viernes, 31 de agosto de 2012

Es la educación, no la paz


Columna de opinión
Gnothi Seauton

Es la educación, no la paz

De manera constante y repetitiva, la Fundación Kíos ha señalado la importancia cardinal de la educación para obtener resultados verdaderamente positivos en los aspectos económicos, sociales y políticos de cualquier sociedad y Estado. En El Espectador del día de hoy nos presentan una infografía muy emocionante, aunque no sorprendente por sus resultados, sobre el listado de las mejores universidades del mundo, basado en el Academic Ranking of World Universities, o listado de Shangai.

Como se puede observar, no hay ni una sola universidad colombiana dentro de las mejores 500 del mundo. Ésta sí es la más explicativa razón de los problemas a los cuales se enfrenta el país hoy, y no la existencia de un grupo de facinerosos narcotraficantes terroristas con ínfulas de estadistas altruistas, como lo consideran varios supuestos líderes de nuestras sociedad, tal como lo expusimos en la entrada anterior.

Para crear un modelo educativo exitoso no se necesita la colaboración de los señores que dirigen a la organización criminal de las Farc. Lo que se debe hacer es girar la mirada hacia los países en los cuales se encuentran los casos exitosos de modelos educativos y tratar de replicar esas experiencias teniendo en cuenta nuestras realidades. Nótese que en el listado no aparecen tampoco instituciones educativas de países como Cuba o Venezuela, que son los modelos de Estado y sociedad de Timochenko y compañía. Ese por tanto, no parece ser el camino.

Resulta casi doloroso señalar estas obviedades, pero al hacer una revisión de las páginas de los principales medios de comunicación del país, así como al escuchar y ver los medios audiovisuales, se encuentra una desconcertante desconexión entre las manifestaciones de los líderes nacionales y estas evidentes realidades.   

Por último, nótese en la infografía que ocho de los 10 campos que son presentados, pertenecen a las ciencias puras y a las ingenierías, las cuales son de lejos las áreas que  deciden los ganadores en la economía del conocimiento. Son éstas las que explican los resultados en cuanto a número de patentes emitidas en los países, y éstas a su vez, explican en gran medida el desarrollo económico y social de las naciones. Por supuesto las ciencias sociales, la economía, el derecho, las finanzas y los estudios internacionales son también fuentes de progreso personal y social, pero no poseen el dinamismo y el peso de las otras al explicar la riqueza de las naciones.

Imagen tomada de: http://www.elespectador.com/impreso/cultura/universidades/articulo-371342-mejores-universidades-delmundo

jueves, 30 de agosto de 2012

Las santas Farc han llegado para salvar a Colombia


Columna de opinión
Gnothi Seauton

Las santas Farc han llegado para salvar a Colombia

Dice, sin el más mínimo rastro de rubor, el nuevo copresidente de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes, el liberal Joaquín Camelo, que debe reactivarse la figura del Alto Consejero de Paz (no se puede desaprovechar la oportunidad de unos diálogos, otros más en la historia del país, para crear burocracia), no solo para negociar con las Farc, sino para que, oigan bien, esta figura sea también el vocero del gobierno “hacia el conflicto social que vive el país”.

Para no quedarse atrás, la otra copresidente de esta magna célula del legislativo, la representante del Partido Verde, la impertinente y estrecha Ángela María Robledo, va más allá y contrapuntea: “Ya es hora que de la mano de una agenda de la paz, que todos celebramos, podamos también transformar las desigualdades sociales, redistribuir la tierra y la riqueza, acabar con la corrupción y el clientelismo y con la explotación irracional de nuestras riquezas”. Espectacular.  

Así, después de todo, resultó que la solución de todos nuestros problemas, en efecto se encontraban directamente relacionadas con las Farc. Ahora que van a dejar de echar tiros, por qué nos vamos a detener en debatir la agenda nacional con ellos y en darles puestos en el Congreso como el brillante Fiscal General y otros han dicho. ¿Por qué no nombrar de una vez a Timochenko, a Márquez y compañía, como reemplazo del presidente, las cortes y el Congreso? ¿Por qué no sacar de la cárcel a Joaquín Pérez Becerra, director de Anncol, y darle la dirección de alguno de los medios más prominentes e influyentes del país? Y a alias Sonia, extraditada a los Estados Unidos por narcotráfico, ¿por qué no facilitarle entonces la dirección de Ecopetrol y que así aumente las ganancias del Estado?

