martes, 31 de mayo de 2011

Desarrollo del potencial turístico regional


Columna- La Tarde
Fundación Kíos

Desarrollo del potencial turístico regional

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En los últimos años, la industria del turismo a nivel mundial se ha posicionado como un sector dinámico y en crecimiento, que no solo representa puestos de trabajo o inversiones, sino también, posibilidades reales para avanzar hacia un mayor desarrollo económico. Por ello, la consolidación de las capacidades y fortalezas turísticas del departamento y de Pereira como su principal núcleo metropolitano, se constituye en un tema de notables consideraciones que exige su inclusión en las agendas de los candidatos que participarán de la contienda electoral que se avecina.

Risaralda cuenta con una vocación turística de antaño, que se sustenta en su diversidad geográfica, la dotación de factores ambientales, su posición privilegiada y la pertenencia a la región del Triángulo del Café. Éstos son, sin lugar a dudas, aspectos clave para la gestación y formulación de proyectos turísticos de diferente naturaleza y envergadura. No obstante, el aprovechamiento sostenible, eficiente y eficaz de tales potencialidades implica poner en marcha acciones de política pública, a partir de las cuales se logren construir consensos y acuerdos sociales en torno a la definición del papel que puede jugar el departamento a nivel nacional e internacional en materia de oferta turística. Esto se logra a partir de la identificación de apuestas que den cuenta de los principales activos departamentales y que involucren la generación de alianzas con socios y actores estratégicos.

El panorama internacional indica que en materia turística, el factor de éxito está representando en la identificación y revalorización de los patrimonios existentes. Éstos se constituyen en los elementos diferenciadores de las alternativas turísticas y son, en última instancia, el valor agregado con el que se cuenta en un escenario global cada vez más competido y diversificado. Los paisajes y ecosistemas, la cultura y los saberes ancestrales de las comunidades, la riqueza creativa de las personas y la arquitectura emblemática son solo algunos de los patrimonios que merecen ser identificados, preservados y apropiados por todos los habitantes de un territorio, con el ánimo de emprender su aprovechamiento sostenible. En este orden de ideas, el turismo no sólo debe ser desarrollado por las industrias y empresas del sector, sino por toda la población, tanto a través del cuidado y protección de los patrimonios presentes, como por medio de un conocimiento e interés permanente que lleve a que la ciudadanía se convierta en el principal agente turístico de la región.

Publicado en La Tarde del 31 de mayo de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/42691-desarrollo-del-potencial-turistico-regional.html

martes, 24 de mayo de 2011

¿Justicia local o inseguridad global?

Columna La Tarde
Fundación Kíos

¿Justicia local o inseguridad global?

La Corte Suprema de Justicia determinó que toda prueba extraída de los computadores de “Raúl Reyes” carece de validez, no por sus contenidos, ni por una supuesta violación en la cadena de custodia, sino por la manera como se realizó su proceso de recolección. Según el fallo, porque “ninguna autoridad colombiana tiene competencia o está facultada para practicar en el extranjero inspecciones y recoger elementos por fuera de los mecanismos de cooperación internacional”, y porque, en este caso particular,  no se respetaron los dos convenios que existen con Ecuador para el intercambio de pruebas judiciales.
Esta decisión podría constituirse en un argumento jurídico que favorece a todos los que son actualmente acusados de tener vínculos con las Farc a partir del intercambio de correos en los que se vio vinculado el guerrillero, a pesar de que la Corte haya afirmado que cada uno de los casos debe ser estudiado por separado.

El debate que se plantea no es procedimental, y tampoco novedoso. Con la intervención de Interpol en la vigilancia de la cadena de custodia y con sus declaraciones públicas avalando el proceso de obtención de pruebas, pocos deberían dudar de la validez de los correos. Lo que se cuestiona hoy, así como hace tres años, es si la operación militar a través de la cual se dio muerte al cabecilla de las Farc se ajusta o no a derecho.

