ser exjefe de los que motivan la infracción? A mí no.

El segundo, un análisis desde la ética periodística. Sorprendentemente, la W no hizo eco de la noticia y el haber sido la empleadora de Sepúlveda, deja muchas dudas en el aire. ¿Qué hubiera pasado si la protagonista hubiera sido otra periodista no vinculada, al menos emocionalmente con ellos? Ahí sí, su característico tono inquisidor y con pretensiones de moralidad mesiánica, hubiera, con seguridad, aparecido en sus denuncias.

Un periodista no puede darse el lujo de, en una fiesta que le hacen en su puesto de trabajo, tomarse fotos con un personaje que está convicto. Ese tipo de ‘cortesías’ con reclusos, es un lujo que no se puede dar un periodista serio, independiente y ético. ¿O es que si el personaje hubiera sido alias ‘Fritanga’ el asunto es más grave y es más noticia que si es Samuel Moreno? ¿O la presunción de inocencia en uno solo de los casos reivindica el desliz ético de la joven periodista?

Tenemos dos opciones: O construir, con actos sencillos de sensatez profesional y moral, un país donde un amigo es menos corrupto por ser amigo, u otro, sustancialmente diferente, en el que un corrupto es menos amigo por ser corrupto.

Afortunadamente, las carreras de los periodistas sin principios suelen tener rápidos finales.

Imagen tomada de: http://www.kienyke.com/confidencias/las-fotos-de-samuel-moreno-en-una-fiesta-en-su-centro-de-reclusion/

martes, 27 de noviembre de 2012

La cultura del no pagar y el no cobrar impuestos como determinantes de los bajos ingresos en las entidades territoriales


Columna de opinión
Revista Peso*

La cultura del no pagar y el no cobrar impuestos como determinantes de los bajos ingresos en las entidades territoriales

Un deber del ciudadano con la ley en general y con la hacienda pública en particular, es el pago de impuestos. De este modo, se constituye en parte activa de la financiación de una serie de planes, programas y proyectos que, de haber voluntad política, prevén direccionar el desarrollo territorial. A escala local, dentro de la tributación municipal, son el impuesto predial unificado y el impuesto de industria y comercio los que normalmente tienen mayor participación dentro de los ingresos tributarios. Estos, que son la mayor proporción de los ingresos propios del ente territorial, son aquellos que un gobierno requiere para funcionar. El gasto corriente, compuesto por los gastos de funcionamiento y los intereses de la deuda, es un gasto que debe ser pagado principalmente por los Ingresos Corrientes de Libre Destinación (ICLD).

Los municipios colombianos son en su gran mayoría de sexta categoría, es decir, aquellos que según la Ley 617 de 2000 tienen ingresos propios no mayores a 15.000 SMMLV (Salario Mínimo Mensual Legal Vigente) y una población no superior a 10.000 habitantes. Esta condición suele ser una característica de baja capacidad fiscal, sin embargo, adicionalmente existe un bajo esfuerzo que conduce a que el municipio se ubique por debajo de la capacidad de tributación que tiene. Dos comportamientos relacionados con bajos esfuerzos fiscales tienen que ver con la existencia de la cultura del no pago y la cultura del no cobrar impuestos.

La cultura del no pagar en parte está determinada por la credibilidad que tenga la ciudadanía en el gobierno local. ¿Cómo motivar al pago de impuestos cuando no existe confianza en las instituciones locales de gobierno?  En un estudio realizado por la Gobernación de Antioquía y la Universidad EAFIT, El impuesto predial en Antioquia: hacia el diseño de un recaudo óptimo, reconociendo que la confianza en el gobierno es un determinante de la evasión, se sugiere anclar el recaudo de los impuestos al desarrollo de programas específicos que vayan direccionados a suplir alguna necesidad de la población. La recomendación de política es importante, sin embargo, si no se acompaña de un proceso de rendición de cuentas constante, tendría poca y corta eficacia. La comunicación a la ciudadanía de la gestión pública se convierte en una posibilidad para que se corrobore si efectivamente el plan de gobierno se materializó en el plan de desarrollo y si este último tiene niveles de ejecución apropiados.

En este orden de ideas, el programa Fortalecimiento de los ingresos municipales,desarrollado conjuntamente entre la gobernación y la Universidad de Antioquia, busca generar una cultura de pago a través de un proceso de cultura tributaria. Se prevé enseñar tanto el compromiso social como el compromiso legal de la tributación. En este mismo programa se han identificado algunos comportamientos que permiten constatar la cultura del no cobrar por parte de los gobiernos locales. A través de la comunicación con funcionarios encargados de la hacienda pública municipal, se ha podido conocer que la dificultad del recaudo de impuestos tiene que ver en muchas ocasiones con la manera como se ha tratado a la población en materia tributaria. Lo que se ha presentado es un comportamiento paternalista que, con el fin de evitar futuros costos políticos, prefiere evitar conflictos asociados al pago de los impuestos y por esta razón se opta por no cobrar.

Estos comportamientos deterioran las finanzas públicas de los municipios y en algunos casos los conduce a tener que cumplir rigurosos planes de saneamiento fiscal y financiero. Estos planes pueden llegar a ser más costosos que establecer una cultura del pagar y del cobrar oportuna, la cual permitiría que los procesos de desarrollo cuenten con recursos propios para financiarse y de este modo la planeación territorial no estaría determinada por transferencias del orden nacional o departamental.

*Juan Pablo Agudelo Gil
Economista
Universidad de Antioquia

¡Qué Haya desacato!


Columna La Tarde
Fundación Kíos

¡Qué Haya desacato!

@Fundacionkios lo tuiteó cuando aún todos los medios enviaban mensajes de triunfalismo frente al fallo de La Haya y los colombianos, como borregos, preparaban la harina para celebrar el mantenimiento de la soberanía sobre los cayos: “Estruendosa derrota colombiana”, dijimos.

Desde el mismo lunes en la mañana, tan pronto se conoció el fallo, la Fundación Kíos ha propuesto considerar su desacato, pero no porque haya sido desfavorable para los intereses nacionales, que lo es, sino porque la CIJ no falló en derecho, al desconocer jurisprudencia derivada de decisiones tomadas sobre el mismo caso, pero también porque no considera la unidad geográfica reconocida para el archipiélago y porque aparentemente modifica tratados limítrofes con terceros países.

Pero durante la semana, la inmensa mayoría de columnistas del país defendieron la opción del acatamiento bajo argumentos falaces. El primero, que el fallo fue ‘salomónico’ y debe ser respetado para honrar la historia colombiana de consideración al derecho internacional. Lo ‘salomónico’, entendido como la decisión de dar a todos los actores en un conflicto parte de la razón, no implica justicia, y mucho menos una decisión tomada en el marco de lo que indica el derecho aplicable, que puede también ser injusta. Lo equitativo no siempre es justo, definitivamente no en este caso. En cuanto a la tradición respetuosa de Colombia hacia el derecho internacional, algunos expertos han argumentado que ella, sumada a una descarada ingenuidad y falta de profesionalización diplomática, es lo que ha permitido la pérdida de casi la mitad de nuestro territorio desde 1810.