En fin, ahora resulta entonces que efectivamente las Farc tenían razón en su lucha. Olvídense de las bombas, los secuestros, los asesinatos selectivos, los desplazamientos, el tráfico de drogas, la minería ilegal, las pescas milagrosas, la extorsión y un largísimo etcétera de arocidades y afrentas al Estado de Derecho. Todo era bienintencionado. Todos esos comportamientos estaban plenamente justificados. Ellos, en su infinita sabiduría y amplitud estaban tratando de enseñarnos, siempre desinteresadamente, cómo es que hay que comportarse en sociedad. Cómo construir una sociedad equitativa, impoluta, participativa. ¡Gloriosa!, simplemente gloriosa.

Para ir avanzando rápidamente en esta verdadera solución final, comencemos por incluir en este proceso a los sindicados del atentado contra el infame “héroe de Invercolsa”, Fernando Londoño. Sus acciones se debieron a la inequidad y a la crisis social existente en nuestro país. No perdamos tiempo y actuemos. Que la solución es fácil. No nos habíamos dado cuenta antes.

Gracias Joaquín. Gracias Ángela María. No menciono al otro copresidente, al señor representante Iván Cepeda. Su prontuario y carácter es mayormente conocido.

Es increíble que José Obdulio Gaviria esté más cerca del acierto que todos estos brillantes políticos. Y que muchos formadores de opinión, jueces, fiscales, sacerdotes, empresarios y, de nuevo, un largo y decepcionante etcétera.

Si las Farc se desmovilizan el panorama de inequidad y violencia que hoy afrontamos no será modificado radicalmente debido, esencialmente, al asunto de la prohibición de las drogas y a la debilidad extrema del Estado colombiano. Algunas mejoras sustanciales ocurrirán, y esto es más que deseable, pero el resultado será uno muy similar al que hemos visto con el fin de las Autodefensas Unidas de Colombia, el M-19, el EPL, el Quintín Lame o las guerrillas liberales de la década de 1950, por solo mencionar los escenarios desde la segunda década del siglo pasado. Un estado lejano a la perfección que se debe a esa maldición de la prohibición y al raquitismo estatal. El resto es pensar con el deseo de manera irresponsable, irreal y hasta peligrosa.

Espero que el presidente Santos, y muy pronto, deje claro que este tipo de comentarios, provenientes de estas personalidades, no los comparte y que la guía de sus  negociaciones con las Farc no cuenta con ese talante ni con esas metas. Si no es así, que sepa el señor presidente que nos va a tocar a muchos, sin profuso agrado pero con gran determinación, ir buscando nuevo candidato, no sólo para sacarlo de la presidencia en 2014, sino, principalmente, para detener esta cobarde, indecente y mentirosa maniobra.

¡Arriba las Farc! Vamos a ver.  

Imagen tomada de: http://www.hechoencali.com/las-farc-orates-armados/ 

martes, 28 de agosto de 2012

La revolución francesa

Columna La Tarde
Fundación Kíos

Hace un par de semanas Françoise Hollande, quien fuera elegido presidente de Francia en mayo pasado, secretario durante once años del Partido Socialista, ha tomado, en tan solo tres meses, decisiones sorprendentes para prevenir los efectos de la eurocrisis.

 En primer lugar, eliminó todos los carros oficiales, los subastó y destinó el dinero recolectado a la creación de 175 institutos de investigación científica ubicados en todo el territorio francés.

Decisión valiente, costosa políticamente, pero visionaria y sensata por varias razones. La primera: reubica recursos públicos onerosos de actividades suntuarias a inversiones de desarrollo sostenible.

La segunda: genera un poderoso golpe de opinión en el sentido de que el ajuste empieza por casa. Y por último, y quizás lo más importante: redistribuye recursos públicos mientras asume valerosamente la responsabilidad política de quitarle privilegios innecesarios a la clase dirigente de un país que podría entrar en una crisis financiera sin precedentes. En últimas, se juega su capital político por el bienestar de sus electores. Pone los intereses generales por encima de los propios.

En segundo lugar, aumentó en un 75% la tributación de los más ricos. Reforma tributaria osada, revolucionaria y con un verdadero talante redistributivo.

Como si no fueran suficientemente retadoras las dos primeras medidas, decidió quitar a la Iglesia 2,3 millones de euros en subsidios estatales. Recordando el ejemplo que dio la Francia renacentista, inspiradora de las independencias americanas, Hollande evidenció el talante laico de su presidencia de izquierda. La separación entre Iglesia y Estado como un instrumento de equidad y como catalizadora de procesos económicos de suficiencia general.