Lo que en el fondo plantean casos como este, es que el derecho internacional, tal como está hoy estructurado, no es una herramienta eficiente para solucionar la gran mayoría de problemas que intenta resolver. Mientras los países sigan siendo sujeto y objeto de derecho, mientras sus decisiones avancen, en ocasiones como esta, en sentido contrario a los imperativos de seguridad nacional, mucho habrá que modificar.

Esa es la gran paradoja de la globalización: que en lo económico el mundo se globaliza mucho más rápido que en lo político. Que las estructuras de derecho que soportan una realidad que evidencia cada vez más problemas transfronterizos, no se ajusta tan rápida y eficazmente a las necesidades de la resolución de conflictos políticos, como lo hace para resolver lo económico.

La Corte tiene razón, y su decisión parece ser incuestionable, pero con ella pone en duda los más importantes procesos jurídicos con implicaciones en la seguridad nacional colombiana, derivados de la persecución a unos delincuentes que amenazaban con sus actividades ilegales a más de un país, e incluso, puede afectar casos que cursan en otros países, como el que desde España vincula a Eta con las Farc o como la inclusión en la Lista Clinton de algunos militares venezolanos.

Ojalá este caso se convierta en la punta de lanza para que Colombia, ahora que quiere ser protagonista en el ámbito internacional y líder político subregional, movilice serios y productivos debates para reformar el derecho público internacional y lo convierta en una herramienta verdaderamente útil para resolver conflictos característicos de la sociedad globalizada.

Publicado en La Tarde el 24 de Mayo de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/42327-ijusticia-local-o-inseguridad-global.html

viernes, 20 de mayo de 2011

La responsabilidad social empresarial en Colombia (II)


Investigación RSE
Santiago Gómez Mejía

La RSE en Colombia (II)
El interés por el desarrollo de estrategias de RSE en Colombia ha sido creciente en las últimas décadas, y en especial durante los últimos diez años.

María Clara Escobar, gerente de RSE de la ANDI declaró en El Tiempo que los factores que han contribuido al posicionamiento reciente del tema entre los empresarios del país fueron:

…el consumo responsable practicado de manera creciente por los colombianos[1]; los espacios de articulación con el sector privado promovidos por el gobierno nacional, el destacable activismo de las ONG en el país; una sociedad civil muy organizada y coherente, así como un sector académico que apoya la política social, y una fuerza laboral que valora cada vez más a las empresas responsables, como buenos lugares de trabajo. (Montes, 2009)

       Además, otros factores como la existencia de

…juntas directivas que exigen mayor coherencia con los valores de la visión empresarial, mejores prácticas exigidas por el empresario a sus proveedores, cero tolerancia con el trabajo infantil, el gran impulso a actividades en el campo de la sostenibilidad ambiental y los grandes esfuerzos de los gremios y asociaciones para la interiorización de los conceptos de RSE…  (Montes, 2009)

la promueven entre los empresarios, el gobierno y el tercer sector.

Evidencia adicional de ese aumento de interés por la RSE se demuestra en los resultados que en 2004, la ANDI obtuvo con la realización de una encuesta entre sus afiliados: el 50% de las empresas encuestadas realizaba en ese entonces balances sociales que hacía públicos y daban cuenta de las acciones que en RSE realizaban anualmente; y el 75% de las empresas realizó aportes que llegaron a representar el 3,34% de sus ingresos, dirigidos a diferentes fundaciones con fines sociales, las Cajas de Compensación Familiar y el SENA (Gutiérrez, 2006, p.11).

Adicionalmente, es de destacar que las experiencias colombianas en RSE son reconocidas como prácticas corporativas altamente creativas y constructivas comparadas con el contexto latinoamericano (Gutiérrez, 2006, p.23) y abarcan diversos campos definitivos para el desarrollo social del país como la educación, salud, nutrición, niñez, vivienda, apoyo a microempresas, paz, justicia, medio ambiente y transparencia pública.

Tal y como afirma el documento “Aportes y desafíos de la Responsabilidad Social Empresarial en Colombia”: “[el país] se destaca en el contexto latinoamericano por la tradición e importancia de las fundaciones empresariales y por la creciente presencia de acciones empresariales directas. Mientras para la mitad de las empresas en otros países la responsabilidad social es un tema nuevo o sólo se da entre las multinacionales, en Colombia el más importante gremio industrial ha venido promoviendo los balances sociales desde la década de 1970 y son las empresas nacionales las más destacadas por su innovación e impacto” (Gutiérrez, 2006, p.31).