El segundo argumento falaz sobre el cual se ha criticado a quienes promovemos el desacato, es que esta posición se ha usado como una herramienta “populista y patriotera”, con pretensiones electorales. Que Uribe promueva el desacato para evadir su propia responsabilidad frente a la pérdida del territorio, con evidentes afanes electoreros y egolátricos, no significa que todos los que creemos que esa es la salida a la crisis actual, lo hacemos por las mismas motivaciones. Decir, como lo han hecho varios columnistas este fin de semana, que quienes promovemos el desacato somos imperialistas, es tan incoherente como decir que quienes prefieren lo contrario son quienes alimentaron el  supuesto desinterés ancestral sobre el archipiélago.

El tercer argumento cuestionable es que el Estado colombiano se ha desentendido históricamente de las necesidades de los cayos, el archipiélago y los raizales. No es así. La Armada ha ejercido soberanía permanente sobre la zona, allí se han desplegado importantísimas acciones de interdicción frente al narcotráfico con cooperación internacional, se han celebrado regularmente elecciones democráticas, y dicho territorio ha formado parte fundamental de las políticas públicas de promoción turística, por nombrar solo una, provenientes del centralismo bogotano. San Andrés no es, ni de cerca, el territorio colombiano más desatendido, como pretenden hacerlo ver ahora los oráculos de los columnistas reconocidos de este país. Decir lo políticamente correcto es siempre lo más fácil y en ocasiones, lo menos valiente. Criticar hoy el proceso es mucho más fácil que hacerlo en cualquiera de las columnas que escribieron durante los últimos once años.

Por último, el fallo es inaplicable automáticamente a la luz de la actual Constitución, que establece que los límites solo pueden ser modificados por tratados reconocidos por el presidente y, como el Esguerra-Bárcenas de 1928, aprobados por el Congreso, no por sentencia.

La revisión del fallo y su eventual desacato son evoluciones lógicas de un proceso con errores jurídicos. Pero independiente de lo que decida hacer el gobierno, esta es una oportunidad inmejorable para que, así como cuando regalamos Panamá, Colombia modifique sustancialmente las instituciones que tienen a su cargo las relaciones internacionales, esta vez profesionalizándolas (o despolitizándolas, que en este caso es tristemente lo mismo) y reformándolas para hacerlas más apropiadas para un mundo globalizado, donde lo supranacional tiene cada vez mayor importancia.

Publicado en La Tarde de Pereira, el martes 27 de noviembre de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/104701-que-haya-desacato
   

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El regreso de la “bollopolítica”


Columna de opinión
Meden Agan

El regreso de la “bollopolítica”

Hace cuatro meses, el diputado antioqueño Rodrigo Mesa Cadavid fue inhabilitado por 13 años para ocupar cargos públicos, como consecuencia de sus desafortunadas declaraciones sobre la inutilidad coprológica de invertir en el Chocó.

Esta semana, el veterano congresista Roberto Gerlein, que a sus 74 años acaba de cumplir 40 en el Congreso de la República, se refirió a los homosexuales despectivamente, haciendo gala una vez más de la facilidad que tiene para recurrir a argumentos discriminatorios para defender sus ideas retrógradas. Ya en 1998 había dicho que “las vaginas del Congreso [se habían llenado] de malos pensamientos”, haciendo referencia a declaraciones de algunas de sus colegas.

Ahora argumentó que el sexo homosexual entre varones era “sucio, asqueroso, [repudiable], excremental” y por tanto “merecía repudio”, que el “catre compartido entre mujeres” era “inane, sin trascendencia “, y que dichas uniones estaban malditas por ser un “compartir esteril”. Doblemente discriminatorio, doblemente irrespetuoso, doblemente desconsiderado y triplemente atrevido.

Sus declaraciones fueron rechazadas inmediatamente por el ponente de la ley que pretende reglamentar el matrimonio entre homosexuales, por las ONG que defienden los derechos de la población LGBT y hasta por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, desde donde se afirmó que "este caso es una oportunidad perfecta para que la Fiscalía y el poder judicial demuestren que en Colombia sí tenemos una ley antidiscriminación".

Las afirmaciones del presenil congresista demuestran, en primer lugar, la superficialidad con que se hace política en Colombia. La ‘excrementalidad’ no puede ser la piedra angular de una argumentación en contra, o a favor de una ley o de una iniciativa legislativa como esta. Entre otras porque, sin entrar en detalle, hay relaciones heterosexuales que son igualmente ‘excrementales’, y porque, en el peor de los casos, estas son tanto así como muchas de las actividades que, figurativamente, desempeñan algunos senadores cuando acuden al recinto legislativo.

En segundo lugar, el argumento de que la ‘esterilidad’ de las relaciones homosexuales las hace repudiables y antinaturales es falaz. La reproducción es tan solo una de las funciones orgánicas del apareamiento en las sociedades modernas. También lo son, aunque el senador parece no haberse enterado en 74 años de vida, el placer y en últimas, el relacionamiento social.

Si decir que invertir en el Chocó era como “perfumar un bollo” le costó a un diputado 13 años de inhabilidad, si golpear a una mujer le costó a Hernán Darío Gómez su cargo como entrenador de la Selección Colombia, si este país tiene realmente, como dice la Consejera Presidencial, una ley antidiscriminación, el senador Gerlein debería ser objeto de una sanción igualmente ejemplar que la adoptada en los casos anteriormente mencionados.

Sea cual sea la decisión que se tome, el país debe superar los tristes episodios de esta nueva “bollopolítica” que sigue amenazando con volver una mierda el ejercicio legislativo en Colombia.

Imagen tomada de: http://www.semana.com/politica/da-asco-dos-varones-compartan-catre-gerlein/188409-3.aspx

martes, 20 de noviembre de 2012

La transformación de la planificación territorial para el desarrollo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

La transformación de la planificación territorial para el desarrollo

La semana pasada se reunieron en Pereira, más de mil delegados y representantes de los Consejos Territoriales de Planeación (CTP) del país en el XVI Congreso del Sistema Nacional de Planeación (SNP). Esta cita anual convoca a funcionarios públicos y miembros de las comunidades organizadas de todos los niveles de gobierno, con el fin de reflexionar y presentar propuestas sobre los procesos de planificación para el desarrollo que se emprenden desde las entidades territoriales. El Congreso se ha posicionado como un espacio privilegiado para construir conocimiento e intercambiar experiencias exitosas, buenas prácticas y lecciones aprendidas. Particularmente, ha sido un escenario favorable para avanzar en la articulación de las políticas nacionales con las prioridades estratégicas de los departamentos y municipios del país, lo mismo que un espacio para escuchar las voces locales y lograr que éstas se incorporen en los procesos de decisiones del nivel ejecutivo nacional.