Y para terminar, el paquete de decisiones incluyó la reducción del 25% del sueldo de todos los funcionarios de gobierno, incluyendo el propio.

“Si un funcionario que gana 650.000 euros al año [más de 123 millones de pesos mensuales] no puede permitirse el lujo de comprar un buen carro, es demasiado ambicioso, un estúpido o un deshonesto, y la Nación no necesita ninguna de estos tres perfiles en su nómina” dijo el presidente a la prensa.

¡Qué lejos estamos! ¿Qué tendría que decir el senador Corzo al respecto de una medida similar? ¿Cómo reaccionaría el senador Merlano al saber que sus peligrosos traslados nocturnos, mientras conduce ebrio, ponen en riesgo no solo la vida de inocentes conductores, sino un bien privado y no un carro oficial?

¿Es tan difícil imaginar una Colombia en la que el servicio público no sea un buen negocio, sino una oportunidad para obtener dignidad y prestigio social únicamente a partir de la ejecución de acciones que resuelven problemas a los ciudadanos, sin que estas impliquen necesariamente el enriquecimiento desbordado e injustificado de los funcionarios públicos?

¿Cuánto habrá que esperar para ver reformas tributarias verdaderamente redistributivas? ¿Para cuándo una Colombia –verdaderamente laica– en la que la libertad de culto, consagrada constitucionalmente, signifique realmente que no se utilicen recursos públicos –de creyentes y no creyentes– para financiar cualquier tipo de adoctrinamiento religioso?

¡Qué lejos estamos! Pero a veces sospecho que estamos justamente tan lejos como queremos y, por tanto, como nos lo merecemos.

Publicado en La Tarde el 28 de agosto de 2012, en http://www.latarde.com/opinion/columnistas/65723-la-revolucion-francesa.html 

martes, 21 de agosto de 2012

Estados Unidos 2012


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Estados Unidos 2012

Con la elección de Paul Ryan como candidato a la vicepresidencia del republicano Mitt Romney, parece preverse un interesante debate ideológico sobre temas tan trascendentales como el tamaño y las funciones del Estado en una gran diversidad de asuntos, como los impuestos y la seguridad social.

Así, el debate sobre la economía interna, empleo y tasas, asuntos domésticos, tendrá un fuerte tinte ideológico. Los votantes estarán atentos para recibir las propuestas y análisis de cada uno de los bandos. Lo paradójico acá es que el diseño institucional de los Estados Unidos en realidad le da poco espacio de acción al jefe del Ejecutivo en estos temas. Este se encuentra seriamente limitado por los otros dos poderes tradicionales, el legislativo y judicial, pero además cuenta con la supervisión y/o coadministración de la Reserva Federal, los estados que conforman la Unión Americana y los medios de comunicación.

En los asuntos internacionales existen también numerosos limitantes al presidente por parte del diseño institucional, pero cuenta con un mayor margen para actuar e influir realmente. En Colombia, como en el resto del mundo, las propuestas sobre estos temas son los que más deben interesarnos. En pocas palabras, el presidente Obama representa una política más atenta con el entorno internacional. Busca limitar el intervencionismo de los Estados Unidos alrededor del mundo, dejando que las potencias regionales sean las encargadas de tomar la iniciativa y el liderazgo a la hora de resolver las disputas internacionales. Esto es lo que ha hecho en Libia y hace hoy en Siria.

Por su parte, Romney ha manifestado poca preocupación por la aceptación o no de las políticas estadounidenses por parte de la comunidad internacional. Así mismo se ha erigido como un duro crítico de las posiciones “blandas” del presidente demócrata. En Siria debe existir un papel decidido y la cuestión iraní debe ser resuelta bajo términos favorables a Washington. Con Rusia y China deben tomarse medidas que muestren que EUA está dispuesta a no permitir ningún desafío por parte de esos poderes euroasiáticos.

Existe otro elemento, que es el más grande limitante del poder de los presidentes de los Estados Unidos tanto en asuntos domésticos como internacionales, y esta es la realidad. Los sucesos alrededor del mundo moldean la política exterior de los presidentes de los Estados Unidos y no, como muchos piensan o desean, los presidentes moldean al mundo. Puede sonar a Perogrullo, pero pareciera ser que esto no lo tienen en cuenta muchos dentro de la opinión pública, la prensa y los propios gobiernos.