También, en un estudio comparativo publicado en dicho documento, se determinó que en Colombia existían en 2004, 111 fundaciones dedicadas a la promoción de la RSE, más que en los otros seis países latinoamericanos incluidos en el estudio (Gutiérrez, 2006, p.33).

Por último, es de destacar que desde 2007 Colombia es sede del Primer Centro Regional constituido en el mundo en apoyo del Pacto Mundial de Naciones Unidas, con un ámbito de acción en América Latina y el Caribe, apoyando “la realización de los principios del Pacto en toda la región, esparciendo las prácticas de ciudadanía corporativa y aportando a la sostenibilidad financiera, social y ambiental de la región” (“La responsabilidad social empresarial. La historia del sector privado colombiano”, 2007, p.28).

En ese sentido, la ANDI presentó al gobierno y al sistema de Naciones Unidas en 2006

…la propuesta de adoptar una política nacional de sostenibilidad a largo plazo para Colombia, basada en los Objetivos del Milenio adoptados por el país, a través de la conformación de una mesa nacional de sostenibilidad, integrada de manera voluntaria por los máximos representantes de la sociedad civil colombiana: los tres niveles de gobierno, el sector privado, el tercer sector, las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos, la academia y la banca multilateral, a fin de alinear la política pública y la acción privada de manera sostenible hacia la obtención de las metas de desarrollo del milenio, produciendo un informe nacional de sostenibilidad con el cual Colombia… se convertiría en ejemplo mundial de una nación que busca asegurar su sostenibilidad hacia el largo plazo, atrayendo al paso inversión proveniente de “ciudadanos corporativos”  (“La responsabilidad social empresarial. La historia del sector privado colombiano”, 2007, p.28)

Otra de las iniciativas que en materia de RSE destacan a Colombia en el ámbito regional es la creación, en 1997, del Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial-CCRE, una ONG sin ánimo de lucro cuyo objetivo es promover, investigar y asesorar a empresas sobre RSE, propendiendo por “una cultura de responsabilidad social y ética de las organizaciones que genere beneficios para la sociedad colombiana y agregue valor a las empresas” (Torres Velasco, 2007).

Más recientemente también se destacan otras iniciativas de promoción a la responsabilidad social empresarial en Colombia.

En 2007, por ejemplo, Confecámaras y el Banco Interamericano de Desarrollo –BID- lanzaron el programa ComprometeRSE que incorporó en pequeñas y medianas industrias, a través de procesos de capacitación, prácticas de responsabilidad social empresarial. En el programa se invirtieron 1.9 millones de dólares y benefició 300 pymes, 200 de ellas en Bogotá (“Responsabilidad social, otro requisito del mercado externo”, 2007).

Posteriormente, en junio de 2008, el Consejo Directivo de Icontec aprobó la Guía Técnica Colombiana de RSE (GTC 180), mediante la cual se proporcionaron los lineamientos (en lo económico, lo ambiental y lo social) que deben seguir las empresas para lograr una gestión responsable en tres aspectos básicos: a) la consolidación de la RSE en su gestión permanente, b) el involucrar a los diferentes stakeholders en dicha gestión y c) el comunicar efectivamente y de manera transparente los desarrollos de la política de RSE. En el proceso de construcción de la GTC180 estuvieron involucradas cincuenta organizaciones y el sector académico. (“Guía técnica colombiana sobre Responsabilidad Social en consulta pública”, 2008).

Pero también se destacan en el ámbito nacional algunas experiencias desarrolladas en la provincia. Por ejemplo, en agosto de 2008 se conformó el sistema regional de RSE en el Valle del Cauca, por parte de 22 empresas que alinearon sus estrategias organizacionales para lograr beneficios sociales.