Este año, el Congreso se desarrolló en el marco de una coyuntura favorable para el desarrollo territorial. Después de múltiples intentos fallidos, Colombia cuenta con una Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT), la cual incorpora diferentes figuras y esquemas para favorecer la asociatividad territorial como mecanismo para superar las brechas del desarrollo a partir del aprovechamiento de las ventajas de la proximidad geográfica y de la generación de sinergias entre múltiples entidades. Así mismo, la estructuración del Sistema General de Regalías es una ventana de oportunidad para que las regiones puedan estructurar y presentar proyectos e iniciativas en áreas prioritarias como la infraestructura, el desarrollo económico y la innovación, la ciencia y el desarrollo.

Una de las conclusiones generales del Congreso está referida a la necesidad de fortalecer dos aspectos primordiales de los procesos de planificación de las entidades territoriales. Por un lado, es preciso incrementar las capacidades locales para que el ejercicio planificador no sólo se quede en buenos propósitos. La fragmentación territorial es uno de los factores que limita la cohesión social e impide el pleno aprovechamiento del potencial departamental y municipal. De otra parte, es clave complementar el proceso de construcción de planes de desarrollo con otros instrumentos y esquemas que favorezcan la concertación de políticas entre múltiples entidades territoriales e incluso actores no estatales. Por ello, es necesario explorar figuras como el Contrato Plan, el cual permite aunar esfuerzos e iniciativas para formular políticas y ejecutar proyectos de interés común en torno a una visión de desarrollo territorial. 

Esta podría ser una figura interesante para nuestra región cafetera. A través de esta herramienta, podríamos avanzar en la concreción de un modelo de desarrollo que tenga en cuenta nuestras potencialidades y ventajas comparativas. Así mismo, podría ser un elemento clave para robustecer nuestros esquemas asociativos territoriales, entre los cuales se destaca nuestra área metropolitana. La designación de Pereira como sede del Congreso, es un hecho que sirve para posicionar estos temas en la agenda de los decisores públicos.

Publicado en La Tarde de Pereira, el martes 20 de noviembre de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/104265-la-transformacion-de-la-planificacion-territorial  

No solo el pan es integral


Columna de opinión
Santiago Gómez

No solo el pan es integral

Es indispensable que Bucaramanga, las instituciones y principalmente los ciudadanos, corresponsables de su progreso, modifiquen sustancialmente sus actitudes frente a la creación de una renovada cultura ciudadana.

Para ello, la Alcaldía lanzó la campaña  ‘Te Veo Bien’, cuyo fin es “motivar a la comunidad para que sea más organizada, utilice en forma adecuada los puentes y las cebras, no arroje basuras a la calle, maneje en forma correcta y, para que, en general, haga que su comportamiento como ciudadano sea el mejor…mejorando la convivencia y [su relación con el espacio público]”.

La intención de la campaña es buena, pero  su aplicación criticable, y su impacto, dudo que sea importante. Políticas públicas como estas deben ser, además de sorpresivamente creativas, integrales.

La contaminación visual provocada por los pendones de la campaña se suma a la ya generada por la cantidad desbordada de carteles que inundan la ciudad. Una política pública no puede ser ambientalmente invasiva. Los objetivos y métodos de las políticas deben ser implementadas con una visión integral de los problemas que aquejan a Bucaramanga. En resumen: no nos sirve más cultura y menos ambiente. Para eso, la campaña debió apoyarse en más acciones below the line-BTL, que a su vez fueran más creativas que las usadas hace quince años en Bogotá, para causar el impacto deseado.

En segundo lugar, los carteles únicamente posicionan la marca de la campaña, pero no modifican, por sí solos, comportamientos ciudadanos, en la medida en que no existe una confrontación real del infractor con su conducta inadecuada, y mucho menos, de ella no resulta una sanción pública,  moral o económica, que haga entender a quién incumple la norma, que debe dejar de hacerlo.

Por eso, cuando se planeen y ejecuten campañas públicas para fortalecer políticas gubernamentales, estas deben ser integrales y deben dar cuenta de todas las externalidades que impacten otros sectores igualmente importantes para la administración y los ciudadanos.

Publicada en Vanguardia Liberal, el viernes 16 de noviembre en: http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/183370-no-solo-el-pan-es-integral 

lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Qué pensarán en Jinotega, Matagalpa o Nindirí?


Columna de opinión
César Niño

¿Qué pensarán en Jinotega, Matagalpa o Nindirí?

En estos momentos existe una gran incertidumbre colombiana, sabemos qué sucederá, hay un leve optimismo de unos, y otros como yo que contemplamos el peor escenario sobre el diferendo con Managua. ¿Qué pensarán en Jinotega, Matagalpa o Nindirí sobre el asunto?

Los medios de comunicación son un elemento clave en la difusión y canalización de la información, son ellos quienes aterrizan y bajan las discusiones de la alta política a un idioma digerible para la población.

Durante la última semana, los diarios han cubierto el asunto de la delimitación con Nicaragua de manera adecuada. Noticias, columnas de opinión de académicos, ex ministros, expertos en la materia y generadores de opinión han intentado mostrarle a la ciudadanía cómo el asunto del derecho del mar y las cuestiones de soberanía son importantes para la vida cotidiana del ciudadano de Bogotá, San Andrés y Toribío.

Pero me di a la tarea de consultar los principales medios nicaragüenses. Es curioso que las páginas de los periódicos del vecino país analicen tangencialmente el asunto, tan así que muchas veces es difícil encontrar la perspectiva del conflicto del lado opuesto al colombiano y, más paradójico aún, es que de las pocas columnas registradas en aquellos medios la fuente se remota a  académicos y expertos colombianos.

Pareciera, por un lado, que no hay quién hable de la controversia desde Nicaragua, y por el otro, que la censura del gobierno ha impedido que se discutan asuntos cruciales de alta política nicaragüense. La única pesquisa gruesa reposa en la página de la Cancillería, que más parece un portal de una agencia de turismo que de un Ministerio de Relaciones Exteriores.

Hoy puedo afirmar que Nicaragua tiene una inmadurez comunicacional, si el fallo de la Corte es favorable para el país vecino, en Jinotega, Matagalpa y Nindirí no sabrán las implicaciones del caso y si es adverso, pasará inadvertido en los medios de ese país.

Sólo le diré a Ortega: "Comandante, salve usted la prensa".