Esta reflexión debe llevarnos a poner en la perspectiva correcta el actual debate electoral. George W. Bush fue el candidato de la política exterior norteamericana “humilde” y el 11 de septiembre cambió esos objetivos. Obama iba a poner encima a los principios sobre los intereses. Guantánamo persiste y la ya no denominada Guerra Global Contra el Terror continúa con más ímpetu que en los años de su antecesor.
¿Importan las elecciones? Sí, pero…

Publicado en La Tarde el 21 de agosto de 2012, en http://www.latarde.com/opinion/columnistas/65401-estados-unidos-2012.html

miércoles, 15 de agosto de 2012

Alboroto prohibicionista: ¿Insensatez necesaria?


Columna de opinión
Gnothi Seauton

Alboroto prohibicionista: ¿Insensatez necesaria?

Vaya alboroto el que se ha venido generando con la decisión del gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, por prohibir los reinados de belleza dentro de las instituciones educativas públicas de su departamento. Algunos se han manifestado a favor de la medida afirmando, entre otras cosas, que las escuelas no están para promocionar actividades y valores que no aportan al desarrollo interior, intelectual y espiritual, de los jóvenes, y que los reinados son actividades que denigran a la mujer. Otros acusan a Fajardo de comportarse como el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, lanzando insulsos globos para distraer a la opinión pública de los problemas realmente urgentes. Y por último, hay quienes afirman no ver elementos positivos en los reinados y toda la parafernalia que se ha ido construyendo alrededor de ellos, pero que ven como antipático, por decir lo menos, el mero acto de prohibirlos, debido a que esto no elimina ni enfrenta las causas del fenómeno que pretende alejar, configurándose en una fórmula facilista que evita realizar las preguntas críticas que permitirían analizar seriamente el asunto, y con ello acercarse a una real solución.

No es que Gnothi Seauton le tenga miedo al enfrentamiento y a la polarización, pero ve algo de cierto en cada una de esas posiciones. Pensaría que, efectivamente, los centros educativos están para hacer explotar los talentos de los estudiantes, pero desfiles y reinados sosos y repetitivos no califican allí, inicialmente. También estaría de acuerdo en que ante tanto problema, ¿cómo es posible que Fajardo se esté haciendo notar por esta medida? Lo puede hacer, pero ¿es esta una disposición de tal magnitud que deja a un lado otros desafíos? Se quisiera pensar que el alboroto no es tanto una creación del gobernador paisa, y sí una proveniente de los grandes medios de comunicación que se detienen muchas veces en asuntos baladís. Pero eso es sólo una conjetura. En definitiva, nuestro parecer se arrima más a la observación de la prohibición, de ésta y muchísimas otras conductas, como desapacible, limitada y anodina.

Prohibir es el camino fácil. Permite entregar las responsabilidades a otros. Siendo pragmáticos esto no tendría nada de malo. ¿Qué ventaja hay en ser el responsable? Cuando algo malo sucede qué es por lo primero que se indaga: ¡¿Quién fue el responsable de esto?! Entonces parecería ser la opción acertada. Sin embargo, en el mundo al que asistimos, el real, el de toda la vida, la prohibición ignora los orígenes de los fenómenos que busca someter y crea estímulos para que esos comportamientos surjan de maneras, incluso, más degeneradas, y por lo tanto los efectos resultan ser más nocivos e indeseables. En pocas palabras, prohibir reinados, corridas, matrimonios, drogas, comercio, armas y un largo etcétera, no es la solución inteligente y comprensiva que se merecen estas dinámicas. Eso sí, facilitan evitarse complicadas preguntas y sus evasivas respuestas.

Si hoy se prohíben los reinados de un tajo, se puede dar pie a prohibir los deportes (en buena hora los olímpicos), las fiestas de grado, los paseos, las emisoras estudiantiles. Al principio puede no parecer que exista un vínculo entre estas actividades y los reinados, pero eso no le importa al prohibicionismo. La sensatez no es una de sus características sobresalientes. Los reinados en los colegios, bien orientados pueden convertirse en espacios creativos y de experiencias valiosas para aquellos que se involucren en el diseño o escogencia de las prendas, o en la producción de la coreografía, o en el manejo de la música y las luces y hasta en la generación y administración de los recursos asignados. Hacer todas estas cosas medianamente coordinadas y bien puede ser un logro sobresaliente, producto de un esfuerzo valioso. ¿Por qué se va a eliminar un potencial espacio pedagógico como éste? Pues resulta que es más fácil prohibir de raíz que “enredarse” en una aventura como esta. 