Sin embargo, pese a todo lo descrito anteriormente, la RSE en Colombia debe asumir  principalmente dos retos de magnitud para profundizar y cualificar la ejecución de la estrategias diseñadas: en primer lugar, debe consolidar una red de instituciones y herramientas para la investigación y la asesoría a empresas en RSE y adicionalmente, definir y ejecutar planes sectoriales y temáticos de largo alcance para el avance de la RSE a partir del consenso y el trabajo conjunto entre el sector público, la empresa privada y actores de la sociedad civil y el tercer sector.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.            Cárdenas, C., (2009), “Consumo Responsable” en Revista RS, Número 9, p.18-22.
2.            “Guía técnica colombiana sobre Responsabilidad Social en consulta pública”, (2008), [En línea], disponible en: http://www.icontec.org/BancoMedios/Documentos%20PDF/gu%C3%ADa%20t%C3%A9cnica%20colombiana%20sobre%20responsabilidad%20social%20en%20co%E2%80%A6.pdf, recuperado: 8 de abril de 2011.
3.            Gutiérrez, R., Avella, L.F., y Villar, R., (2006), Aportes y desafíos de la Responsabilidad Social Empresarial en Colombia, Fundación Corona, Bogotá,  [En línea], disponible en: http://www.mapearse.net/fileadmin/documentos/documentos_RSE/RSEmpresarial.pdf , recuperado: 8 de abril de 2011.
4.            “La responsabilidad social empresarial. La historia del sector privado colombiano”, (2007), en Responsabilidad Sostenibilidad, número 1, p. 27-29.
5.            Montes H., (2009), “La responsabilidad del buen vecino”, en Diario El Tiempo, Separata Colombia Responsable y Ambiental, 24 de Abril 2009, Bogotá.
6.            “Responsabilidad social, otro requisito del mercado externo”, (2007), en Periódico La República, [En línea], disponible en: http://www.larepublica.com.co/RSE/op5.html, recuperado: 8 de abril de 2011.
7.            Torres Velasco, J., (2007), “La Responsabilidad Social Empresarial en el Sector Público”, [En línea], disponible en: http://www.larepublica.com.co/RSE/memorias/cre.pdf , recuperado: 8 de abril de 2011.



[1] Según el estudio “La actitud del consumidor frente a la RSC” realizado por la consultora PriceWaterhouseCoopers y citado en la Revista RS: “Los resultados…concluyen que los consumidores son cada vez menos indiferentes a las acciones que realizan las empresas y…que la conducta de los consumidores se encuentra en proceso de cambio, al introducir en su función de utilidad los atributos sociales de los productos que obtienen” (Cárdenas, 2009, p.22)

martes, 17 de mayo de 2011

La crisis de la salud tocó fondo


Columna La Tarde
Fundación Kíos

La crisis de la salud tocó fondo




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Con la noticia de la intervención de Saludcoop por parte de la Superintendencia de Salud, se cerró una de las semanas más caóticas sobre el episodio de la corrupción en el sistema de salud colombiano.

Muy seguramente, la decisión de tomar el control administrativo y financiero de la principal EPS del país permitirá develar algunas de las nefastas prácticas relacionadas con los recobros al sistema, así como con el destino de miles de millones de pesos que en vez de estar dirigidos a la optimización y mejoramiento en la prestación de los servicios, fueron utilizados para inversiones inmobiliarias y sectores eminentemente especulativos.

Más allá de las particularidades del caso Saludcoop, el destape de este millonario desfalco deja en el ambiente una sensación de pesimismo y frustración en la opinión pública que observa, impotente, cómo el Estado dejó de servir a los intereses colectivos, para convertirse en una estructura fácilmente manipulable por mafias y conglomerados de diversa índole. No hay duda, de que estamos ante una clara situación en la que el aparato estatal ha sido cooptado por los intereses corporativos, con la ayuda de ciertos sectores políticos, los entes reguladores y las entidades dedicadas a formular políticas públicas y tomar decisiones. El lobby de influyentes políticos ante el FOSYGA para gestionar recursos para algunas IPS y EPS es una muestra fehaciente de ello.