Imagen tomada de: http://ardeymasnoticias.blogspot.com/2010/07/el-presidente-de-nicaragua-daniel.html

viernes, 16 de noviembre de 2012

En las elecciones de EUA ¿quién ganó? y ¿quién perdió?


Investigación- Política exterior y defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo

En las elecciones de EUA ¿quién ganó? y ¿quién perdió?

Las pasadas elecciones del seis de noviembre en los Estados Unidos dejaron cientos de ganadores y perdedores, más allá del triunfo de Barack Obama y la derrota del candidato republicano Mitt Romney. Para ir cerrando este tema que en este blog abrimos el cuatro de noviembre de 2010, ¡sí 2010!, queremos presentar una lista de ganadores y perdedores no tan evidentes.

Comencemos por los perdedores:


GOP (Grand Old Party): el partido de Lincoln, Teddy Roosevelt, Ike Eisenhower y Ronald Reagan, el partido republicano, ha sido el gran derrotado de esa noche. Su falta de sintonía con la realidad nacional reflejada en las imágenes de la convención en Tampa, marcadas por una predominancia de rostros blancos, e incluso maduros, frente a la amalgama de colores, edades y géneros que se encontraba en Charlotte, Carolina del Norte, sede de la convención demócrata, fijaron el rumbo hacia la derrota. Y no fue cuestión de no contar con un candidato por lo menos aceptable.

De hecho, Mitt Romney es un personaje que no hace parte de este nuevo partido, que busca ser cada vez más blanco, más rural, más conservador en asuntos sociales y más cerrado al mundo actual, al que teme, porque no es el ambiente en el cual creció y vio consolidar a su país en una potencia mundial, casi que sin parangón alguno. 

Quizás hubiera sido mejor, como lo señala The Economist, que el GOP hubiera llegado con un candidato más blanco y radical para que su caída hubiera sido realmente estruendosa. Romney, siendo un moderado, exgobernador de uno de los estados más liberales y progresistas de toda la Unión americana, Massachusetts, a pesar de muchas de las críticas partidistas que se alzaron en su contra, le dio, por decirlo de alguna manera, mayor dignidad al partido, cosa que estratégicamente no le conviene ni a la colectividad, y más importante, al país, porque una fuerte derrota hubiera hecho más fácil que los republicanos se deshicieran de esos elementos, como el Tea Party, que han llevado a una radicalización extrema del partido y del país, alejándose de las realidades de EUA, que no son otras que el multiculturalismo y el progresismo social, entre otras.

A pesar de la derrota, que no fue la hecatombe, porque lograron mantener su mayoría en la Cámara y con ella se conserva una cantidad de poder suficiente para influenciar fuertemente el proceso político, el partido republicano seguirá bajo la égida de figuras como Grover Norqvist y Rush Limbaugh, que desde distintos escenarios promocionan una agenda, por su puesto conservadora, pero preocupantemente radical y que considera al compromiso político, como algo idéntico a f*** you.

Si por algo se caracterizaron Lincoln, TeddyIke y Reagan, era por ser adeptos al compromiso, sin llegar a violar unos valores superiores, pero que permitiera, a través del pragmatismo y no del radicalismo, obtener soluciones reales a los problemas de sus respectivas épocas.  

El estado de la Florida: creo que todavía no han acabado de contar. El problema no se refiere exclusivamente a esa imposibilidad. De hecho, es preferible, y si no pregúntenselo al barbado Al Gore, que se tomen su tiempo haciendo bien los conteos que por cumplir con formas y fechas se entreguen resultados dudosamente certeros. El asunto grave es que en la Florida hay un desorden descomunal. Las máquinas son anticuadas y confusas al igual que las papeletas. Las filas son de nunca acabar. Los organismos electorales se encuentran altamente politizados.

A todos estos elementos y a la fama que tiene el Estado en este tema electoral, especialmente por los sucesos del 2000, ahora se le sumará la odisea del 2012, dejando a la Florida como una “banana republic”, término despectivo y apropiado con que desde Estados Unidos han sabido criticar a las democracias latinoamericanas.

Lo peor de esto, lo que hace que esto sea aún más patético y embarazoso para la Florida, es que en países como Venezuela, blanco de profusas y continuas críticas de numerosos habitantes floridanos, cuentan con sistemas electorales, que no democráticos, claramente superiores.

¿Lleva todo esto a concluir que el sistema electoral norteamericano está en crisis? Terciaremos sobre este aspecto más adelante.

Ahora los ganadores:

Los “Nerds”: Nate SilverSam Wang y Drew Linzer se convirtieron en algunos de los grandes ganadores de las justas electorales norteamericanas. Han acorralado a los comentaristas políticos, como este que les escribe ahora, que no se sustentan tenazmente en los números y los esquemas matemáticos para correr proyecciones estadísticas y probabilísticas. Silver y Linzer acertaron los resultados en 50 de los 50 estados. Wang sólo lo hizo en 49. Su única equivocación fue en Florida, que para los tres era a todas luces la carrera más cerrada. ¿Algún observador político, profesional o aficionado, puede mostrar este récord? Las matemáticas han llegado para quedarse y esto puede ser bueno para el debate político. Así nos podremos librar de mucho opinador que se disfraza de neutral, pero que en realidad solo cuenta con argumentos partidistas e ideológicos. Silver y compañía le hacen así un gran favor al sistema electoral y político de los Estados Unidos.

Esta es una de esas cosas que por estos lares tenemos que copiar. El 2014 está a la vuelta de la esquina y se vienen elecciones presidenciales y legislativas en Colombia y Brasil.

Pero hay otro grupo de nerds, que también ganaron. De hecho unos ganaron ganando y otros ganaron perdiendo. Estos fueron los encargados de manejar las campañas guiándose por la información que obtenían en la red. Son los que jugaron con los miles de indicadores que aparecieron en la campaña: la tasa de desempleo, el 47% de Romney, etcétera. Con sus logaritmos y fórmulas matemáticas creaban mensajes personalizados o respuestas a otros mensajes personalizados creados por sus rivales electorales. Obama construyó su “centro de tecnología” desde el certamen de 2008 y fue parte integral de su estructura organizacional. Romney la construyó en los últimos meses de campaña cuando se perfiló como el candidato de su partido y no era parte de su organización sino que la contrató. Hizo outsourcing y perdió. ¿Ironías del destino?

El caso es que la venganza de los nerds está acá. Se ha materializado. Puede que el candidato sea el más popular del colegio, pero el que lo va a medir y el que le va ayudar a ganar, será el nerd. Bueno, ¿y no siempre ha sido así? Quizás, pero ahora la cosa es con matemáticas por todos lados.    

El sistema electoral americano, en su conjunto: aquí consideramos varias cosas. El sistema de los gringos para elegir a su presidente es enredado, no tanto en su mecánica definitiva. Lo que pasa es que es extraña, entonces la gente que se interesa coyunturalmente en el tema, tiene que acordarse que lo importante es el voto en el Colegio Electoral y no el voto popular.