Ahora bien, a Gnothi Seauton le agrada el énfasis de Sergio Fajardo en el tema de la educación. Es, de lejos, el líder con mayor visualidad en este tema en nuestro país y por lo tanto es un activo gigantesco para el futuro. Por lo tanto, siendo realistas y prácticos, la medida del gobernador puede ser vista como una no muy acertada desde el punto de vista filosófico, pero sí quizás desde el punto de vista político y pragmático. A veces para llegar a un fin, en el camino deben tomarse decisiones que no van a rimar con la perfección o ni siquiera con lo meramente aceptable. Pero es necesario escogerlas para llamar la atención, para darse un respiro, para hacerse notar. Demos un breve margen de espera. La prohibición de unos reinados no deberá ser la gran conquista de la gobernación de Fajardo sino, lo que él ambiciosamente ha llamado, “Antioquia educada”.  

¡Qué alboroto!

Imagen tomada de: http://noticias.terra.com.co/nacional/polemica-fajardo-prohibe-reinados-escolares-en-antioquia,ae1b4f098b019310VgnVCM5000009ccceb0aRCRD.html

martes, 14 de agosto de 2012

La política exterior del gobierno Santos hacia Venezuela

Investigación- Política exterior y defensa nacional
Alejandro Ramírez Restrepo

La política exterior del gobierno Santos hacia Venezuela

Uno de los flancos por donde la oposición uribista ha atacado con más persistencia al gobierno de Juan Manuel Santos ha sido el de la política exterior, especialmente en lo referido a las relaciones con Venezuela. Las tribunas de opinión de distintos medios de comunicación han servido para denunciar la ingenuidad del presidente y su canciller, así como su falta de compromiso y verdadero respeto por los más sagrados valores democráticos. Incluso, en no pocas ocasiones, se ha señalado a la política exterior colombiana hacia la Venezuela de Hugo Chávez, de antipatriótica.

Vamos por partes.

El gobierno Santos es tachado de ingenuo porque, supuestamente, considera a Chávez y su gobierno como “su nuevo mejor amigo”. Para demostrar dicha ingenuidad señalan que importantes líderes de las Farc y el ELN, junto a varios frentes, se encuentran resguardados en territorio venezolano y que el “nuevo mejor amigo” ha nombrado en el ministerio de defensa al general Henry Rangel Silva, sindicado por las autoridades norteamericanas y británicas de pertenecer el denominado Cartel de los Soles. Como si esto por sí solo no fuera problemático, información extraída de los computadores de Raúl Reyes demuestran un papel central de Rangel Silva en las relaciones de Chávez y las Farc.

Sin duda este escenario es indignante y cierto, y muestra lo peligroso que para Colombia es el proyecto chavista. Sin embargo, aceptada esta realidad debe decirse que el curso de acercamiento entre Bogotá y Caracas por el que ha optado Santos es el más acertado y conveniente para Colombia. Dicha conveniencia no surge de frases vacías como “somos países hermanos”. Surge de realidades geográficas e históricas. Los dos países comparten una extensa y viva frontera. Geográficamente hablando los Llanos colombianos y venezolanos son una misma entidad física y por lo tanto las relaciones e intercambios que allí surgen son naturales. No se necesitan tratados ni acuerdos legales. No se distinguen las barreras artificiales creadas por las dos repúblicas. Los flujos legales e ilegales, por cierto, mucho más fuertes los segundos debido, entre otras cosas, a la debilidad de ambos Estados en ese territorio, existen no por el carácter malintencionado de unos u otros, sino porque la geografía misma, esa fuerza pocas veces domada por el hombre, facilita las condiciones para que surjan.       

Se puede realizar una amplia lista de hechos históricos y realidades geográficas que demuestran claramente la importancia estratégica que Venezuela constituye para Colombia, y viceversa. Pero en este espacio nos interesa más escudriñar por qué el rumbo tomado por Santos es acertado. Valdría la pena recordar que, en líneas generales, ese fue el mismo rumbo adoptado por Uribe en la totalidad de su primer gobierno, y prácticamente hasta casi la mitad del segundo.

La canciller colombiana María Ángela Holguín hace bien en señalar en su última entrevista para la revista Semana que la buena diplomacia se desarrolla con mucho sigilo y reserva. Acá resulta por lo menos curioso ver como Álvaro Uribe Vélez termina siendo correligionario de Julian Assange, el jefe fundador de Wikileaks, quien tiene por objeto acabar los secretos en el mundo de la política y las finanzas. Aunque suene paradójico, el secreto y la reserva son fundamentales a la hora de entablar relaciones estables, llevaderas y beneficiosas entre los estados y también las organizaciones.