En el mismo sentido, el tema adquiere una connotación mucho más dramática si se analizan los innumerables casos de pacientes que han tenido que recurrir a tutelas y fallos jurídicos para recibir atenciones y prestaciones vitales. Mientras se les negaban los servicios o éstos se les prestaban en condiciones ineficientes e inequitativas, Saludcoop destinaba millonarios recursos para invertir en sectores ajenos por completo a su principal objeto social. La declaración inicial del Presidente Santos en donde afirmaba que los descubrimientos iniciales eran solo la “punta del iceberg” de la enorme corruptela en el sistema de salud, parecen ser corroboradas con el paso de los días, cuando cada nuevo suceso parecer opacar al interior y cada nueva revelación causa una mayor conmoción tanto por la cuantía de los recursos, como por la naturaleza y el modus operandi de los recobros.

Este caso pone de manifiesto la necesidad de mejores esquemas de regulación y control para las entidades prestadores de los servicios, tanto en el plano operativo y de calidad de los servicios, como en materia de administración y manejo de los recursos de los colombianos.

Publicado en La Tarde el 17 de mayo de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/42023-la-crisis-de-la-salud-toco-fondo.html

martes, 10 de mayo de 2011

La responsabilidad social empresarial en Colombia (I)


Investigación- RSE
Santiago Gómez Mejía

La responsabilidad social empresarial en Colombia (I)

La responsabilidad social empresarial cobra una importancia definitiva en nuestro país en la medida en que históricamente las desigualdades sociales y los altos índices de violencia han generado impactos adversos a la sociedad civil, impactos que forman parte del amplio terreno que la RSE puede intervenir con el fin de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

Además, realidades como la tasa de crecimiento demográfico del 1,6%, la acelerada urbanización, catalizada por el fenómeno de desplazamiento interno, y el cubrimiento insuficiente de la seguridad social, imponen retos importantes a la sociedad, al Estado y la empresa que pueden ser abordados mediante la ejecución oportuna de estrategias coherentes en el ámbito de la RSE (Torres Velasco, 2007).

Hoy es posible documentar en Colombia una diversidad de iniciativas de RSE que se destacan entre las más antiguas de América Latina y que responden a distintas necesidades de los diversos stakeholders, casi todas soportadas sobre esquemas de alianza entre empresas privadas, el sector público y organizaciones de la sociedad civil.

Sin embargo, en Latinoamérica, de manera general, pero también en Colombia, particularmente, las estrategias de RSE son más comunes en las grandes empresas “fundamentalmente porque sus estructuras de gestión son más desarrolladas, sus sistemas de contabilidad son por lo general estandarizados, lo que les permite introducir en sus cuentas la medición de las variables sociales y ambientales de su negocio, [y] el suministro de información es más homogéneo, lo que les facilita el seguimiento o monitoreo de dichas estrategias” (Núñez, 2003, p.40).

A lo largo de los últimos cien años, “el tipo de contribuciones evolucionó de esfuerzos caritativos a inversión social y filantropía estratégica” (Gutiérrez, Avella y Villar, 2006, p.9), inicialmente ejecutadas por las grandes empresas del país, los gremios económicos, pero cada vez más, por las medianas e incluso pequeñas empresas.

En Colombia, como en el resto del continente, la Iglesia Católica fue la responsable de promover la filantropía en la región, aún desde la Colonia, pero la primera iniciativa que se puede destacar durante el siglo pasado es la que remite a la creación de subsidios familiares a través de Cajas de Compensación, a partir de la propuesta de la Asociación Nacional de Industriales- ANDI en su asamblea de 1954.

Otra estrategia pionera en RSE fue el otorgamiento de primas semestrales a los trabajadores de algunas empresas, lo que posteriormente fue incluido como prestación social obligatoria para todos los trabajadores por parte del gobierno. También, se destacan el programa de atención preescolar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que atendió a pequeños hijos de madres trabajadoras a partir del gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970). Así mismo, el programa de formación técnica y vocacional del Servicio Nacional de Aprendizaje-SENA se constituyó en experiencia pionera de RSE en Colombia. Todos estos programas fueron financiados a través de aportes parafiscales por parte de todas las empresas privadas y públicas del país.