La verdadera complejidad se desprende de la inexistencia de reglas federales que rijan en todos los estados el cómo, el cuándo, el quién y muchas más cosas. Entonces tenemos un sistema para cincuenta países. Si uno de esos quiere hacer énfasis en el voto electrónico, en dar facilidades e incentivos para votar, pues en el de al lado perfectamente todo eso les puede importar un comino y no hacerlo.

Y cuando las elecciones son tan cerradas como esta que acabamos de tener, todos esos elementos, yo no los llamaría yerros necesariamente, florecen. Los gringos son muy desconfiados de lo federal, a menos, claro, que sea dinero. De resto, reglas, normas y por sobre todo, impuestos, no les gusta y punto.

Es por esto que me atrevo a afirmar que el sistema como un todo sale ganador. En una próxima y última entrada sobre estas elecciones, vamos a señalar que a pesar de estas molestias y fallas procedimentales, la democracia, en buena parte gracias a su mecánica electoral, es vibrante como en poquísimos lugares del mundo.

También está el asunto de la votación el día martes, un día entre semana. Hay quienes buscan que como en otras partes del mundo, se hagan las elecciones los domingos o un festivo determinado. Así, arguyen, se podrá combatir la abstención electoral. Afirman que la escogencia de ese día proviene de una norma hoy absurda de mediados del siglo XIX cuando los EUA eran una nación rural y devota. Los domingos no se podía hacer nada porque era el día del Señor y como las distancias eran considerables, especialmente en los estados más allá de la costa este, se daba un día para que viajaran. Todo esto, una vez finalizada la época de la cosecha.

Ciertamente, estas razones son anticuadísimas, pero también es cierto que la abstención no se provoca porque la gente no pueda salir del trabajo o la universidad para ir a votar. Los niveles de abstencionismo en Estados Unidos se encuentran en los mismos rangos de muchas otras democracias modernas y no tan modernas. La abstención incluso puede ser sana. Resumiendo: si la gente ve que sus intereses, por no decir derechos, se ven amenazados por alguna de las opciones en la elección, tendrán incentivos para ir a votar. Siempre podremos encontrar, y más hoy en día con tantas facilidades tecnológicas, las crónicas de aquellos desgraciados que no pudieron votar por equis o ye razón, pero en las democracias sanas como la de Estados Unidos, estas son anormalidades y nunca la regla general.

No quiero decir que es un sistema perfecto y que no merece ningún cambio. De ninguna manera. Cuenta con numerosos desafíos (financiación de las campañas es quizás el más crítico; la discusión de las identificaciones, y un largo etcétera). Es un proyecto en construcción pero la gran mayoría de países del mundo, por lo menos aquellos que se jactan de ser democráticos y de tener ciclos electorales íntegros, deberían ver de cerca lo que pasa en EUA para aprender e incluso admirar.

Y por último un breve comentario, como para dar inicio, de manera exagerada, a la campaña presidencial en EUA de 2016:

Ya en el marcador hay varios nombres. Del lado demócrata, acuérdense que el presidente ya no puede ir por un tercer mandato, están Hillary Clinton, el vicepresidente Joe Biden y por poner un latino, que están tan de moda, está el alcalde de San Antonio, centro de una de las áreas metropolitanas más dinámicas de los Estados Unidos, que dio el discurso principal durante la convención de su partido, Julián Castro, que hoy tiene tan solo 38 años.

En las huestes republicanas también hay varios, pero se destacan Paul Ryan, el VP perdedor de 2012, Chris Christie, gobernador de New Jersey y Rick Perry, gobernador de Texas desde 2000 y que estuvo en las primarias de este año con un rol deslucido, pero que pudo aprender mucho. Texas es Texas, sobre todo para los republicanos.

Pero hay un nombre que puede ser muy interesante y es el del exgobernador de la Florida, Jeb Bush. Jebby no se parece a su hermano George W. Se parece a su padre George H. W., y esto es importante. Bush, padre, era de la línea del compromiso político que es algo que el partido republicano, como lo mencionamos arriba, necesita urgentemente. También el país. Además, fue gobernador de Florida, que se ha convertido en el estado clave de las elecciones junto a Ohio, y, cosa que no es de poca monta, aunque sin duda suena antipático, está casado con una latina, Columbia Garnica Gallo, hoy Columbia Bush, nacida en León, Guanajuato, México.

De nuevo, es un tiro largo, pero el 8 de noviembre de 2016 podríamos ver enfrentados en las urnas a un latino contra un patricio muy latinizado.

Imágenes tomadas de: 
http://www.whitehouse.gov/about/presidents/abrahamlincoln
http://now.msn.com/grover-norquist-said-obama-won-re-election-because-romney-was-a-poopy-head
http://www.sexualfuturist.com/2012/10/31/birth-of-a-sex-hating-religion/
http://www.politico.com/news/stories/1112/83401.html
http://www.charlierose.com/view/interview/9336
http://news.nationalpost.com/2012/11/06/u-s-presidential-election-2012-live-updates/
http://www.thenewstribune.com/2012/09/03/2281825/democrats-try-to-fire-up-latino.html
http://dailycaller.com/2011/12/15/jeb-bush-i%E2%80%99m-not-behind-robocall-in-new-hampshire/

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Soy un imbécil


Columna de opinión
Santiago Gómez

Soy un imbécil

¡Qué tarde lo descubrí! En Bucaramanga, unas señales que en cualquier otro país occidental significan ‘prohibido parquear’, acá significan ‘parquee donde se le dé la gana, los únicos derechos que valen son los suyos’.

A mi regreso a esta ciudad, capital de una de las regiones más visitadas por turistas extranjeros del país, también me volví daltónico. Algo extraño me pasó en las ciudades donde decidí erróneamente vivir durante las últimas dos décadas. Acá, la luz verde del semáforo es la que está más arriba, y la de la mitad no significa ‘desacelere’, sino, ‘aproveche que le quedan solo centésimas de segundos para pasar el semáforo’.

Aquí, los conductores aceleran con el pito, no con el acelerador. Creo que mi carro no viene acondicionado para dicha función. Si alguien sabe de un taller donde pueda hacerle esa reparación al obsoleto modelo que tengo, le agradezco.

Pero también, y seguro que obedeciendo a los afanes de austeridad propios de esta era, algún gobernante debió decretar que no hay problema en detener el carro en medio de las intersecciones. No importa que de esa manera se impida el paso de quienes van en un sentido perpendicular al de mi vehículo. Supongo que las alcaldías se ahorran la pintura que se requeriría para pintar las equis gigantescas que, en esas ciudades bárbaras de Europa o Norteamérica, indican una prohibición expresa de ocupar dicho espacio. Eso es austeridad en el gasto público. Enhorabuena.