Desafortunadamente, no contamos con acceso a las minutas de las reuniones entre los presidentes Chávez y Santos, ni a las de sus cancilleres ni otros miembros de sus respectivos gabinetes. Pero tenemos plena seguridad de que la manera más efectiva de controlar las maniobras de un presidente como el venezolano, es a través de la confrontación reservada y no bajo la denuncia por medio de altoparlante. Nada peor que la famosa diplomacia de los micrófonos. Benjamin Franklin decía que era válido denigrar e insultar y hasta humillar a los adversarios, siempre y cuando esto se hiciera de manera privada. Hecho esto en público, el adversario no tendría más alternativa que creer totalmente y tomarse a pecho lo dicho por el otro. No habría vuelta atrás, o en el mejor de los casos, volvería costoso cualquier acercamiento. ¿Recuerdan los insultos entre Chávez y Uribe después de marzo de 2008, cuando sucedió el deceso de Raúl Reyes en el Ecuador?

No me cabe la menor de las dudas sobre los abusos cometidos por parte del gobierno venezolano que encabeza desde 1999 el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías. En términos generales, los medios de comunicación han sido coartados y algunos hasta clausurados. Las garantías civilistas de las cuales las democracias modernas se precian han sido notoriamente limitadas. Las ramas del poder, distintas a la ejecutiva, han sido cooptadas y manoseadas a los antojos del residente de Miraflores. Y algunas elecciones, incluso de nivel nacional, han sido manipuladas y sus resultados alterados.

Así las cosas, encontramos que las acusaciones de Uribe hacia Santos por abandonar los valores y principios democráticos cuando entabla relaciones y acercamientos con el gobierno Chávez, no faltan a la verdad. Esto es así, pero debe señalarse que este tipo de principios y valores, los democráticos y humanitarios, no son necesariamente la mejor guía para la construcción de una política exterior pragmática, exitosa y satisfactoria con el interés nacional colombiano. El diplomático y pensador estadounidense George Kennan, padre de la política de la Contención, afirmaba que los Derechos Humanos y la democracia eran principios equivocados, por no decir necios, a la hora de construir política exterior. Decía lo anterior durante las discusiones de elaboración de la política exterior de los Estados Unidos en el período de la Guerra Fría. Ciertamente Kennan, cuando realizaba estas reflexiones, no se dirigía hacia la opinión pública, sino hacia un auditorio experto encargado de crear y ejecutar una política exterior prudente y sensata, es decir imperfecta, porque reconocía las realidades internacionales y con ellas las limitaciones de la acción internacional de su país. Colombia, debería seguir un camino similar.   

Si las variables de los DDHH y la democracia no se hubieran apoderado del debate central de la política exterior de Washington, es probable que ese país hubiese podido evitar los empantanamientos y/o desastres sufridos en lugares como Corea y Vietnam, y más recientemente en Afganistán e Irak. Sin duda esos ideales son loables, pero esas buenas intenciones tienden a pasar por alto las frías y porfiadas realidades.     

Así, la política de Santos hacia Venezuela es la más acertada. Los argumentos que indican fallas y limitaciones en ese enfoque son superficiales, en el mejor de los casos. También debe tenerse en cuenta que tanto la enfermedad del coronel venezolano así como su sometimiento a un proceso electoral que en algún momento llegó a mostrar como precarias sus posibilidades de mantenerse en el poder, pueden ser atenuantes de los resultados positivos del gobierno en Bogotá. Pero ningún análisis serio que alabe la política de apaciguamiento hacia Venezuela, como es llamada con desprecio por algunos, podría estimar la política y sus resultados como perfectos y permanentes. Colombia y Venezuela poseen una relación histórica centenaria con altas y bajas, quizás más bajas, y siempre marcada por la complejidad. El camino optado por Santos y su canciller seguramente ha contado con errores, pero ha sido acertado, teniendo en cuenta las realidades y limitaciones en medio de las cuales ha venido siendo desarrollada. Y esto, de ninguna manera se acerca a ir en contra de los intereses de la patria. Puro, físico y quizás triste realismo.
 