Más recientemente, con la consolidación de la red de Cámaras de Comercio a nivel nacional, y la consecuente creación de Confecámaras en 1969, se han podido documentar una infinidad de iniciativas promovidas por este sector, tendientes a mejorar la calidad de vida de los colombianos, especialmente en el área de la educación y la salud.

En resumen, la evolución de la RSE en Colombia desde inicios del siglo pasado puede estudiarse a través de cuatro etapas diferenciadas: a) 1900-1960: La Iglesia era el principal destinatario de las donaciones empresariales. Se crearon la Fundación Social y los principales gremios que protagonizaron el diseño y ejecución de dichas políticas; b) 1960-1990: Comenzó el interés académico por el tema y la legislación laboral incluyó principios de protección a los trabajadores colombianos, así como también fue la época en que se crearon las grandes fundaciones que hoy se destacan en el ámbito de la RSE; c)  1990-2000: Época en la que el concepto de RSE empezó a tomar fuerza de manera generalizada. Se creó el Consejo Gremial Nacional, que en 1993 decidió “reorganizar y fortalecer la función social de los gremios” (Gutiérrez, Avella y Villar, 2006, p.21). Adicionalmente, durante esta década, se crearon ocho corporaciones de origen privado destinadas a promover la RSE; y d) Siglo XXI: El interés por la RSE se multiplicó exponencialmente entre el sector privado colombiano. Se destacan la adhesión de empresas colombianas a los foros internacionales de promoción a la RSE y la coordinación de políticas nacionales con las tendencias internacionales en materia de protección de derechos humanos, medio ambiente y mejora en la calidad de vida de los trabajadores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.     Gutiérrez, R., Avella, L.F., y Villar, R., (2006), Aportes y desafíos de la Responsabilidad Social Empresarial en Colombia, Fundación Corona, Bogotá,  [En línea], disponible en: http://www.mapearse.net/fileadmin/documentos/documentos_RSE/RSEmpresarial.pdf , recuperado: 27 de abril de 2011.
2.     Núñez, G., (2003), La responsabilidad social corporativa en un marco de desarrollo sostenible, Santiago de Chile, Serie Medio ambiente y desarrollo, CEPAL.
3.     Torres Velasco, J., (2007), “La Responsabilidad Social Empresarial en el Sector Público”, [En línea], disponible en: http://www.larepublica.com.co/RSE/memorias/cre.pdf , recuperado: 27 de abril de 2011.


Sin autogoles


Columna La Tarde
Fundación Kíos

Sin autogoles

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Faltan once semanas para que se dé inicio al evento deportivo más importante que haya hospedado Colombia en su historia, el Mundial de fútbol sub 20. Mientras la FIFA da su visto bueno a la evolución de las obras de infraestructura, los comerciantes empiezan a verse beneficiados por la llegada de turistas y los medios de comunicación concentran su mirada en un país que para ellos, generalmente, ha sido fuente de malas noticias.

Pero los ojos del mundo están puestos en una Colombia diferente, incluso desde finales del pasado mes, cuando se realizó el sorteo en Cartagena. Y en la medida en que se acerque el 29 de julio, fecha en que Brasil y Egipto jugarán el partido inaugural, tendremos una oportunidad excepcional para mostrar todo lo positivo de este país.

Esa oportunidad podrá representar para Pereira, que hospedará cinco partidos, más de 2.000 nuevos empleos directos y 3.500 indirectos, una ocupación hotelera casi al ciento por ciento durante el mes que dure el certamen, mejores infraestructuras que soportarán la trasformación urbanística de varias zonas de la ciudad y la posibilidad de atraer inversiones extranjeras que reactivarán la economía regional en el corto y mediano plazos.

Las semifinales del último Mundial de la categoría, realizado en Egipto, fueron vistas en directo por 600 millones de personas, en 100 países y a través de más de 1.250 canales de televisión acreditados. Colombia, por un mes, será noticia mundial, y aspirará ingresar en ese tiempo, tal como lo hizo Egipto en el Mundial organizado por el derrocado Mubarak, la suma de al menos 13.000 millones de dólares.