No se imaginan lo contento que estoy de regresar y darme cuenta que soy un imbécil. Estoy feliz, porque de no ser cierto lo de mi idiotez, todo lo anterior solo podría indicar que los bumangueses podríamos ser confundidos con unos incultos y egoístas ciudadanos que, deliberadamente, incumplimos las más básicas normas de convivencia y, encima, tenemos el descaro de decirle al mundo que esta es una ciudad bonita y cordial, cuando en realidad, de seguir actuando así, espantaremos a todos los forasteros que en algún momento se creyeron el cuento de que ‘quien pisa tierra de Santander, es santandereano’.

Menos mal. Porque prefiero ser un imbécil a ser un troglodita en pleno siglo XXI.

Imagen tomada de: http://www.vanguardia.com/category/tags/bucaramanga?page=38

Publicado en Vanguardia Liberal de Bucaramanaga el viernes 9 de noviembre, en:
http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/santiago-gomez/182426-soy-un-imbecil

martes, 13 de noviembre de 2012

Un nuevo marco de relaciones para Bogotá y la Nación


Investigación- Territorios
Manuel Calderón Ramírez

Un nuevo marco de relaciones para Bogotá y la Nación

Hace algunos días, el Alcalde Mayor de Bogotá hizo públicos algunos trinos y mensajes en las redes sociales que hacían referencia a su enorme descontento frente al tratamiento que el gobierno nacional le ha dado a las relaciones con la ciudad. Incluso, llegó a manifestar que las posiciones de algunos funcionarios de alto nivel y ministros, han “deteriorado y destruido” los puentes que él ha tratado de construir y consolidar entre las dos administraciones. Temas como las declaraciones de la Superintendencia de Puertos y Transporte sobre el Sistema Transmilenio, así como la fricción que se presenta, desde hace algunos meses, entre el Ministro de Vivienda y el Alcalde en torno a la disponibilidad de suelo urbano, son para el mandatario capitalino algunos de los hechos que empañan y dificultan las relaciones entre las dos administraciones.

Adicional a ello, la creación de una Alta Consejería para Bogotá y Cundinamarca, fue interpretado por algunos como un hecho que obstaculiza la relación directa que deberían tener el Presidente y el Alcalde de la capital. Inicialmente, estas tensiones se han tratado de explicar a la luz de las diferencias ideológicas que se presentan entre Santos y Petro. Si bien es cierto que los dos líderes pertenecen a orillas distintas y expresan posiciones divergentes sobre la forma de solucionar los problemas y asuntos públicos, en muchas ocasiones han coincidido en agendas similares. Tres de los principales temas que planteó Gustavo Petro en la contienda presidencial del 2010 (derecho al agua, restitución de tierras y atención y visibilización a las víctimas del conflicto armado) han sido recogidos por Juan Manuel Santos como banderas de su gobierno.

Las posiciones ideológicas son solo un matiz de las relaciones que se presentan entre niveles de gobierno. En muchos otros contextos, estas diferencias de pensamiento o posiciones filosóficas no han sido obstáculo para tener una relación duradera y coordinada entre diferentes entidades territoriales. Prueba de ello, han sido los esquemas de “cohabitación” en Francia, donde los socialistas y los partidos de derecha han tenido que compartir espacios de poder y resolver cuestiones y problemas públicos, al armonizar sus agendas y acciones. En España, el PSOE y el PP tuvieron que coordinar y concertar políticas y acciones de gobierno en la Comunidad de Madrid, durante las administraciones de Rodríguez Zapatero, a nivel nacional, y de Esperanza Aguirre, en el ámbito autonómico.

 

La diversidad política es una de las características inherentes al esquema pluralista que trajo consigo la carta política del 91. Por lo tanto, siempre se presentarán múltiples opiniones y posiciones en torno a los problemas que se deben resolver en los territorios. Por tanto, las tensiones o posibles fricciones entre dos o más mandatarios no solo se enmarcan dentro de temas ideológicos, políticos o partidistas, sino que van más allá y responden a uno de las problemáticas fundamentales de los Estados contemporáneos: ¿cómo garantizar la coordinación y coherencia entre las políticas públicas y las acciones de gobierno entre dos o más niveles, cuando éstos cuentan con autonomía para la gestión de sus asuntos y gozan de un ámbito de competencias propio?

La resolución de tal cuestionamiento no es irrelevante. Por el contrario, exige una reflexión profunda sobre el espíritu de nuestro modelo de organización territorial, signado por la convergencia entre el carácter unitario del Estado y la descentralización de las entidades territoriales. De hecho, en los últimos años se han consolidado diferentes posiciones teóricas y conceptuales que hacen referencia a la necesidad de consolidar esquemas de gobernanza multinivel o modelos de gobierno multiescalar, como alternativa para asegurar la coherencia y la articulación entre las políticas públicas y las acciones de gobierno entre múltiples actores. Ello, teniendo en cuenta las siguientes características fundamentales de los Estados modernos.

En primer lugar, no hay modelos puros de organización territorial del Estado. Aún en los federales, se requiere cierta dosis de centralismo para el abordaje de determinados asuntos. Por tanto, hablar de federalismo o centralismo como conceptos excluyentes es caer en una discusión bizantina alejada de la realidad. Los problemas públicos y las demandas y aspiraciones ciudadanas requieren de la implementación de múltiples herramientas y esquemas para la provisión de bienes y servicios, entre los que se cuentan la descentralización y sus diferentes modalidades en el plano administrativo. Lo ideal es utilizar estos instrumentos (descentralización, delegación, desconcentración) según la naturaleza y los tipos de servicios y bienes públicos que se deseen proveer.

En segundo lugar, hay problemas y cuestiones que rebosan la capacidad de acción de un solo nivel de gobierno. Las políticas de vivienda, movilidad o asistencia social son una clara muestra de ello. A la par con las capacidades, las dimensiones de los problemas van más allá de las jurisdicciones y los límites políticos y administrativos fijados para cada entidad territorial. Temas como la ola invernal, la inseguridad ciudadana o la pobreza, conforman una evidencia, más que suficiente, para establecer que las demandas ciudadanas no tienen “fronteras”. La coordinación intergubernamental surge como un elemento clave para hacer frente a los temas que van más allá de la órbita o la esfera de influencia de un nivel de gobierno en particular.

En tercera instancia, en entornos nacionales caracterizados por la existencia de autonomía territorial, se pueden presentar “colisiones” de competencias, las cuales generan “zonas grises” en donde la responsabilidad o el margen de maniobra de los entes territoriales no son claros. La discusión sobre el carácter y la naturaleza de los Cerros Orientales de Bogotá fue una clara muestra de ello. Este se configuró como un asunto en el que las posiciones de la Alcaldía Mayor, la Gobernación de Cundinamarca, la CAR como autoridad ambiental y la Nación fueron divergentes y, en muchos casos, contradictorias.