Imagen tomada de: http://www.urnadecristal.gov.co/blog/index.php?lk=columnista&cod=199

De medallas, dinero y cinismos

Columna La Tarde
Fundación Kíos

De medallas, dinero y cinismos

La mejor participación del deporte colombiano en toda su historia olímpica ha tenido lugar en Londres 2012.

Varios analistas, especialmente en la prensa escrita, indicaron que éste es un triunfo no solo explicado por el talento, tenacidad y disciplina de nuestros deportistas, sino también por la existencia de una política pública de largo aliento, formulada e implementada con habilidad gerencial por parte de los sectores público y privado, y que contó con notables recursos provenientes especialmente del erario público. Sin duda alguna, la existencia de esta política debe ser resaltada porque nos aleja del enfoque de porno-miseria que algunos medios, especialmente los audiovisuales, los de mayor audiencia, intentaron hacer con los triunfos de los deportistas colombianos, y porque se pueden extraer valiosas lecciones de diseño, y sobre todo, ejecución para otras esferas de la administración pública.

Dicho lo anterior, y permitiéndonos ser cínicos, en el sentido original de la palabra (“aquellos que buscan la virtud como soberano bien”), hablemos de lo verdaderamente importante acerca de los juegos olímpicos: el negocio. Las medallas y la gloria deportiva son para disfrute de la tribuna. Para los demás, llamémoslos poderosos, estas justas son esencialmente un ingenio para acumular autoridad y, por supuesto, dinero. Usamos la palabra “ingenio” porque los olímpicos hoy día constituyen una de las marcas más apreciadas, apetecidas y valoradas en el mercado global. Además de los atletas, numerosas empresas y sus productos se disputan hacer parte de la familia olímpica de una manera u otra. Un solo ejemplo: el Comité Olímpico Internacional, COI, tiene asegurados 3 mil 700 millones de dólares, y la cifra seguirá aumentando por cuenta de negociaciones por venir, en contratos de trasmisión por televisión de sus juegos en 2014 y 2016, sin considerar los ingresos provenientes de contratos por publicidad y mercadeo, cuantiosos por demás.

Hoy, esa marca, la de los olímpicos, no se asemeja a la idea noble y amateur impulsada por el barón de Coubertin, y por ello algunos románticos critican el actual ingenio por, ahora sí como se utiliza hoy día, cínico (sinvergüenza). Y razones no les faltan. Escándalos de corrupción, aceptación de productos supuestamente insanos, entre otros. Sin embargo, debe notarse que a pesar de estos lunares, los olímpicos, al final del día, son utilizados por las sedes organizadoras como muestra de su poderío y riqueza actual y, especialmente, futura. El COI lo sabe y cobra por ello.

Ahora, lo que es verdaderamente de resaltar, es que esa marca que el COI enarbola y usufructúa a manos llenas, es el típico producto de la economía del conocimiento, a la cual cada día nos adentramos más, y que, como lo hemos señalado desde este espacio con persistencia, está elevada sobre una “educación que prepara trabajadores con habilidades y talentos demandados por la economía del conocimiento y la información”. Entonces quizás sería preferible asemejarse más a los “poderosos” que a la tribuna.

Publicado en La Tarde el 14 de agosto de 2012, en: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/65075-de-medallas-dinero-y-cinismos.html

domingo, 12 de agosto de 2012

Instituciones y desarrollo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Instituciones y desarrollo

En recientes artículos periodísticos y columnas de opinión, se han planteado diferentes posturas críticas frente al modelo de desarrollo que se halla implícito en el Plan Prosperidad para Todos, carta de navegación de la administración Santos.

Muchas de estas reflexiones, destacan la oportunidad y pertinencia de identificar sectores estratégicos que jalonen la economía y nos permitan adaptarnos a las cambiantes condiciones mundiales en materia de innovación y generación de conocimiento. No obstante, en otras se reconoce que mientras algunas locomotoras apenas están arrancando, otras se encuentran estancadas debido a múltiples dificultades de tipo endógeno. En otras palabras, la consolidación de sectores estratégicos solo se lograría a partir de la existencia de condiciones previas en los planos jurídico, económico e incluso político y cultural. Podríamos afirmar, que antes que locomotoras, lo que necesitamos son rieles que garanticen la materialización de los sectores o ámbitos clave para el logro del desarrollo.