Pero si queremos aprovechar al máximo esta oportunidad debemos demostrarle al mundo que el fútbol sigue siendo ante todo un juego, un espectáculo. Los bochornosos hechos que suceden en las canchas del país desde hace unos meses han nublado, en alguna medida, la imagen que los periodistas internacionales y la comunidad deportiva universal se llevan de esa nueva Colombia que tanto nos hemos empeñado en construir. Una lechuza muerta; un ataúd en las tribunas cucuteñas; hinchas bumangueses que en Villavicencio entraron con cuchillos en mano a recriminar a sus jugadores por los puntos perdidos y botellas voladoras que impactaron la cabeza de jugadores del Real Cartagena en tierras paisas y la espalda de un asistente técnico en Palmira.

Ojalá este Mundial sea recordado no solo gracias a los jóvenes que marcarán los goles en nuestros estadios, sino por la hospitalidad de nuestra gente, la organización de nuestras ciudades y la seguridad que se brinde a los visitantes. Pero también, porque como aficionados, honremos la grandiosidad de un deporte que, a pesar de lo que unos pocos vándalos sigan queriendo mostrar, es poco más que veintidós atletas intentando divertir a sus seguidores mientras corren tras un balón. Ojalá en este Mundial entendamos y demostremos que el fútbol, como Colombia, es pasión y no violencia.

Publicado en La Tarde el 10 de mayo de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/41717-sin-autogoles.html

martes, 3 de mayo de 2011

Los votantes cómplices


Columna La Tarde
Fundación Kíos

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Los votantes cómplices

Iván Moreno Rojas duerme desde el viernes en La Picota, y todos aquellos que marcaron el tarjetón en las últimas elecciones para que ocupara una curul en el senado supongo que lo olvidaron para proteger sus conciencias, manchadas por la complicidad y corresponsables de la corrupción.

Nada cambiará en este país de corruptos si las investigaciones y las eventuales sentencias contra los supuestos implicados en el carrusel de la contratación de Bogotá, no transforman los comportamientos individuales de la ciudadanía frente a la manera como asumimos nuestro derecho al voto.

Lo que está en juego en octubre no son solo “un guarito y un tamal” sino, y con hechos como los de la capital suena cada vez menos exagerado decirlo, el futuro de Colombia. Votar bien en un país de abstencionistas y de perezosos políticos no es únicamente votar. Ejercer este derecho con responsabilidad es una oportunidad que los ciudadanos no debemos dejar pasar. En una democracia, este es uno de los mecanismos que la Constitución nos da para que determinemos nuestro futuro y construyamos nuestro destino como conglomerado social, para que planteemos qué modelo de país esperamos para los próximos años, para que demostremos que estamos cansados de tanto parapolítico, de tanto carrusel, de tanto cohecho, de tantas Yidis, de tantos Morenos.

Votar a conciencia es no venderla, votar bien es conocer los programas de los candidatos y reconocer en ellos compromisos serios que si son incumplidos en el ejercicio legislativo, debemos estar dispuestos a reclamar por su ejecución, con los mecanismos que también estipula una Constitución que amplió las posibilidades de participación política para todos.

A este país no solo le faltan políticos que honren sus compromisos de campaña, le faltan ciudadanos que asuman con responsabilidad civil el ejercicio de elegir quiénes los representarán en el complicado juego de la democracia. Este país requiere, hoy quizás más que nunca, de ciudadanos con memoria política, que al enfrentarse a un tarjetón recuerden que lo que están decidiendo es mucho más que su futuro, sino el futuro de casi cuarenta y cinco millones de colombianos, incluyendo el de sus hijos, que depositan en ellos la confianza para que elijan bien.

Lo que votaremos en octubre, en últimas, es si queremos seguir siendo cómplices de la corrupción premiando a personas que terminarán durmiendo en la Picota, como Iván Moreno, o si preferimos depositar nuestra confianza en políticos serios, honestos y trabajadores que entienden, como algunos de nosotros, que la única manera de que este país salga adelante es reconociéndonos todos corresponsables de lo político.

Publicado en La Tarde el 3 de mayo de 2011: http://www.latarde.com/opinion/columnistas/41416-los-votantes-complices.html