 

Tal panorama exige la construcción de un nuevo arreglo institucional entre Bogotá y la Nación, a través del cual se consolide un marco de relaciones duraderas y armónicas entre los dos entes territoriales. Ello implica formalizar diferentes espacios y avanzar en la estructuración de instrumentos como el Contrato Plan: acuerdo multisectorial e intergubernamental para la formulación y ejecución de programas y proyectos de desarrollo en el marco de una visión de desarrollo territorial para Bogotá y la Región. En este contrato tendrán cabida todas las acciones, iniciativas y esfuerzos de las entidades nacionales que hoy tienen presencia en el territorio.

Este Contrato Plan debe partir de la construcción de una Agenda conjunta entre las dos entidades territoriales. En esta agenda, deben incluirse todos los temas de interés común para la Nación y Bogotá: Sistema Integrado de Transporte Público, vivienda y hábitat, cambio climático, superación de la pobreza y la pobreza extrema, lucha contra la corrupción, etcétera. La identificación inicial de sectores o ámbitos prioritarios puede reforzarse a través de la institucionalización de mesas técnicas entre las entidades nacionales y distritales responsables de la gestión sectorial correspondiente. Estos espacios podrían ser liderados tanto por el despacho del Alcalde Mayor o su Secretario General como por la Alta Consejería Presidencial. La idea es formalizar un espacio de encuentro periódico que permita la discusión y socialización de posturas y visiones sobre el futuro de la ciudad.

A la par con el Contrato Plan, es clave explorar mecanismos como la delegación de competencias nacionales hacia instancias u organismos distritales. Bogotá cuenta con múltiples capacidades y condiciones para ejecutar políticas nacionales, de acuerdo con los estándares y criterios de calidad requeridos. La delegación se desarrollaría bajo convenios de desempeño, a través de los cuales las entidades nacionales se comprometan a fortalecer capacidades, supervisar y hacer seguimiento a la gestión de los entes que reciben las competencias y a su vez, éstos organismos se responsabilizan por cumplir los objetivos de gestión definidos y prestar los servicios bajo parámetros de eficiencia y eficacia.

En última instancia, es clave fortalecer la Alta Consejería Presidencial para Bogotá. Esta debe ser una oficina de enlace y coordinación entre las entidades nacionales y distritales, en temas de interés común para las dos administraciones. Esta instancia debe liderar la construcción de una agenda común, así como estructurar un sistema de seguimiento y monitoreo a las acciones requeridas. Así mismo, podría convertirse en un aliado estratégico del gobierno distrital para canalizar aportes o recursos de entidades nacionales con presencia en la ciudad o para formular y presentar proyectos de desarrollo ante los fondos que conforman el Sistema General de Regalías (SGR). Una tarea clave de esta Consejería podría estar referida a la movilización de recursos nacionales y de cooperación internacional para la financiación o apalancamiento de proyectos de interés prioritario para la ciudad y su entorno. 

Imágenes tomadas de: http://www.elperiodicodechia.com/FrontPageLex/libreria/cl0060/73-14905-presidente-santos-y-alcalde-petro-acordaron-metro-ligero-para-bogota--el-periodico-de-chia-metro-ligero-para-para-bogota-y-la-region-de-la-sabana.htm
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com/2011/02/esperanza-aguirre-y-el-resto-de-mujeres.html 
http://m.semana.com/nacion/como-colombia-puede-reinventarse-partir-crisis/148789-3.aspx
http://www.absolut-colombia.com/los-cerros-orientales-de-bogota/
http://www.metroenbogota.com/movilidad-bogota/metro-de-bogota/gina-parody-adevierte-distrito-ha-presentado-tecnicos-para-metro-ligero-por-la-septima

Expocamello y la crisis cafetera


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Expocamello y la crisis cafetera

La Cámara de Comercio de Pereira y Risaralda Emprende lideran la organización de Expocamello 2012, a realizarse los próximos 19 y 20 de noviembre en Expofuturo. Esta exhibición, junto a una serie de charlas y presentaciones sobre emprendimiento, tienen por objeto impulsar iniciativas de negocio que se encuentren en distintos niveles de desarrollo, desde las solas ideas, hasta la ya existencia de la empresa formal, para “intentarlo rápido, aprender rápido y embarrarla barato”. 

Este tipo de iniciativas son fundamentales para ingresar en la senda del crecimiento económico y el desarrollo. El liderazgo político, empresarial, académico y de opinión regional debe buscar que este tipo de escenarios se multipliquen, y no solo de manera formal, como lo es en esta feria, sino que se conviertan en maneras típicas en el desenvolvimiento de la vida diaria en la oficina, la universidad, la casa, e incluso la calle.

La cultura del emprendimiento es un proceso permanente en construcción. A nuestro parecer, para “inyectar” el gen de la empresa y la innovación, sería muy benéfico el que las instituciones educativas programaran visitas a Expocamello para buscar desarrollar cualidades propias de los ciudadanos inventores y creativos, que son altamente propositivos, pensadores críticos e independientes, imbuidos de ambición, visión y perseverancia, con baja aversión al riesgo y, por sobre todo, reducido miedo al fracaso. En los colegios, así como las universidades, públicas y privadas, deberían replicarse este tipo de ferias para que se inculque este tipo de cultura.

Expocamello y lo que esta representa, la apuesta por la empresa, especialmente aquella con alto valor agregado, es la respuesta a la crisis que golpea a Risaralda y al eje cafetero en general. La producción del café, sin lugar a dudas, fue un hito exitoso en la historia de la región así como de toda Colombia, pero hoy nos enfrentamos a nuevas realidades que debemos asumir para adaptarnos. 

En Chile, país de tradición vinícola, en los últimos lustros han impulsado una iniciativa empresarial, con la participación del gobierno, los privados y la academia, que ha permitido agregarle un fuerte valor agregado a esa industria por intermedio del mejoramiento científico de las cepas típicas de ese país austral, el Cabernet Sauvignon y el Carmenère, adicionando un serio proceso de mercadeo comercial, llegando al punto de encontrarse exportando vinos a países como Francia y triunfando en distintas competiciones internacionales. Esto lo han logrado, haciéndose de un producto de gran calidad y que ha sido mercadeado de manera inteligente y audaz.   

Igualmente, los chilenos han convertido a sus viñedos en pieza fundamental de su industria turística, obteniendo un resaltable factor diferenciador frente a otros destinos suramericanos.

Como puede inferirse, Expocamello no debe consistir simplemente en la muestra del empuje empresarial regional. Esta debe llegar a ser un laboratorio económico y social que marque la pauta de los años venideros: una economía fundada en el conocimiento y la innovación. 