Esas condiciones previas est
án relacionadas con la madurez y el tipo de instituciones que se logran desarrollar en un país. Las instituciones, entendidas como reglas de juego, podrían explicar las razones por las cuales los países tienen niveles asimétricos en su desarrollo y crecimiento económico. Si bien es cierto que el tema no es novedoso, pues diferentes economistas han abordado estos temas desde la óptica institucional, éste sí ha cobrado una inusitada vigencia en los últimos años debido a la publicación de numerosos artículos académicos en los que se reconoce que más que el modelo, lo que interesa es construir instituciones sólidas y duraderas. En este sentido, el objetivo debe ser alcanzar la consolidación de estructuras estables que reduzcan los costos de transacción y la incertidumbre de los agentes económicos o que favorezcan los emprendimientos productivos y la creación de empresas. Por tal motivo, variables como la confianza interpersonal o las percepciones de los individuos frente al nivel de transparencia u opacidad de los organismos y agencias públicas, son tan importantes como la inflación, la tasa de cambio, el Índice de Calidad de Vida o el de Pobreza Multidimensional, que miden condiciones objetivas del desarrollo de las naciones.

En una reciente columna de este espacio de opini
ón, propusimos retomar la mirada institucional del desarrollo, a partir de una profunda y seria reflexión sobre las reglas de juego formales e informales que persisten en nuestras estructuras y modelos económicos. Con ello, podríamos complementar el debate sobre la definición de sectores estratégicos, de tal suerte que las locomotoras puedan desarrollar todo su potencial, en trazados férreos que les garanticen estabilidad y sostenibilidad. No hacerlo, podría condenarnos a seguir contando con locomotoras de carbón en un mundo de trenes bala.

Publicado en La Tarde el 7 de agosto de 2012 en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=64723

jueves, 2 de agosto de 2012

La a veces poco confiable voz del pueblo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

La a veces poco confiable voz del pueblo

Hay revuelo en el país por los resultados de la encuesta de Ipsos Napoleón Franco, según la cual Santos perdió once puntos de favorabilidad en el último trimestre.

Si bien esta reacción ciudadana puede leerse como una pérdida significativa de legitimidad del mandato santista, hay tanto de ancho como de largo en estos resultados, y habrá que hacer un análisis más profundo para describir adecuadamente el clima político actual.

Primero que todo, que la gente perciba que la gesti
ón de Juan Manuel Santos no es tan favorable para sus intereses como a principio de año, no quiere decir, necesariamente, que el país está peor que entonces. Puede significar que la gente no está recibiendo lo que esperaba de este gobierno, o de la gestión de sus funcionarios. Y eso, en un país de prebendas, de transacciones politiqueras, de venta de votos, podría eventualmente ser positivo para el futuro del país.

Segundo, una ciudadan
ía que en las encuestas se manifiesta, por ejemplo, ambientalmente responsable y consciente, pero que no sabe cómo se recicla, o que manifiesta ser tan feliz como su deseo le indica pero se queja y se indigna cada día por un atropello distinto, no es una fuente confiable para medir la verdadera situación política de una nación. Prueba de ello es que los mismos encuestados por Ipsos que manifiestan que Colombia va por mal camino en esta ocasión, afirman que sus asuntos personales van mejorando.

En tercer lugar, a
ún reconociendo que la radiografía política de un país puede ser medida fielmente con encuestas de opinión, puede ser más sano un ambiente en el que la opinión critica las instituciones públicas, que uno que sea descrito por una favorabilidad mesiánica e incuestionada. Los contrapesos son fundamentales en la democracia, el conflicto controlado construye y el desacuerdo es la base del ejercicio político.

Y por
último, que Santos haya perdido 24 puntos desde julio de 2011 y Uribe, en ese mismo periodo solo dos, se explica por el hecho de que es más fácil hacer oposición que gobernar.

No podemos perder de vista que muchas de las causas del descenso en la favorabilidad de la administraci
ón actual fueron engendradas en la de su predecesor, e incluso en el siglo pasado, así como muchos de sus logros. El futuro del país va más allá del análisis de la coyuntura política.

Colombia no est
á peor necesariamente porque así lo pensemos. Si bien las sensaciones y las expectativas determinan el desarrollo de temas como la economía y la seguridad, definitivos para el país, es indispensable revisar y analizar la problemática actual desde una perspectiva estructural. Mal haría Santos gobernando con el termómetro de las encuestas en la boca. Mal haríamos todos en resignarnos ante el espejismo de una crisis generada por golpes de opinión autoinflingidos.

Los or
ígenes de la democracia no están ligados a lo que pensaba, sentía o esperaba el pueblo, por extraño que parezca. 

Publicado en La Tarde el 31 de julio de 2012 en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=64369