Imágenes tomadas de: http://www.expofuturo.com/es/inicio.html y http://www.unilibrepereira.edu.co/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=1310:noticia&catid=2:noticias

Publicado en La Tarde de Pereira el martes 13 de noviembre, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/103905-expocamello-y-la-crisis-cafetera

martes, 6 de noviembre de 2012

Obama o Romney: ¿cuál es más conveniente para Colombia?

Investigación- Política exterior y defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo


Obama o Romney: ¿cuál es más conveniente para Colombia?

Hoy eligen presidente en los Estados Unidos. Ya hemos hablado sobre cuál, entre Obama y Romney, resulta más conveniente para el mundo y para los Estados Unidos. Hoy nos referimos a Colombia.

Los empresarios colombianos han manifestado claramente que no existen, para Colombia, grandes diferencias entre los dos candidatos. Una vez firmado, ratificado y puesto en marcha el TLC entre nuestros dos países, este proceso hace parte de la realidad institucional y no será posible detener el proceso. Los recursos provistos por Washington para el Plan Colombia vienen siendo reducidos incrementalmente desde los días finales de la administración de George Bush y Obama, como en muchos otros aspectos de política exterior, no ha hecho cosa distinta a continuar con los lineamientos expuestos por su antecesor.

En el corto y mediano plazo encontramos, pues, que entre los dos candidatos líderes no existen diferencias contundentes que afecten de una u otra manera a los intereses colombianos. Pueden existir gustos que nos hagan admirar más a uno que otro, pero utilizando el prisma frío del interés nacional, definitivamente podemos encontrar que no habrá grandes cambios o diferencias entre Obama y Romney para Colombia.

Esto nos puede llevar también a resaltar que esa inexistencia de diferencia de posiciones, surge debido a la irrelevancia natural que Colombia tiene para el país del norte. Hace cuatro años, fuimos nombrados en varias ocasiones por los candidatos, especialmente por quien resultó siendo el derrotado, el republicano John McCain. La verdad sea dicha, esa notoriedad no revirtió en resultados positivos. Si, incluso, McCain hubiese resultado electo presidente, apoyando al gobierno colombiano del momento en su búsqueda por la ratificación del ya mencionado TLC, en 2008 los demócratas no solo mantuvieron el control de las dos cámaras, sino que obtuvieron una supermayoría en el senado de 60 votos. La tramitación definitiva del TLC, seguramente, hubiera sido igual o incluso, más tortuosa de lo que en definitiva resultó ser.

Pero para este comentarista, en el largo plazo, y en la perspectiva estratégica sí existe un candidato más favorable, nuevamente, para el interés nacional colombiano. Este es Barack Obama.

En los Estados Unidos se celebran de cuando en cuando guerras por diversos asuntos sociales. El voto de las mujeres, los derechos civiles, la revolución sexual, el aborto, son algunos de estos eventos que durante el siglo XX, mal que bien, fueron resueltos favoreciendo lo que podríamos describir como posiciones progresistas.

Hoy estamos asistiendo a nuevas y renovadas guerras sociales. Los derechos de las uniones y matrimonios del mismo sexo, migración, el aborto nuevamente, y las drogas. Este último atañe las fibras más profundas y sensibles de la realidad colombiana, y por lo tanto, como no, de su interés nacional.

Hoy 6 de noviembre, además de elegir presidente y congreso en cada uno de los estados que conforman la Unión americana, se someten a votación centenares, sino millares, de iniciativas que afectarán la vida de los habitantes de esas jurisdicciones, incluso en una medida mayor que la propia elección del presidente y del congreso.

Varias de estas iniciativas, en Colorado, Michigan, Oregon, Washington y Massachusetts, buscan legalizar de una u otra forma el consumo de la marihuana, no para fines médicos, como ya está establecido en estos estados, sino para uso recreativo. La Proposición 19 de hace dos años en el estado de California buscó hacer lo mismo pero resultó derrotada por un considerable margen, a tal punto que los californianos decidieron no impulsar la iniciativa en su estado este año.

Ni el presidente Obama, ni el candidato republicano Romney, se han referido a este tema. Si lo hubieran hecho, habrían expresado que dichas iniciativas son inaceptables y que no pueden ir en contravía de la normatividad federal. Sin embargo, Obama ha mostrado que puede abrazar, no solo privadamente, posiciones progresistas en estas guerras sociales. Lo hizo a propósito del matrimonio entre personas del mismo sexo, acabó con el Don’t ask don’t tell, ha promovido jueces a la Corte Suprema que no tienen entre sus planes revertirRoe vs. Wade (la sentencia que permite el aborto en la Unión), ha impulsado iniciativas como el DREAM Act, y aunque ante la Proposición 19 se mostró esquivo, su zar contra las drogas es Gil Kerlikowske, quien como jefe de policía de la ciudad de Seattle se caracterizó por impulsar un enfoque menos represivo contra las drogas, dándole baja prioridad a la persecución de delitos por posesión, especialmente marihuana.

Kerlikowske ha liderado en su nueva oficina, durante la administración Obama, un enfoque que, por ejemplo, ha eliminado el uso oficial del término “guerra contra las drogas” del discurso público. Obviamente, este es un cambio meramente cosmético pero entrega claras luces de hacia dónde desearían dirigir sus esfuerzos si llegasen a contar con el espacio político necesario para realizarlos. Y esto es, mudar el tema de las drogas de la órbita de la seguridad nacional, donde ha estado desde 1971 cuando Richard Nixon declaró dicha guerra, a la de la salubridad pública.

Romney, por ser el candidato republicano, parece ir en contra de todas estas posiciones. Pero sus antecedentes como gobernador de Massachusetts y como candidato al senado por ese mismo Estado, lo muestran liberal en algunas de estas posiciones, como la del aborto. Pero no cabría duda, que de ganar la presidencia, Romney buscaría centrar la posición de su partido en otras temáticas más apremiantes para los propios Estados Unidos. No quiere decir esto que Obama automáticamente  aceleraría ambiciosamente estos procesos, como el de las drogas, pero si vamos al campo de las probabilidades, podríamos ver que estas son mayores con él que con Romney.

Como puede inferirse, esta favorabilidad de Obama es a largo aliento. Está en el campo estratégico. Y por supuesto, muy importante, el liderazgo colombiano, no exclusivamente del gobierno, sino de los empresarios, los formadores de opinión y la academia, deben apuntar hacia esa misma dirección. La guerra contra las drogas ha sido carísima en sangre, tesoro y prestigio para Colombia. Debemos impulsar el debate internacional para buscar la transformación del estado de cosas actuales para que se acomoden en mayor medida a los intereses propios. Obama, se encuentra más alineado en esa dirección. No por gustos, sino por realidades políticas y antecedentes evidenciados.